Los secretos de Diego Rivera
El pr¨®ximo diciembre, a los 50 a?os de su muerte, se abre a los investigadores el archivo del artista
A punto de cumplirse el 50 aniversario de la muerte del pintor mexicano Diego Rivera (Guanajuato, 1886 - M¨¦xico, 1957), los enigmas del que fuera el gran visionario, revolucionario y provocador de la primera mitad del siglo XX en M¨¦xico configuran un rompecabezas que contin¨²a alimentando el mito. El pr¨®ximo diciembre se abrir¨¢ a los investigadores el archivo del artista que durante casi cinco d¨¦cadas guard¨® celosamente su amiga y mecenas Dolores Olmedo: 34.761 piezas entre cartas, fotograf¨ªas, bocetos, libros, dibujos, documentos, vestuario, recortes de prensa, carteles y objetos personales que ayudar¨¢n a reconstruir el universo de Diego y de su tercera esposa, la tambi¨¦n pintora Frida Kahlo, su tempestuosa relaci¨®n y sus v¨ªnculos pol¨ªticos, sociales y culturales.
Donado al pueblo de M¨¦xico por voluntad de Diego, el archivo ha permanecido protegido bajo candados y sellos en cajones, c¨®modas y en un ba?o de la vivienda en la que naci¨® y muri¨® Frida, la Casa Azul de Coyoac¨¢n. Poco antes de morir, el pintor encarg¨® su salvaguarda a Dolores Olmedo y orden¨® que no se hiciera p¨²blico hasta pasados 15 a?os. Sin embargo, decidi¨® no abrir la colecci¨®n hasta su propio fallecimiento, en 2002. El motivo, seg¨²n Juan Coronel Rivera, cr¨ªtico de arte y nieto del artista, pudo ser "el temor a que la correspondencia de Diego acarreara implicaciones pol¨ªticas y de corrupci¨®n en asuntos no muy claros" a sus coetaneos. Despu¨¦s de tres a?os de catalogaci¨®n y coincidiendo con la doble celebraci¨®n del centenario del nacimiento de Frida (6 de julio de 1907) y el 50 aniversario luctuoso de Rivera (24 de noviembre de 1957) fue presentada el pasado 5 de julio la exposici¨®n Los tesoros de la Casa Azul, una peque?a muestra de lo que significar¨¢ el archivo, disponible a finales de este a?o.
"Es inagotable, estamos en la etapa inicial de investigaci¨®n", explica Ricardo P¨¦rez Escamilla, jefe de curadores de Los tesoros de la Casa Azul, quien se?ala como primer gran descubrimiento el hallazgo de diez estarcidos del primer mural de Diego, La Creaci¨®n (1921). "Nos encontramos ante el nacimiento del muralismo mexicano. Nadie sab¨ªa que exist¨ªan", a?ade P¨¦rez Escamilla. Un ¨®leo in¨¦dito fechado entre 1910 y 1911, que muestra el paisaje de la Ca?ada de Contreras, as¨ª como un gran n¨²mero de dibujos y bocetos tambi¨¦n in¨¦ditos multiplican el valor art¨ªstico del archivo.
Pero quiz¨¢s sea el Diego pol¨ªtico una de las dimensiones que a¨²n hoy presenta m¨¢s interrogantes. Sus devaneos entre el trotskismo y el stalinismo, su periodo colaboracionista con EEUU y sus v¨ªnculos con la masoner¨ªa son s¨®lo algunas de las facetas sobre las que se espera arrojar luz con el an¨¢lisis de los documentos y la correspondencia de Rivera con artistas, intelectuales y pol¨ªticos, tanto de la escena nacional mexicana como de la internacional. Seg¨²n Hilda Trujillo, directora de la Casa Azul y del museo Anahuacalli, en el archivo se ha encontrado una carta enmarcada dirigida al pueblo mexicano que presumiblemente Stalin hizo llegar a Diego, en la que anima a los mexicanos a que se unan a la revoluci¨®n.
La Casa Azul revela, asimismo, a trav¨¦s de las cartas entre Diego y Frida, la profunda admiraci¨®n que se profesaron mutuamente, la retroalimentaci¨®n constante entre ellos y el respeto por sus individualidades, "que los convirti¨® en modelo de matrimonio del siglo XXI", asegura Ricardo P¨¦rez Escamilla. En una carta que Diego escribe a Frida el 10 de enero de 1939, un documento in¨¦dito que hoy publica EL PAIS, el artista expone: "Tu retrato nuevo con tu Chang (un mono, mascota de la artista) est¨¢ verdaderamente maravilloso, tu genio de pintor est¨¢ en el cuadro y en tu imagen, decididamente no hay ning¨²n pintor viviente que pueda hacer lo que t¨²". Kahlo, por su parte, dice de Diego en un documento sin fecha conservado en el archivo: "Rivera, revolucionario rojo, rompi¨® realmente reacci¨®n recomendando realidad. Recalc¨® rabiosamente, rudamente, riquezas, religiones, ritos, ramploner¨ªas, ridiculeses, recomendando realizaci¨®n, revoluci¨®n".
La azarosa vida social y pol¨ªtica de Rivera ejercer¨ªa un gran magnetismo sobre Frida, del que los archivos son testigo. Un ejemplo de esta influencia es la aparici¨®n de simbolog¨ªa mas¨®nica en la obra de Kahlo. Si bien Diego us¨® con mucha frecuencia s¨ªmbolos mas¨®nicos en sus murales, Frida no permaneci¨® pasiva. Seg¨²n P¨¦rez Escamilla, "la famosa columna rota que siempre se ha cre¨ªdo la representaci¨®n simb¨®lica de la columna vertebral", -en alusi¨®n al accidente que sufri¨® Frida y que le dejar¨ªa secuelas a lo largo de toda su vida-, "es un s¨ªmbolo mas¨®nico que significa fractura o quiebra", aunque el maestro no descarta que la artista tambi¨¦n pensara, a su vez, en su columna vertebral. Sin embargo, el curador aporta una prueba: "Encontr¨¦ en la Casa Azul un dibujito de Frida Kahlo en que est¨¢ la escuadra y el comp¨¢s".
La aproximaci¨®n al archivo a la hora de estudiar la figura de Frida debe realizarse desde una perspectiva clave: no son los documentos que Frida guard¨® sino los que conserv¨® el marido de Frida. "No s¨¦ si Frida pensaba que iba a vivir m¨¢s, y si hubiera vivido m¨¢s quiz¨¢s habr¨ªa destruido algunas de las cosas que podremos ver. Es la visi¨®n que ten¨ªa Diego de Frida", explica Coronel.
P¨¦rez Escamilla se?ala al respecto la importancia de los "libros intervenidos" por Frida que alberga el acervo: "Encontr¨¦ un libro rayoneado con furia en el que pone 'Frida, Diego, Frida, Diego, Frida, Diego'. Se podr¨ªa decir que dibujaba en una actitud de abandono, durante el duermevela". Uno de sus vol¨²menes contiene la clave para interpretar muchos de sus dibujos: "No puedo dormir, tengo un insomnio terrible, que desgracia ser tan sensible o simplemente tan est¨²pida".
Por ¨²ltimo, la colecci¨®n de libros de geograf¨ªa, f¨ªsica, matem¨¢ticas, medicina, arte, filosof¨ªa, literatura cl¨¢sica y moderna testimonia los dilatados intereses culturales de Frida y Diego, entre los que cabe destacar su simpat¨ªa por el juda¨ªsmo, como evidencian 12 tomos de la Historia de la cultura de Israel acompa?ados de un texto de Rivera en el que sit¨²a el futuro del arte en los artistas jud¨ªos, seg¨²n confirma P¨¦rez Escamilla. La biblioteca incluye c¨®dices prehisp¨¢nicos, una prueba m¨¢s de la fascinaci¨®n de la pareja por recuperar y reconstruir la historia de M¨¦xico.
Las inc¨®gnitas no resueltas entre Diego y Trotsky
"Me pele¨¦ definitivamente con el viejo (Leon Trotsky) y puse mi renuncia a la cuarta (IV Internacional) para evitar pendejadas. Fig¨²rate que se puso furioso porque ley¨® a escondidas una carta que le escrib¨ª a Andr¨¦ (Bret¨®n) [?] se puso loco de furia por unos chistes que hac¨ªa yo sobre ¨¦l y escribi¨® una 'declaration forc¨¦e' que ni contra Stalin habr¨ªa escrito exigiendo que le escribiera yo a Andr¨¦ retract¨¢ndome de los chistes que ofend¨ªan 'su honor pol¨ªtico' [?]",
Las inc¨®gnitas sobre el distanciamiento entre el intelectual comunista y Rivera son todav¨ªa una cuesti¨®n controvertida que no llegan a esclarecer las l¨ªneas anteriores, contenidas en la carta in¨¦dita que Diego escribe a Frida el 10 de enero de 1939 y hoy publica EL PAIS.
"Se ha exagerado la cuesti¨®n de los amor¨ªos de Trotsky y Frida, lo cual es irrelevante en la relaci¨®n Frida-Diego-Trotski", asegura Raquel Tibol, cr¨ªtica de arte y ex secretaria de Rivera. "Ni siquiera hay documentos que lo prueben", a?ade Carlos Ram¨ªrez Sandoval, director del Museo Leon Trotsky de M¨¦xico.
Una de las grandes obsesiones de Rivera ser¨ªa su reingreso en las filas del Partido Comunista Mexicano -de donde hab¨ªa sido expulsado en 1929-, lo que no lograr¨ªa hasta 1955, dos a?os antes de su muerte. Diego hab¨ªa viajado a la URSS entre 1927 y 1928, invitado por las autoridades sovi¨¦ticas con motivo del d¨¦cimo aniversario de la Revoluci¨®n del 17 y fue all¨ª donde entr¨® en contacto con la oposici¨®n de izquierdas liderada por Leon Trotsky, ya exiliado en Alma Ata (Kazajist¨¢n) y enemigo n¨²mero uno de Stalin, entonces dirigente de la URSS. Su mediaci¨®n ante el general C¨¢rdenas fue la clave del ¨¦xito para lograr el asilo de Leon Trotsky en M¨¦xico, donde desembarc¨® en enero de 1937, huyendo de la persecuci¨®n mundial que Stalin hab¨ªa orquestado contra ¨¦l.
En una carta que Kahlo escribe a Trotsky, durante la estancia de la pintora en Par¨ªs a principios de 1939, que forma parte de la muestra de Tesoros de la Casa Azul, expone:
"Diego ha trabajado para el movimiento de la mejor forma que ha podido -siempre muy honestamente. [?] Si no puede ser miembro de la IV Internacional por est¨²pidos motivos como 'no responder cartas a tiempo', ¨¦l puede ser un simpatizante y una gran ayuda a los trabajadores del mundo que luchan en la l¨ªnea de la revoluci¨®n".
Si fue la decisi¨®n de Trotsky de no permitir que Diego interviniera en la redacci¨®n de la IV Internacional o si fue el alineamiento del muralista con el stalinismo para obtener su readmisi¨®n en el PC lo que provoc¨® su ruptura est¨¢ a¨²n por determinar.
En el primer intento de asesinato contra Trotsky, dirigido por el tambi¨¦n muralista mexicano David Alfaro Siqueiros en mayo de 1940, los asaltantes utilizaron una camioneta que Ford hab¨ªa regalado a Diego, seg¨²n confirma Coronel Rivera, con lo que "la deducci¨®n que se puede hacer es que ya estaba alineado con el stalinismo". Trotsky muri¨® el 21 de agosto de 1940 en M¨¦xico como consecuencia de las heridas que le produjo un d¨ªa antes el atentado del espa?ol Ram¨®n Mercader.
Babelia
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