"A m¨ª la guerra me hizo feminista"
![Ana Carbajosa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffaa5ff7d-a4e8-4b2a-b4a6-1ef4ab0a9aff.png?auth=ef2a89c10c92e5f4e9532ee335711f7688a510091f8be84eae96b557d58db555&width=100&height=100&smart=true)
Llegaron con camiones y se la llevaron. Los soldados japoneses violaron a Ellen van der Ploeg una y otra vez durante cuatro meses. Ten¨ªa entonces 17 a?os pero a¨²n hoy, con 84 a?os, recuerda el olor pestilente de los soldados, el sudor que corr¨ªa por su frente y las botas militares, demasiado grandes para unos pies tan peque?os.
La Segunda Guerra Mundial la hab¨ªa sorprendido en Indonesia. All¨ª vivi¨® el horror en los campos de internamiento, perdi¨® a su padre a manos de los ocupantes japoneses y se convirti¨® en una de las 200.000 mujeres que el Ej¨¦rcito nip¨®n esclaviz¨® y convirti¨® en mujeres de consuelo confinadas en burdeles. Hoy, junto a otras compa?eras y de la mano de Amnist¨ªa Internacional pedir¨¢ en Bruselas que, como hizo EEUU, la UE presione al Gobierno japon¨¦s para que asuma la verdad.
Pregunta. ?Qu¨¦ le ha impedido hablar durante 62 a?os?
Respuesta. La verg¨¹enza. Es incre¨ªble la verg¨¹enza que se puede llegar a sentir. Te sientes sucia. S¨®lo cuando me enter¨¦ de que una compa?era hab¨ªa hablado me decid¨ª.
P. Dirigentes japoneses sostienen que ustedes se prostituyeron voluntariamente.
R. Saben que mienten. Podr¨ªamos haber trabajado en las f¨¢bricas de cigarrillos, como enfermeras. Si fuimos prostitutas ?por qu¨¦ nunca recibimos un c¨¦ntimo? En los campos, a las j¨®venes nos pon¨ªan a caminar en c¨ªrculos, luego llegaba un militar y eleg¨ªa a algunas para encerrarlas en un burdel. A m¨ª me enviaron a Tjandi, donde hab¨ªa cuatro burdeles rodeados de verjas para que no escap¨¢ramos. Me tocaron los militares de alta graduaci¨®n. Recuerdo ese olor pestilente, no se me quita de la cabeza. Tampoco sus gorras y el sudor que les ca¨ªa. Ten¨ªan nuestras fotos colgadas en la pared. Los militares las miraban y eleg¨ªan a una. Sus pies eran muy peque?os, pero las botas enormes. Si nos resist¨ªamos nos daban patadas.
P. ?Respond¨ªan a sus quejas?
R. Nadie hablaba ingl¨¦s pero estaba claro que si nos resist¨ªamos, nos matar¨ªan. Muchas mujeres se quedaron embarazadas, pero al final perd¨ªan los hijos con tanta violaci¨®n. A otras les daban pastillas para abortar.
P. ?Qu¨¦ espera ahora?
R. Yo s¨®lo rezo para que haya m¨¢s mujeres en el poder, estoy convencida de que as¨ª habr¨ªa menos guerras y de que hablar¨ªan por nosotras. Los hombres no nos van a defender. A m¨ª la guerra me hizo feminista.
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