Calamitoso Valencia

As¨ª de dura es la vida para el Valencia: el quinto clasificado de la Liga noruega le da un baile en Mestalla. Ante la cita decisiva de la Champions, ante el estreno de su rutilante entrenador, el Valencia desenfund¨® todos sus problemas estructurales. Un portero inseguro, una defensa blanda, un mediocentro en la inopia (Manuel Fernandes) y un ataque deshilachado. Una vez m¨¢s, los fichajes fracasaron estrepitosamente. La planificaci¨®n de la temporada est¨¢ resultando un desastre. Manuel Fernandes, el mediocentro portugu¨¦s contratado a precio de oro (18 millones), demostr¨® una inmadurez exasperante. Hildebrand se trag¨® el segundo gol. ?Y Zigic? Como de costumbre: irrelevante. Sencillamente, el Rosenborg fue mejor. Tanto en la ida como en la vuelta. M¨¢s determinado, m¨¢s conjuntado, m¨¢s fuerte. El Valencia est¨¢ pr¨¢cticamente fuera de la Liga de Campeones. ?Y la respuesta de Mestalla? Fr¨ªa, march¨¢ndose del estadio antes del final. Como ante el Madrid. Le pusieron el se?uelo de Koeman y se lo zamparon sin rechistar. Una tristeza infinita invadi¨® un Mestalla medio vac¨ªo antes de acabar el encuentro. Y una t¨ªmida pa?olada despidi¨® a sus jugadores. A continuaci¨®n, un gesto generoso con el Rosenborg, ovacionado.

?Vaya sorpresa! Contra los prejuicios, el Rosenborg rase¨®, toc¨®, lleg¨® con mucha gente al ataque. Y al contraataque. Velocidad y precisi¨®n. Perfecto el que completaron a la media hora. Lo culmin¨® Iversen, un viejo verdugo de la selecci¨®n espa?ola. Fue aqu¨¦l que acab¨® con la carrera internacional de Molina, cabeceando desde el balc¨®n del ¨¢rea ante la salida intempestiva del portero en la Eurocopa de B¨¦lgica y Holanda de 2000. No son unos piernas estos vikingos. Y no pregunten por Dorsin a los chicos del Valencia: este lateral izquierdo medio calvo les ha hecho la vida imposible, tanto en la ida como en la vuelta. ?Qu¨¦ gran lateral izquierdo!

A esas alturas del partido, el Valencia ya hab¨ªa advertido que ten¨ªa un vac¨ªo en el origen de su juego. El bal¨®n pasaba demasiadas veces por Moretti: una mala noticia. El cuadro de Mestalla se ha convertido en un equipo blando atr¨¢s, que arranca sin convicci¨®n ni clase. Le faltaba un Koeman en el campo, no en el banquillo. El ataque llegaba siempre muy fraccionado. Sin el hilo invisible que sirviera para unir al grupo. Cada parcela por su cuenta. Naufrag¨® Fernandes, que cometi¨® un error imperdonable en un mediocentro: quedarse parado. No se ofrec¨ªa a sus compa?eros ni cuando, apurados, reclamaban dar un pase desesperadamente. Ya se entienden los reparos que le tuvo el propio Koeman cuando coincidieron en el Benfica. El Valencia ha invertido 18 millones en un mediocampista a medio cocer, siendo generosos. Es r¨¢pido de pies, potente, habilidoso... pero le falta lo m¨¢s importante: saber jugar.

Todo parec¨ªa quedar a expensas de Villa, cerca de la genialidad en varias ocasiones. La fea lesi¨®n de Morientes propici¨® en la segunda parte la entrada de Vicente, que liber¨® a Silva de la banda izquierda. No hubo s¨ªntomas de mejora. El Rosenborg segu¨ªa poniendo la calidad en el partido: triangulando el bal¨®n r¨¢pido y por el suelo. El p¨²blico empez¨® a reconoc¨¦rselo. As¨ª alcanz¨® un c¨®rner por su banda derecha. Fue a sacarlo Dorsin, la pesadilla valencianista. Hildebrand sali¨® a por uvas. Y, claro, cabece¨® Iversen, ante el cabreo del capit¨¢n Albelda, que dedic¨® un gesto despectivo al portero alem¨¢n. Reaccion¨® Koeman con dos cambios a la holandesa. Todos al ataque. Para nada. El conjunto noruego se defendi¨® expeditivo. Zigic cabece¨® blando y sin destino. El Valencia casi se despidi¨® de una competici¨®n en la que fue protagonista el pasado curso. Y el p¨²blico fue vaciando el estadio con un desprecio mortal hacia su equipo.

El Valencia se ahoga en Mestalla