Desde la sencillez

Poco, pr¨¢cticamente nada, que objetar. Un recital de lied aspira siempre a la creaci¨®n de una atm¨®sfera entra?able, para que las palabras se sientan c¨®modas y la m¨²sica fluya con naturalidad. La mezzosoprano salzburguesa Angelika Kirchschlager y el pianista vien¨¦s Helmut Deutsch crearon anteayer en la Zarzuela un clima, por encima de todo, familiar. Interpretaron los diferentes lieder de Mendelssohn, Liszt, Dvor¨¢k y Brahms desde la sencillez. Se agradece vivir un recital de estas caracter¨ªsticas sin sobresaltos. El programa estaba elaborado con buen gusto.

Comenz¨® Kirchschlager con un punto de soser¨ªa, de rigidez, en las primeras canciones de Mendelssohn, pero se sobrepuso de inmediato con un fraseo elegante, una interiorizaci¨®n de la melod¨ªa y una reivindicaci¨®n en profundidad de la humildad. En algunos momentos se elev¨®, aunque sin perder el tono de confidencialidad. Eran los instantes para conservar en la memoria desde O Lieb, so lang du Lieben kannst, de Liszt, hasta Lasst mich allein, de Dvor¨¢k. La velada transcurri¨® sin altibajos. El esp¨ªritu del lied se impuso. Es lo que se deseaba.