Borboneces
Lo siento, amigos, pero lo Borb¨®n est¨¢ en el aire. Nadie me impedir¨¢ pronunciarme, como s¨²bdita que pago impuestos.
Me parece rid¨ªcula la indignaci¨®n mostrada por el tribunal que ha condenado a los autores de la portada de El Jueves. Se vino a decir que si a la familia real se le falta el respeto aqu¨ª, luego pasa lo que pasa en Chile con el vocalista venezolano. Que yo sepa, ning¨²n empelucado juez brit¨¢nico atribuy¨® nunca la guerra de las Malvinas al hecho de que el programa Sppiting Images sacara a la reina de Inglaterra relinchando y a su madre trasegando ginebra. En fin. Pa¨ªs.
Por otra parte, me fascina la capacidad para conectar con el hombre y la mujer de las calles -yo misma- que posee nuestro Monarca. Desde que Ch¨¢vez asom¨® su varonil rostro en la escena mundial y abri¨® la cremallera para regurgitar su verbo empalagoso, fue verle y acudirme esas mismas palabras de Su Majestad, aunque yo a?ad¨ªa -por hallarme sola al volante de mi propio tresillo- la castiza apostilla "... de una puta vez". Hay que aguantar siete horas en directo del programa Al¨®, presidente para entender de qu¨¦ estoy hablando. No le den m¨¢s vueltas. El Rey salt¨® por el sonsonete. El vigor patrio de la prosodia y de la rapsodia. Es el tono, aparte del contenido. Es el Bolerismo o Muerte. A un soberano que tuvo que luchar tanto con su propia versi¨®n de la fon¨¦tica hasta hacerse con un pasable control del discurso de fin de a?o, sin duda tiene que sentarle como un mareo en yate ese atropello torrencial de los silencios.
La cantante de jazz agradece la fama que le dio 'Buenas noches y buena suerte'
Echar¨¦ a faltar a don Marichalar. El ¨²nico que parec¨ªa un Austria en la foto. Personalmente estoy muy afectada por la desaparici¨®n de don Jaime de Marichalar de la felicitaci¨®n navide?a, pues entre tanto Borb¨®n ¨¦l aportaba un toque Habsburgo, quiz¨¢ por el alargamiento mandibular, que me hac¨ªa so?ar con la corte austriaca.
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