Hace cinco a?os
Decimos "hace cinco a?os" y pensamos que s¨®lo datamos, que recontamos, no nos damos cuenta de que al decir as¨ª hacemos que un d¨ªa, un momento, sea especial. No nos damos cuenta de que haciendo as¨ª consagramos un d¨ªa, hacemos sagrada una fecha. D¨ªas especiales, d¨ªas santos (Los humanos somos seres religiosos, segregamos religi¨®n sin quererlo).
Hace ahora cinco a?os fueron d¨ªas especiales y hacemos bien recordando y celebr¨¢ndolos, pues fundaron nuestro presente. El presente que hoy tenemos, el que sea que tenga la Galicia actual nos lo ganamos entonces contra mucho y contra muchos. Que se cre¨ªan tan poderosos, que los cre¨ªamos tan poderosos.
Cada uno puede hacer memoria: ?D¨®nde estaba yo entonces? ?Qu¨¦ estaba haciendo cuando vi por primera vez el chapapote? ?Lo vi en la costa o en la pantalla de un televisor en un bar, en mi casa? ?A qui¨¦n le o¨ª decir las primeras mentiras? ?Se las o¨ª en la radio, o vi su imagen en la televisi¨®n mientras las dec¨ªa? ?Estuve bajo la lluvia gritando nuestra rabia en las calles de Santiago o lo vi por televisi¨®n? ?Llor¨¦ de pena, de rabia? ?Limpi¨¦ chapapote? ?Hice una pancarta con mis hijos? Cada uno puede hacer su memoria y entre todos armamos la nuestra.
Quiz¨¢ nunca volvamos a brillar tanto; hay instantes de energ¨ªa que fundan un mundo
Recuerda, recuerda. Tal d¨ªa 18 hace cinco a?os me acerqu¨¦ a la costa, La Vanguardia me hab¨ªa pedido que escribiese un reportaje sobre lo que entonces era un naufragio y, aunque con desgana, hab¨ªa aceptado. En medio de aquellos d¨ªas de temporal era una ma?ana tranquila, en alg¨²n momento se abr¨ªa el cielo y asomaba un peque?o sol fr¨ªo. Llegu¨¦ a Mux¨ªa y vi aquello. No voy a describirlo, es dif¨ªcil pasar a palabras aquel asombro y confusi¨®n. No sab¨ªa si re¨ªr o llorar, as¨ª que llor¨¦ apenas una l¨¢grima, ve¨ªa aquello que el Gobierno dec¨ªa que no exist¨ªa. Decid¨ª enfriar el ¨¢nimo para actuar. Me jur¨¦ que iba a contar aquello y un juramento tiene sus formas as¨ª que moj¨¦ la pasta del cuaderno en el chapapote. En la libreta tom¨¦ notas para los art¨ªculos que fui enviando: el d¨ªa 19 se public¨® Flota una piedra en la Costa da Morte, luego La gran ballena negra se hunde, Carga de profundidad en el frente del Oeste, Dimisi¨®n... Uno, que trabaja con las palabras, sinti¨® que deb¨ªa contarlo y debo decir que nunca escrib¨ª tan bien. Pues a veces la musa m¨¢s terrible es la m¨¢s inspiradora.
Pero cada uno sabe las suyas, otros hicieron cosas m¨¢s necesarias. Pero entre todos fuimos capaces de transformar la mierda en oro, de aquel amasijo de chapapote y mentiras hicimos rebeld¨ªa y libertad. Fueron d¨ªas de aprendizaje y el conocimiento verdadero hay que gan¨¢rselo, no basta chapar libros, eso sirve para aprobar, no para vivir. Y aqu¨ª nos ganamos todos, o casi todos, conocer. Vinieron muchas personas de lejos y vieron, se vistieron de blanco y durmieron en el suelo, limpiaron aquella cosa negra de nuestra costa con lo que pudieron y no le daban. Nuestros marineros improvisaron una flota gloriosa, inventaron instrumentos y defendieron las r¨ªas. Nuestras mariscadoras faenaron en aquel molusco negro. Nuestros m¨¦dicos afrontaron una nueva plaga. Nuestros profesores ense?aron una asignatura nueva. Nuestros ni?os hicieron una cadena humana, la m¨¢s conmovedora. Nuestros artistas inventaron nuevos versos. Y todos gritamos "nunca m¨¢is". Entre todos sumamos esfuerzos, cifras que no caben en ning¨²n libro Guinness. Entre todos excepto ellos, los que nos trajeron tanto desastre. Los se?ores de las mentiras. Excepto ellos.
En aquellos d¨ªas que fundaron nuestro presente, el alquitr¨¢n fue la tinta que todo y a todos retrat¨®. Retrat¨® cosas que ya no record¨¢bamos, como el amor que sent¨ªamos por nuestra tierra, nuestras r¨ªas y nuestro oc¨¦ano. Cosas que no nos hab¨ªamos atrevido a sentir, como la dignidad colectiva y la libertad. Nos retrat¨® m¨¢s hermosos que nunca. Tambi¨¦n los retrat¨® a ellos, a los que gobernaban con las mentiras. Aquel temporal retrat¨® negro sobre blanco a los mentirosos.
Quiz¨¢ nunca volvamos a brillar tanto. Hay horas y momentos especiales, son los d¨ªas de fundaci¨®n, los instantes de energ¨ªa que fundan un mundo. O al menos nuestro presente, el que nos hemos dado. Nos cost¨® mucho trabajo ganarlo, debemos ser exigentes con nosotros mismos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.