Hechos probados
Aunque el periodismo es una de las profesiones menos corporativas hay una tendencia natural a poner en marcha el aserto "a los m¨ªos con raz¨®n o sin ella". Viene esto a cuento de las reacciones por el juicio oral que comienza hoy contra dos periodistas del peri¨®dico El Mundo a ra¨ªz de una querella presentada por Manuel Chaves y Luis Pizarro. Como era previsible, se ha iniciado una ola de solidaridad con los encausados, unas veces por un sentimiento de apoyo a supuestas v¨ªctimas y otras veces por odio visceral hacia el PSOE y hacia el presidente de la Junta. Los hechos, en resumen, son los siguientes: el peri¨®dico El Mundo public¨® hace seis a?os que el presidente de la Junta y el secretario de organizaci¨®n del PSOE hab¨ªan ordenado espiar al entonces presidente de Caja San Fernando, Juan Manuel L¨®pez Benjumea. Los periodistas confirmaron la noticia con la Delegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa, a cuyo frente estaba Jos¨¦ Torres Hurtado (PP), y con uno de los protagonistas de la historia. Aunque recibieron el desmentido de Luis Pizarro decidieron publicar la noticia, no como posible, sino como hecho cierto. L¨®pez Benjumea present¨® una denuncia en los juzgados que fue desestimada en dos ocasiones. Chaves y Pizarro, a t¨ªtulo individual, decidieron interponer una querella contra los periodistas, cuyo juicio oral se ve esta semana. En la resoluci¨®n judicial para convocar juicio se se?ala que la cinta de v¨ªdeo en la que se bas¨® la noticia es un montaje. Hasta aqu¨ª los hechos.
Por tres veces los tribunales han desestimado que hubiera tal espionaje. A pesar de ello, ni los periodistas ni el peri¨®dico han querido publicar una rectificaci¨®n. Es habitual que un medio de comunicaci¨®n pueda dar como buena una noticia que luego se demuestra falsa. Basta con rectificar para restablecer la verdad. Si encima la noticia afecta al honor de alguna persona a la que se ha imputado injustamente un delito, la necesidad de establecer la veracidad de los hechos es a¨²n mayor. Ni el peri¨®dico ni los periodistas de El Mundo han querido rectificar a pesar de las resoluciones judiciales y los informes policiales. Para el peri¨®dico, todo tiene su origen en una trama urdida desde la Junta, seg¨²n los delirios conspirativos al uso. Comprendo que muchos periodistas de buena fe establezcan su solidaridad con los compa?eros y est¨¢ descontada la reacci¨®n interesada de quienes solo pretenden da?ar al presidente de la Junta y al PSOE.
Cualquiera puede entender la reacci¨®n como personas y como ciudadanos de Pizarro y Chaves. Han sido injustamente imputados de un delito y no se ha querido rectificar a pesar de las resoluciones judiciales. Toda persona tiene derecho a recurrir a los tribunales para defender su honor y en contra de lo manifestado por alg¨²n absurdo personaje, la presunci¨®n de inocencia cubre por igual a todos, sean pol¨ªticos , periodistas o el ¨²ltimo ciudadano. Los periodistas no estamos por encima de la ley: la Constituci¨®n nos concede la garant¨ªa del secreto profesional y de la cl¨¢usula de conciencia, pero no nos mantiene al margen de la ley. Podemos ser enjuiciados y condenados como cualquier ciudadano si se demuestra que hemos injuriado a alguien. No podemos crear un manto de silencio sobre nuestro trabajo al usar como escudo protector una supuesta amenaza a la libertad de expresi¨®n que, sobra decir, no corre el m¨¢s m¨ªnimo riesgo en Espa?a ni en Andaluc¨ªa. Puede sufrir tropezones en algunos momentos o lugares, pero goza de una salud excelente. Y por supuesto, la querella presentada contra dos periodistas de El Mundo no la pone en riesgo en lo m¨¢s m¨ªnimo. La justicia sigue su curso y los tribunales decidir¨¢n. Conviene recordar que la Junta no participa en el proceso. Cosa distinta es que la querella pueda resultar inoportuna en el plano estrictamente pol¨ªtico. Pero esa es otra historia.
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