Celos, tengo celos...
Cuando hace unos d¨ªas le¨ª la noticia, me sent¨ª menos querida que mis hermanos los inmigrantes. La concejal de Trabajo, Mar Serna, dijo: "El porcentaje de extranjeros emprendedores roza el 15%, el doble que el de los catalanes". Y a?adi¨® que "de las 75.000 empresas creadas en Catalu?a el a?o pasado, el 5,7% eran de inmigrantes". Su conclusi¨®n, pues, fue ¨¦sta: "Los inmigrantes tienen un proyecto de vida m¨¢s emprendedor. Tienen m¨¢s esp¨ªritu de lucha".
Me pareci¨® que Mar Serna les amaba m¨¢s a ellos que a m¨ª porque, sin desmerecer a nadie, me parece que montar una tienda de zapatos es tan emprendedor como hacerse escritora. Considero tan emprendedor escribir esta columna como ser el nuevo due?o inmigrante del bar donde yo desayunaba hasta hace poco (y donde ya no desayuno porque cuando pido pan con tomate no quieran saber qu¨¦ bocadillo tan emprendedor me traen). Me parece l¨®gico que los inmigrantes monten m¨¢s negocios que nosotros, por la sencilla raz¨®n de que nosotros, si nos vimos en la tesitura de montarlos, ya lo hicimos hace a?os.
Ser inmigrante no significa ser tonto. Pedir una hipoteca implica que se entiende el sistema
El caso es que ahora acabo de leer unas declaraciones que me han parecido del mismo estilo. Seg¨²n Interm¨®n, los inmigrantes pagan m¨¢s por la hipoteca que nosotros, y les cobran "entre tres y cinco puntos m¨¢s" debido "a un trato discriminatorio, porque los inmigrantes no conocen el sistema". Quien lo ha explicado en conferencia de prensa es Gonzalo Fanjul, el director de investigaci¨®n de la ONG.
Cuando Fanjul dice "inmigrantes" no se refiere, desde luego, a los inmigrantes americanos que compran los pisos de lujo contiguos a la Casa Amatller, en el paseo de Gracia. Se refiere a los otros inmigrantes, a los "emprendedores". Y desde luego, nadie puede negar que los inmigrantes, por el hecho de ser de otro lugar, pueden sufrir abusos o discriminaci¨®n. Pero tambi¨¦n es evidente que los bancos -los de aqu¨ª o los del resto del mundo- se curan en salud cobr¨¢ndote m¨¢s dependiendo del riesgo que les supongas. Pero eso no s¨®lo les ocurre a los inmigrantes. Los trabajadores aut¨®nomos lo sabemos muy bien. Nosotros, al no estar contratados en ninguna empresa, somos pagadores menos seguros. Y tienen raz¨®n. Nosotros nunca sabemos si el a?o que viene seguiremos teniendo trabajo. Pero como a pesar de eso seguimos con la pretensi¨®n de tener casa, los apoderados bancarios est¨¢n encantados de ofrecernos hipotecas a precios m¨¢s altos. Y eso es lo que debe de ocurrir tambi¨¦n con los inmigrantes.
De este informe, pues, lo que me sorprende es que los de Interm¨®n digan precisamente que a los inmigrantes se les cobra m¨¢s porque "desconocen el sistema". Hombre. ?Y yo qu¨¦? Conceptos como TAE son tan raros para m¨ª como para ellos, pero yo no le echo la culpa a nadie m¨¢s que a m¨ª. Desde el momento en que uno entiende lo que implica pedir una hipoteca y lo hace, no tiene ninguna excusa para decir que "al ser inmigrante no conoce el sistema". Si yo emigro a Dubai y me compro un piso tendr¨¦ que buscarme la vida para encontrar un traductor y para que alguien me explique qu¨¦ es lo que voy a firmar. Pero son las servitudes de contratar una hipoteca. Ser inmigrante no significa ser tonto.
De todas formas, tengo una manera infalible para comprobar ese grado de conocimiento del sistema al que hace referencia Interm¨®n. Se trata de observar cu¨¢nto cuestan los productos de las tiendas de comida regentadas por algunos de ellos (y abiertas a todas horas). Si esos precios duplican los de las tiendas regentadas por aut¨®ctonos (que s¨ª cierran a su hora), entonces yo no me preocupar¨ªa por su grado de desconocimiento del sistema. En serio. Eso es conocer el sistema a la perfecci¨®n. Otra cosa son los pringados (inmigrantes o no) que jam¨¢s tendr¨¢n hipoteca porque son demasiado pobres para pagarla.
moliner.empar@gmail.com
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