"Nadie quiere que nos vayamos"

Ni nos vamos a ir, ni nadie quiere que nos vayamos". Es la voz de un empresario espa?ol con intereses en Venezuela y en otros pa¨ªses latinoamericanos en respuesta a las ¨²ltimas amenazas de Hugo Ch¨¢vez. La gran mayor¨ªa de firmas espa?olas presentes en la zona piensa lo mismo. Ninguna quiere hacer declaraciones oficiales. Se juegan mucho, y el sentido com¨²n les indica que entrar a provocaciones en estas circunstancias ser¨ªa peor.

Al presidente venezolano le salieron unas palabras muy duras ("Estoy sometiendo a una profunda revisi¨®n las relaciones pol¨ªticas, diplom¨¢ticas y econ¨®micas con Espa?a; las empresas van a tener que rendir m¨¢s cuentas, voy a meterles el ojo") tras el encontronazo con el Rey de Espa?a en la cumbre de Santiago. En esta ocasi¨®n la repercusi¨®n es mayor, precisamente por ese incidente, pero no es la primera vez que los empresarios -y en Venezuela hay cientos de pymes de capital espa?ol- asisten a salidas de tono de parecido calibre de Ch¨¢vez, que se extienden a otros l¨ªderes populistas.

La inversi¨®n espa?ola en Latinoam¨¦rica ha pasado del 50% del total entre 1993-2000 al 18% en el periodo 2001-2006

Es probable que se calmen las aguas, como pronostica la mayor¨ªa, pero cada vez que ocurre se sienten obligadas a subrayar su vocaci¨®n de permanencia. Fuentes empresariales recuerdan tambi¨¦n que Ch¨¢vez habla para consumo interno ante el inminente refer¨¦ndum constitucional, pero han pedido prudencia al Gobierno espa?ol y han recurrido al Consejo Superior de C¨¢maras para asegurar "el permanente compromiso con el desarrollo econ¨®mico y social de los pa¨ªses latinoamericanos" y para exigir que "los Estados sean conscientes del papel inversor de las empresas y de profundizar en el respeto mutuo institucional y en las condiciones de estabilidad y seguridad jur¨ªdica".

Las empresas invierten para quedarse. La paradoja que se encuentran es que, en un momento en que la regi¨®n muestra una clara recuperaci¨®n, con el ascenso de las clases medias y la mejora significativa de sus cifras macroecon¨®micas, aparecen problemas pol¨ªticos por el ascenso de l¨ªderes populistas que provocan el aumento de los riesgos y la contenci¨®n de las inversiones.

Esos riesgos no se distribuyen de manera uniforme. M¨¦xico, Brasil, Chile y, en menor medida, Argentina reciben la mayor parte de las inversiones espa?olas. Argentina ha perdido el primer lugar como receptor por problemas de inseguridad. La misma que en Bolivia y Venezuela, dos pa¨ªses con Gobiernos populistas, en donde las aseguradoras empiezan a poner pegas para asegurar inversiones. Son M¨¦xico, Chile y Brasil, junto a Per¨², los que m¨¢s han reducido la pobreza gracias a que han combinado crecimientos sostenidos, bajas tasas de inflaci¨®n y nuevas pol¨ªticas sociales, seg¨²n Jos¨¦ Juan Ruiz, economista del Banco Santander, quien a?ade que en los ¨²ltimos cuatro a?os se ha reducido la probreza en conjunto m¨¢s que en los 10 precedentes.

A ello han contribuido sin ninguna duda las empresas espa?olas, que comenzaron a desembarcar en Latinoam¨¦rica de forma masiva en los noventa. Los grandes conglomerados, que necesitaban ganar tama?o para frenar cualquier OPA hostil, acudieron a la regi¨®n por varias razones. Por un lado, por los procesos de liberalizaci¨®n y privatizaci¨®n de varios pa¨ªses de la zona para captar capitales. Por otro, por razones culturales, como el idioma com¨²n y las costumbres, el potencial de crecimiento y las oportunidades que se abr¨ªan con Gobiernos democr¨¢ticos.

El proceso inversor situ¨® a Espa?a entre las ocho principales econom¨ªas del mundo por la cuant¨ªa de su inversi¨®n extranjera directa (IED) y segundo en Latinoam¨¦rica tras EE UU. Telef¨®nica, Repsol, Endesa, Santander, BBVA, constructoras, hoteleras, grupos de comunicaci¨®n, empresas de servicios... se fijaron en Latinoam¨¦rica. En el periodo expansivo entre 1993 y 2000 destinaron unas inversiones brutas de 77.037 millones de euros, el 50% del total espa?ol en el mundo. Sin embargo, la crisis que sufri¨® la regi¨®n, arrastrada por Argentina en 2000, desvi¨® la inversi¨®n hacia otras ¨¢reas m¨¢s seguras. En consecuencia, en Latinoam¨¦rica se redujo a 48.000 millones, el 18% del total.

A pesar de ello, Latinoam¨¦rica sigue contribuyendo m¨¢s que ninguna otra ¨¢rea a los resultados operativos (EBIT). En 2006, el 24% de los resultados de las empresas del Ibex proven¨ªa de la regi¨®n, con especial incidencia en las grandes (55% en el BBVA; 45% en Repsol YPF; 37% en el Santander; 33% en Telef¨®nica y 30% en Endesa). Esto significa que la Bolsa y la econom¨ªa espa?olas est¨¢n bastante a merced de lo que pase all¨ª.

La mayor parte de la inversi¨®n tuvo lugar en empresas de servicios p¨²blicos (telecomunicaciones, finanzas, infraestructuras, energ¨ªa) y, por tanto, en sectores regulados. Esto provoca el efecto pernicioso de estar sometidas a una alta discrecionalidad por parte de los gobernantes populistas, seg¨²n destaca el economista Mauro Guill¨¦n. Los Gobiernos de turno tienen capacidad de renegociar contratos o concesiones, de subir las tarifas o congelarlas, de nacionalizar la propiedad. Le ha pasado a Repsol en Argentina y Bolivia; o a Aguas de Barcelona, que tuvo que dejar Buenos Aires; o a Endesa, tambi¨¦n en ese pa¨ªs...

Es el peligro del populismo que representa Ch¨¢vez. "Somos conscientes de que nos pueden complicar la vida, y contra eso no podemos exhibir la garant¨ªa en la prestaci¨®n de servicio, por muy alto que sea el grado de satisfacci¨®n de los ciudadanos, como es el caso venezolano", sostiene una empresa. "Hay que preguntarse", a?ade, "si la empresa espa?ola ha logrado ser considerada como nacional o si creen que viene a maximizar beneficios sin dar a la sociedad lo que la sociedad le ha dado a ella". Hay un principio en la teor¨ªa de la internacionalizaci¨®n de la empresa que dice que las empresas m¨¢s exitosas son aquellas que piensan globalmente y act¨²an localmente. Y hay quien recuerda la arrogancia que algunos directivos espa?oles mostraban en sus incursiones en Latinoam¨¦rica, sobre todo en la Telef¨®nica de Juan Villalonga. -