Menos regate, m¨¢s asociaci¨®n
Ronaldinho busca la complicidad de Messi despu¨¦s de perder fuerza y enga?o
De manera progresiva, Ronaldinho ha ido perdiendo influencia en el juego del Barcelona hasta dar s¨ªntomas de un repunte que resulta dif¨ªcil adivinar hasta d¨®nde le llevar¨¢. A su llegada, en el verano de 2003, no s¨®lo cambi¨® el humor del club y el juego del equipo, sino que se convirti¨® en el origen y el final del gol, como qued¨® registrado en el sism¨®grafo del Observatorio Fabra de Barcelona cuando abati¨® al Sevilla con un tanto de medianoche que son¨® a un trueno. Incluso en la derrota su firma era entonces la del mejor jugador del mundo y as¨ª qued¨® escrito en Stamford Bridge cuando retrat¨® a Cech con un remate m¨¢s propio de un golfista que de un futbolista. M¨¢s adelante resolvi¨® partidos muy complicados despu¨¦s de tumbar a zagueros universales, como Nesta o Terry, y se gan¨® el aplauso de Chamart¨ªn. Alcanzada la Liga y la Copa de Europa, el gaucho se detuvo para vivir de sus goles a bal¨®n parado, que fueron muchos (23 si se suman todos), pero que al Bar?a no le sirvieron de nada la pasada temporada. Perdida la explosividad y la fuerza, administra ahora sus recursos, camuflado a veces como falso ariete o volcado a la banda por la alineaci¨®n de Henry y Messi.
Nadie ha descrito mejor la evoluci¨®n o regresi¨®n de Ronaldinho que Eto'o: "Hace a?os, cog¨ªa el bal¨®n y se regateaba a cuatro; ahora no dribla tanto. Sigue siendo el n¨²mero uno, pero de otra manera: arrastra a tres o cuatro rivales y genera espacios". Ha menguado el gol y el regate, que ha pasado de 20 intentos por cada minuto a 14, de un total de 203 a 45, y tambi¨¦n han disminuido gestos t¨¦cnicos como la el¨¢stica, la espaldinha o la cola de vaca. Los cambios de orientaci¨®n y las asociaciones han sustituido a las transiciones y al uno contra uno. A Ronnie le cuesta encarar al contrario e irse de su marcador, tanto en el ataque est¨¢tico como en el contragolpe, porque ya no es imparable ni tiene tanto enga?o. Aunque ha perdido cuatro kilos respecto al curso pasado, juega con una camiseta XL para que nadie le mire la barriga, s¨ªntoma de que le ha cambiado el cuerpo. Menos r¨¢pido con las piernas, intenta ganar velocidad mental en la ejecuci¨®n de las jugadas. "En todos los partidos busco a Ronnie porque me encuentro c¨®modo con ¨¦l, pero no miro a la cara antes de dar un pase", apostilla Messi, el mejor socio del brasile?o -el mi¨¦rcoles, ante el Glasgow Rangers, le dio 25 pases por dos a Henry-. "A los dos nos gusta jugar cortito y tirar paredes", insiste el argentino; "eso no quiere decir que no me entienda con Henry, pero llevo m¨¢s tiempo con Ronnie".
Messi (10), Henry (7) y Ronaldinho (5) capitalizan las tres cuartas partes -22 sobre 30- de los goles del Barcelona en la Liga y la Copa de Europa. Los otros ocho han sido marcados por ocho jugadores diferentes. Ronnie insiste a bal¨®n parado -fue decisivo ante el Athletic y el Betis-, pero en Valladolid empat¨® con una jugada marca de la casa y el mi¨¦rcoles desarm¨® al Rangers con un par de acciones de m¨¦rito: un centro de costado a costado y una pared. Hay coincidencia en el Camp Nou: a sus 27 a?os, Ronaldinho est¨¢ reinvent¨¢ndose y, en este proceso, resulta dif¨ªcil saber qu¨¦ jugador saldr¨¢ a corto plazo.
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