Al encuentro de la utop¨ªa perdida
El concepto de salud es consustancial a lo que entendemos por Estado de bienestar. No existen sociedades desarrolladas en las que la salud, al igual que la educaci¨®n, no centre todas las pol¨ªticas del Estado. M¨¢s de 30 a?os han pasado desde que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) realiz¨® una declaraci¨®n en la que por primera vez se da protagonismo a la salud de los ciudadanos no s¨®lo como concepto f¨ªsico, sino tambi¨¦n ps¨ªquico y social. La llamada Declaraci¨®n de Alma Ata persegu¨ªa la utop¨ªa de entrar en el nuevo milenio con un nivel de salud poblacional marcado por la excelencia, y los pa¨ªses occidentales comenzaron a generar pol¨ªticas de prevenci¨®n y promoci¨®n de la salud, encaminadas a reducir la morbimortalidad de m¨²ltiples patolog¨ªas y conseguir una sociedad sana.
Espa?a tiene el mayor nivel de devaluaci¨®n y descr¨¦dito del m¨¦dico de primaria en la UE
Entre las estrategias y herramientas generadas figuraba el impulso de una red de atenci¨®n primaria resolutiva, capaz de solucionar la mayor¨ªa de los problemas de los ciudadanos, t¨¦cnicamente cualificada, cercana al individuo y su familia, y sostenible econ¨®micamente. Se pretend¨ªa inyectar salud en el tejido social, convirtiendo la atenci¨®n primaria en puerta de entrada y salida del sistema sanitario. Las pol¨ªticas de educaci¨®n sanitaria generar¨ªan un ciudadano m¨¢s aut¨®nomo y con mayor calidad de vida, todo ello en la creencia de que los pa¨ªses con una red de atenci¨®n primaria s¨®lida y estructurada poseer¨ªan un mayor nivel de salud global y de bienestar. De esta suerte, la salud ser¨ªa el eje central de las pol¨ªticas de Estado y la atenci¨®n primaria se convertir¨ªa en la herramienta m¨¢s ¨²til.
En Espa?a asist¨ªamos a una importante reforma sanitaria, con una Ley General de Sanidad que facilit¨® el desarrollo de la atenci¨®n primaria, con la creaci¨®n de la especialidad de medicina familiar y comunitaria, que a trav¨¦s de un riguroso programa docente formar¨ªa a los futuros proveedores de salud del sistema, y la creaci¨®n de los centros de salud en torno a equipos multidisciplinares de profesionales sanitarios. En la d¨¦cada de 1980 la utop¨ªa parec¨ªa estar m¨¢s cerca. Sin lugar a dudas, la reforma sanitaria, junto a la Ley General de Sanidad y el desarrollo formativo y organizativo de los profesionales, han sido grandes logros. Sin embargo, pasamos el dintel del milenio, y la utop¨ªa de la OMS a¨²n est¨¢ lejana por varios motivos, algunos sociodemogr¨¢ficos y otros de car¨¢cter pol¨ªtico y profesional.
Con respecto a los primeros, parece evidente que la globalizaci¨®n del planeta y la pol¨ªtica de fronteras favorecen la emigraci¨®n de grandes grupos humanos desde los pa¨ªses menos desarrollados, y que adem¨¢s asistimos a un cambio de las estructuras familiares y sociales. Por lo que se refiere a los motivos pol¨ªticos que llevan a un estancamiento de las pol¨ªticas sanitarias, destaca la escasa financiaci¨®n que la atenci¨®n primaria de salud ha recibido desde sus or¨ªgenes. Las pol¨ªticas de Estado se dirigen, de manera contemplativa y protectora, al desarrollo e investigaci¨®n de la medicina hospitalaria, dejando infradotada a la atenci¨®n primaria, tanto econ¨®mica como estructuralmente. En ocasiones, las inversiones no alcanzan el 20% del presupuesto sanitario. Este d¨¦ficit acarrea una disfunci¨®n del sistema y cierta desconfianza de los ciudadanos y de los profesionales sanitarios sobre unas pol¨ªticas que demag¨®gicamente contemplan la salud de los ciudadanos como una prioridad, pero no incentivan las estrategias y capacidades de la atenci¨®n primaria, que son las que nos acercar¨ªan de la forma m¨¢s eficiente a la utop¨ªa de salud.
Por ¨²ltimo, los profesionales de atenci¨®n primaria, asisten a una situaci¨®n de devaluaci¨®n de su profesi¨®n que est¨¢ llevando a una disminuci¨®n alarmante del n¨²mero de m¨¦dicos en este ¨¢mbito asistencial, y a un desgaste profesional considerable. Es parad¨®jico que teniendo excelentes profesionales m¨¦dicos y con un excelente nivel de compromiso social y de sostenibilidad del sistema, tengamos tambi¨¦n los mayores niveles de devaluaci¨®n y descr¨¦dito social del m¨¦dico de atenci¨®n primaria en la Uni¨®n Europea, y lo que a¨²n es peor, una total falta de liderazgo para catalizar las transformaciones sociosanitarias. Ello es en parte fruto de una involuci¨®n legislativa y conceptual y de una cierta laxitud profesional matizada por el estado de indefensi¨®n de los profesionales.
El eje de los sistemas sanitarios es el ciudadano, y es ¨¦l, a trav¨¦s de la vertebraci¨®n de la sociedad civil, el que debe generar los cambios necesarios para obtener la sanidad que necesita. No son los pol¨ªticos ni los profesionales sanitarios quienes deben hacer esta labor que lleva impl¨ªcitas grandes transformaciones y un cambio de paradigma. En este giro copernicano deben ser los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria los que, de la mano del ciudadano, ayuden a la vertebraci¨®n del sistema sanitario, sin detrimento de la atenci¨®n hospitalaria.
La atenci¨®n primaria debe ser eje y meta de las pol¨ªticas sanitarias. Para ello, el modelo organizativo sanitario, y en especial el de atenci¨®n primaria, debe cambiar y amoldarse a los cambios sociodemogr¨¢ficos se?alados. Por ello, debe ser el m¨¦dico, a trav¨¦s de una revitalizaci¨®n de los valores profesionales, de la ¨¦tica en sus procedimientos y de su capacidad de liderazgo, el que remueva las estructuras pol¨ªticas para ofertar una sanidad del siglo XXI a una sociedad moderna y plural.
El marco legislativo y organizativo debe adaptarse a la realidad social, los pol¨ªticos y legisladores deben facilitar un nuevo desarrollo del escenario sociosanitario, y los profesionales deben actualizar su compromiso a trav¨¦s de un nuevo contrato social que les vincule m¨¢s al ciudadano y les libere de la estructura funcionarial de la Administraci¨®n. Los m¨¦dicos nos debemos a nuestros pacientes, y es a ellos a quienes tenemos que rendir cuentas, dentro de un marco institucional leal y econ¨®micamente sostenible. El m¨¦dico cordob¨¦s Maim¨®nides dec¨ªa que "la medicina es ciencia, arte y ante todo un compromiso personal"; hoy tendr¨ªamos que hablar de "compromiso social" que nos llevar¨¢ al encuentro de la utop¨ªa nunca alcanzada.
Julio Zarco Rodr¨ªguez es presidente de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos de Atenci¨®n Primaria (Semergen).
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