El arte de la discreci¨®n

La mejor parte del valor es la discreci¨®n", escribi¨® Shakespeare. Y efectivamente, la liberaci¨®n ayer en Chad de los dos pilotos y el auxiliar de vuelo espa?oles demuestra que, en la diplomacia,

la labor paciente y discreta puede reportar m¨¢s frutos que los aspavientos. Ahora se ve que la puesta en libertad de las cuatro azafatas espa?olas no hubiera requerido la intervenci¨®n directa

del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, con

su espectacular viaje

a Yamena.

Los abogados de estos detenidos ya lo dec¨ªan: que no intervengan los pol¨ªticos con declaraciones, aunque sin duda las discretas gestiones de la diplomacia espa?ola han surtido efecto. La llegada ayer en Yamena del secretario de Estado espa?ol de Pol¨ªtica Exterior, Bernardino Le¨®n, contrasta con la de Sarkozy. ?ste fue directamente a presionar. Le¨®n, que sab¨ªa que la justicia chadiana estaba a punto de dejar ir a los espa?oles, esper¨® a que ¨¦sta hubiera hablado para aterrizar en Yamena, saludar a las autoridades y regresar con los liberados. Fue una muestra de respeto hacia un pa¨ªs donde Espa?a ni siquiera tiene Embajada.

Francia es una potencia de hecho en Chad e intercedi¨® en su d¨ªa por los detenidos espa?oles en la causa por tr¨¢fico de ni?os contra la ONG El Arca de Zo¨¦, cuyo jefe exculp¨® a los espa?oles. Sin duda, tambi¨¦n Espa?a habr¨¢ intercedido por los franceses que quedan all¨ª. Sin embargo, ¨¦stos lo tienen mucho m¨¢s dif¨ªcil al estar directamente implicados. Los periodistas franceses que dejaron marchar los chadianos ense?aron c¨®mo los

de El Arca de Zo¨¦ preparaban a los ni?os para que parecieran heridos de guerra.

Es incluso posible que la intervenci¨®n de Sarkozy dificulte

la liberaci¨®n de sus compatriotas. Por eso

se le critic¨® en Francia. Mientras que las cr¨ªticas contra la diplomacia espa?ola han resultado infundadas. Aznar incluso se dijo "avergonzado" porque Sarkozy hubiera tra¨ªdo a las azafatas espa?olas hasta Torrej¨®n. Est¨¢ visto que este ex presidente hiperactivo y maestro en indiscreciones levanta una admiraci¨®n paleta entre nosotros. Pero lo que cuenta en diplomacia, al final, son los resultados

y el respeto a los interlocutores.