Silencios ruidosos y omisiones sospechosas
Es un cese o dimisi¨®n anunciado, el de la ministra de Fomento. Aunque creo que las responsabilidades por los desaguisados ferroviarios vienen de lejos, el cese o dimisi¨®n de la ministra es inapelable. Se lo merece y conviene a todo el mundo.
Se lo merece m¨¢s por su estilo que por su contenido, m¨¢s por sus omisiones que por sus acciones. Su estilo es ruidoso y lo que se lleva en los pasillos del poder es un silencio que genera un ruido confuso en el que las responsabilidades se diluyen. La ministra desprecia porque ignora (como su groser¨ªa al referirse al excelente libro sobre el aeropuerto y a la persona de un ex diputado socialista, el economista Germ¨¤ Bel). En pol¨ªtica, como en literatura y en casi todo, el estilo forma parte del contenido: fondo y forma son indisociables. Y su demagogia anticatalana dudo que sea una buena mercanc¨ªa en Andaluc¨ªa, y no lo es obviamente en Catalu?a, donde su partido puede ganar o perder las pr¨®ximas elecciones. Y tambi¨¦n debe ser destituida o dimitir, pues es su responsabilidad. Las autoridades pol¨ªticas reciben los beneficios y los benepl¨¢citos de lo que va bien, aunque muchas veces su contribuci¨®n al ¨¦xito haya sido m¨ªnima o nula. Han firmado una ley que no han elaborado, han autorizado unos gastos para unos programas que otros han preparado y otros gestionar¨¢n, han firmado convenios o contratos que a duras penas saben de qu¨¦ se trata. Se apuntan el tanto, salen en la prensa y a veces incluso la ley o el programa lleva su nombre. Pero cuando las cosas se tuercen ellos deben pagar, pues son los responsables de la cuesti¨®n, han nombrado a los ejecutores, han avalado los encargos a terceros, se han querido lucir apareciendo ante la opini¨®n p¨²blica como los autores y protagonistas de la obra. Y si la obra se hunde, ellos tambi¨¦n. La ministra parece que no entienda que el cargo ministerial es el fusible del jefe de Gobierno y no al rev¨¦s.
En el asunto del AVE por Barcelona sorprenden los silencios sobre un proyecto devaluado y hecho con prisas
El caso de la ministra no tiene mucho inter¨¦s y los que piden su dimisi¨®n me recuerdan al peque?o rey del peque?o planeta que se colocaba al este al amanecer y gritaba "sol sal", y por la noche en el oeste gritaba "sol ponte" y as¨ª gobernaba el universo. Ven un saco de patatas caer desde un quinto piso y reclaman su ca¨ªda. Tienen raz¨®n, pero no m¨¦rito; la ministra cae por sus propios m¨¦ritos. Los ciudadanos se merecen algo m¨¢s, alg¨²n esclarecimiento de la cadena de responsabilidades que ha originado este l¨ªo que ha complicado considerablemente la vida de centenares de miles de personas que trabajan y pagan impuestos. Y la cadena viene de lejos.
El AVE naci¨® mal. El tramo Madrid-Sevilla desgajado de la red europea es injustificable. La opini¨®n un¨¢nime de los expertos sin inter¨¦s particular en el asunto era apostar por la continuidad Burdeos-Pa¨ªs Vasco-Madrid, o Lyon-Montpellier-Barcelona-Madrid. Y Sevilla, Lisboa, etc¨¦tera, despu¨¦s. El retraso acumulado y las promesas incumplidas han estimulado luego las prisas.
En el caso del tramo Madrid-Barcelona, a mediados de los a?os noventa el ministerio de Borrell pact¨® con la Generalitat y el Ayuntamiento la entrada en la ciudad m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s positiva para ¨¦sta: Sant Cugat-Cerdanyola-Sagrera. Una buena soluci¨®n. Se acortaban los plazos de ejecuci¨®n y se creaba la oportunidad para una gran operaci¨®n urban¨ªstica rehabilitadora de la zona de la ciudad que m¨¢s lo necesitaba, el este desestructurado. Y en una segunda fase, sin prisas, se abordar¨ªa una operaci¨®n muy delicada y menos urgente que era la segunda l¨ªnea, inicialmente s¨®lo de mercanc¨ªas, de Sant Cugat a El Prat / aeropuerto y la traves¨ªa de Barcelona para conectar con la Sagrera.
En 1996 gan¨® las elecciones el Partido Popular y entretanto en Barcelona y en el Baix Llobregat se hab¨ªa ido imponiendo una opci¨®n distinta: dar prioridad a la conexi¨®n AVE-aeropuerto. Una decisi¨®n pol¨ªtica en la que el subjetivismo tecnocr¨¢tico de unos casaba con la ignorancia t¨¦cnica de otros, que probablemente esperaban grandes plusval¨ªas urbanas para sus municipios. La soluci¨®n era mucho m¨¢s complicada: la fragilidad del delta, la urbanizaci¨®n densa y el suelo poco seguro y mal estudiado. La complicada llegada a Sants, gran centro de cercan¨ªas cuyo funcionamiento era vital para el d¨ªa a d¨ªa de la metr¨®polis, significa adem¨¢s asignarle la funci¨®n principal como receptor del AVE devaluando la operaci¨®n Sagrera, tanto ferroviaria como urban¨ªstica. Y quedaba por resolver la traves¨ªa de Barcelona. Veremos ahora qui¨¦n le pone los cascabeles a los vecinos del Eixample y a los sagradafamilistas. A pesar de todos estos inconvenientes respecto a la anterior soluci¨®n, los pol¨ªticos catalanes, la izquierda de los ayuntamientos y los convergentes de la Generalitat pactaron a finales de siglo el nuevo trazado con el Gobierno del PP.
Sorprende el silencio de los profesionales ejerciendo de corderos. Los colegios profesionales callaron y las ingenier¨ªas que conoc¨ªan las dificultades de esta opci¨®n tambi¨¦n. Por lo menos en p¨²blico. Hay que tener en cuenta que GISA (Generalitat) y Adif (Fomento) tienen el casi monopolio de la contrataci¨®n de obra civil, aparte de carreteras. Y si bien los proyectos se pueden encargar a muchos, la direcci¨®n y el control de las obras se encargan a unos pocos. Por ejemplo: algunas de las consultor¨ªas que hac¨ªan el control de obras del Carmel ahora las hac¨ªan en el Baix Llobregat del AVE. Estos pocos, si quieren subsistir, acatan el pacto de silencio. Un silencio compartido con pol¨ªticos y constructoras. Silencio sobre proyectos devaluados, hechos a toda prisa, sin los estudios necesarios. Silencio sobre las manos libres dejadas a los constructores que hacen y deshacen los proyectos. Silencio por los cambios sobre la marcha de responsables pol¨ªticos poco informados. Silencio por el deficiente control sobre las obras.
Un silencio, ahora ruidoso, en el que participan, pues, pol¨ªticos de conocimientos escasos, constructoras, que reh¨²yen responsabilidades y se llevan los principales beneficios, y consultoras atrapadas en el negocio.
?Qu¨¦ es lo que une a este variopinto personal y mantiene el pacto de silencio?
Jordi Borja es profesor de la UOC.
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