Pujol relata c¨®mo fue torturado
El ex presidente de la Generalitat publica el primer tomo de sus memorias
Jordi Pujol, el pol¨ªtico que ha ejercido el m¨¢ximo protagonismo en Catalu?a durante las ¨²ltimas d¨¦cadas y uno de los m¨¢s destacados en Espa?a ha terminado la primera parte de sus memorias, que comprende el periodo 1930-1980. En ellas relata aspectos de su vida de los que nunca hab¨ªa hablado con detalle, como la sesi¨®n de tortura a la que fue sometido en 1960 a manos de la Brigada Pol¨ªtico-Social de la polic¨ªa franquista.
Este primer volumen, editado en catal¨¢n por Edicions Proa, consta de 400 p¨¢ginas y ha sido redactado en colaboraci¨®n con el periodista Manuel Cuy¨¤s. Aborda desde sus a?os de iniciaci¨®n hasta su actividad como banquero, promotor cultural, empresario period¨ªstico propietario de la resista Destino y el diario El Correo Catal¨¢n, su actividad antifranquista, sus contradictorias relaciones con su antecesor en la presidencia de la Generalitat, Josep Tarradellas, la creaci¨®n de su partido, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, y su acceso a la presidencia de la Generalitat, entre otras cosas.
"Me hicieron agachar con las manos esposadas bajo los muslos. En esta posici¨®n, conocida como 'la cig¨¹e?a', me pegaban y me hac¨ªan caer al suelo"
"Disponer de un banco era una forma de tener poder y a nosotros nos daba la posibilidad de actuar a favor de Catalu?a"
"Entend¨ªa la reproducci¨®n y la continuidad como una obligaci¨®n de la gente y como una prescripci¨®n religiosa y de pa¨ªs (...), al final tuve siete hijos"
El relato que Pujol hace de su paso por la comisar¨ªa de polic¨ªa de la Via Laietana de Barcelona tras ser detenido en mayo de 1960, a consecuencia de haber participado en un acto de protesta contra el general Franco, es el siguiente: "?Maltratos? ?Tengo que decir que fui v¨ªctima de maltratos? La palabra entonces queda muy corta. La palabra realmente adecuada es tortura. Me dieron una paliza muy fuerte y profesional. Bofetadas en la cara, una detr¨¢s de otra. Pu?etazos en lugares no visibles para no dejar se?al. S¨®lo una vez a uno de los agentes se le escap¨® la mano y me abri¨® una ceja. Un compa?ero le dijo que fuera con cuidado".
Pujol prosigue: "Golpes con una porra en el culo y en las partes blandas del cuerpo. Bastonazos seguidos en las plantas de los pies. Golpes en los empeines, con m¨¢s c¨¢lculo porque no quer¨ªan rompes huesos. Me hicieron agachar con las manos esposadas bajo los muslos. En esta posici¨®n, que se conoce con el nombre de la cig¨¹e?a, me pegaban y me hac¨ªan caer al suelo. Me incorporaban y me hac¨ªan volver a caer con m¨¢s bofetadas en la cara y m¨¢s pu?etazos en el cuerpo. Doblado en el suelo, me propinaban patadas, me arrastraban. De vez en cuando, me dejaban descansar. Despu¨¦s volv¨ªan".
Aunque el libro relata hechos del pasado, Pujol no se ahorra emitir algunas opiniones pol¨ªticas de rigurosa actualidad, como por ejemplo el auge del independentismo, incluso en su propio partido.
- Auge del independentismo. "Nuestra identidad ha demostrado ser fuerte y creativa. El resultado de todo es positivo y nos abre buenas perspectivas dentro y fuera de Catalu?a, pero no perspectivas de independencia. Aunque, como van las cosas, podr¨ªa pasar que el sentimiento independentista creciera notablemente. Detecto en los ¨²ltimos tiempos aires que apuntan en este sentido".
- La banca como medio. "Disponer de un banco [Banca Catalana] era una forma de tener poder y a nosotros nos daba la posibilidad de actuar a favor de Catalu?a. La idea de ser propietario de un banco con el objetivo de acumular dinero, que es lo que todo el mundo piensa cuando se habla de estas entidades, a m¨ª no se me ocurri¨® nunca. (...) no quer¨ªamos un banco peque?o, un banco casero para ir tirando, ambicion¨¢bamos un gran banco".
- La familia, la pol¨ªtica. "Siempre tuve claro que me quer¨ªa casar. Lo digo porque mis juveniles inclinaciones religiosas hab¨ªan hecho decir a m¨¢s de uno: 'Pujol se quiere hacer sacerdote'. Nunca hab¨ªa pensado en hacerme sacerdote. Mi vocaci¨®n aut¨¦ntica era la pol¨ªtica, entendida en ese momento como servicio al inter¨¦s general".
"Igual que ten¨ªa claro que me quer¨ªa casar, ten¨ªa claro que quer¨ªa ser padre de unos cuantos hijos. Entend¨ªa la reproducci¨®n y la continuidad como una obligaci¨®n de la gente y como una prescripci¨®n religiosa y de pa¨ªs. Cre¨ªa y creo que dar vida es una de las cosas m¨¢s nobles que hay. Marta lo compart¨ªa. (...) no hab¨ªamos entrado en detalle sobre el n¨²mero de hijos (...) pero al final con buen y cari?oso entendimiento, han sido siete".
- Autorretrato. "He presidido la Generalitat de Catalu?a cerca de 24 a?os. No he sido un presidente m¨ªtico como Maci¨¤. No he sido un presidente m¨¢rtir como Llu¨ªs Companys. No he sido el juicio ordenador que fue Prat de la Riba. Pero he gobernado mi pa¨ªs casi un cuarto de siglo y en una ¨¦poca decisiva. Debo de haber hecho mal algunas cosas en este periodo, pero otras han sido un acierto, porque durante mi gobierno Catalu?a ha hecho un perceptible salto hacia delante. En todo caso, he sido un presidente importante. Hasta los adversarios lo reconocen. Quiz¨¢ s¨ª, pienso las ma?anas de Navidad, que tendr¨¦ que ser enterrado en un pante¨®n de prohombre, si se me permite decirlo".
- Ayuda a Tarradellas. En su ¨¦poca al frente de Banca Catalana, el entonces presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas, solicit¨® ayuda econ¨®mica a trav¨¦s del que era director general de la entidad, Ramon Carrasco, hijo del dirigente de Uni¨® Democr¨¤tica fusilado por Franco. Pujol accedi¨®. Lo relata as¨ª: "Una cosa era la poca confianza que hab¨ªamos tenido en el exilio catal¨¢n y en la misma Generalitat; otra cosa, el respeto general hacia la instituci¨®n".
- Experiencia como editor. El ex presidente se hizo con el diario El Correo Catal¨¢n para convertirlo en plataforma de "un catalanismo m¨¢s moderno". Lleg¨® ser socio mayoritario del rotativo, que cerr¨® en 1985 con una liquidaci¨®n "nada traum¨¢tica". "La experiencia vivida ha hecho que nunca m¨¢s me haya metido en negocios de prensa. Cuando a?os m¨¢s tarde Llu¨ªs Prenafeta pretend¨ªa sacar adelante El Observador, intent¨¦ disuadirle. Por descontado, no particip¨¦ en absoluto".
- Peque?o burgu¨¦s y banquero. "A m¨ª me han acusado a menudo de tendero y de pay¨¦s. No les quitar¨¦ la raz¨®n. Lo que pasa es que entre el piso de Barcelona y la mas¨ªa de Premi¨¤ de Dalt crecer¨¢ un joven que se preguntar¨¢ c¨®mo puede servir a su pa¨ªs, c¨®mo puede servir a Catalu?a. Y que m¨¢s tarde dar¨¢ respuesta escribiendo desde la c¨¢rcel un libro de grito y pensamiento. O fundando el banco catal¨¢n que no supieron crear ni los grandes burgueses ni gente muy sabia ni gente muy potente".
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