'Vanity fair' abre sus archivos
La National Portrait Gallery exhibir¨¢ fotos de escritores, artistas y arist¨®cratas
Casi 80 a?os median entre el rostro tremendamente expresivo de Gloria Swanson, la gran estrella del cine mudo retratada en 1924 por Edward Steichen, y el despliegue de tres generaciones de actrices hollywoodenses que Annie Leibovitz traslad¨® a la portada de Vanity Fair (2001). Una selecci¨®n del impresionante archivo fotogr¨¢fico de la revista, erigida hoy en insignia de la ¨¦lite social y cultural americana, va a ser expuesta por primera vez en la National Portrait Gallery de Londres como muestra del "who is who de los ¨²ltimos cien a?os", seg¨²n la directora de la galer¨ªa Sandy Nairne.
Im¨¢genes de escritores, artistas y arist¨®cratas integran una muestra que ser¨¢ inaugurada el pr¨®ximo 14 de febrero y que recoge el trabajo de algunos de los insignes fot¨®grafos que han colaborado con la revista, desde Man Ray a Cecil Beaton, entre 1913 hasta nuestros d¨ªas. El modesto posado de Virginia Woolf con un vestido victoriano de su madre es una de las fotograf¨ªas in¨¦ditas que presenta la exposici¨®n, en radical contraste con una Diana de Gales captada en su esplendor por la c¨¢mara de Mario Testino seis semanas antes de su muerte (1997).
Fundada en 1860 para los lectores brit¨¢nicos de alta cuna, la adquisici¨®n de la revista por la editorial estadounidense Cond¨¦ Nast, en 1913, inici¨® una etapa tan rendida al apogeo cultural y art¨ªstico de una ¨¦poca (con retratos de Claude Monet, Ernest Heming-way o los exponentes de la era del jazz) como a la popularidad de las luminarias de la meca del cine (Jean Harlow).
Al igual que los a?os de depresi¨®n y guerra sentenciaron a la revista en 1936, los excesos de los ochenta nos devolvieron una publicaci¨®n desde entonces asociada a sus provocadoras portadas, muchas de ellas obra de la citada Leibovitz. Suya es la autor¨ªa de las fotograf¨ªas que expusieron en toda su desnudez el embarazo de la actriz Demi Moore (1991) y que volvieron a despojar de la ropa a las j¨®venes promesas Scarlett Johannson y Keira Knightley, acompa?adas del (bien vestido) dise?ador Tom Ford (2006).
Vanity Fair es sin¨®nimo de glamour, de la moda y las estrellas, pero tambi¨¦n ha retenido un esp¨ªritu de gauche divine, de publicaci¨®n progresista en lo pol¨ªtico que ha ejercido de azote de las iniciativas de George Bush. El presidente, al igual que sus antecesores, accedi¨® a abrirle las puertas de la Casa Blanca para ser inmortalizado junto a su gabinete de guerra de Afganist¨¢n (2002). Diecisiete a?os antes, Ronald y Nancy Reagan aparec¨ªan mucho m¨¢s distendidos en unas fotograf¨ªas que recog¨ªan a la pareja bailando. Tanto ellos como la propia revista ya intu¨ªan entonces que se inauguraba una era en la que el poder de la imagen se impone a lo dem¨¢s.
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