La p¨¦rdida de datos fiscales hunde el prestigio de Brown
El primer ministro pide perd¨®n en el Parlamento por el error
Gordon Brown se deshizo ayer en disculpas por la p¨¦rdida de los datos inform¨¢ticos de 25 millones de brit¨¢nicos. El primer ministro brit¨¢nico opt¨® por la humildad en la C¨¢mara de los Comunes porque no se trata de un simple error, sino de un desastre que amenaza con hacer trizas su principal activo pol¨ªtico: su fama de gestor competente. Los ¨²ltimos desastres del Gobierno laborista est¨¢n devolviendo a la memoria el ca¨®tico final de los tories tras 18 a?os en el Gobierno.
Para el Gobierno se trata de una crisis de gran calado
"Lo lamento profundamente y me disculpo por los inconvenientes causados", declar¨® Brown en la sesi¨®n de control parlamentario de los mi¨¦rcoles. La p¨¦rdida de dos discos inform¨¢ticos de Hacienda ha hecho que una de cada tres familias del Reino Unido viva ahora con la incertidumbre de que sus datos personales, desde sus nombres y los de sus hijos, direcci¨®n, n¨²mero de la Seguridad Social y n¨²mero de cuentas bancarias puedan caer en manos de posibles extorsionadores.
La polic¨ªa argumenta que no tiene motivos para pensar que los discos hayan ido a parar a manos de delincuentes. Pero parece que basa sus suposiciones, sobre todo, en el hecho de que hasta ahora no se ha detectado actividad delictiva en los millones de cuentas bancarias afectadas.
Para Brown y el Partido Laborista se trata de una crisis pol¨ªtica de enorme calado. La ideolog¨ªa suele predeterminar muchos votos en unas elecciones generales, pero son votos que rara vez cambian de manos: el que se siente ideol¨®gicamente de derechas es muy dif¨ªcil que alg¨²n d¨ªa vote laborista. Pero la eficacia, la competencia o incompetencia de un Gobierno representan un factor de enorme influencia en el voto flotante, clave en muchos comicios y desde luego en las pr¨®ximas legislativas brit¨¢nicas, de incierto pron¨®stico. Gordon Brown, que padece una carencia cr¨®nica de carisma, ha basado siempre su prestigio en el aura de eficacia y competencia que ha destilado durante 10 a?os al frente del Departamento del Tesoro.
Pero ahora el prestigio del Tesoro est¨¢ en cuesti¨®n. S¨®lo a lo largo del a?o pasado desaparecieron 41 ordenadores port¨¢tiles de funcionarios de Hacienda. Y en los ¨²ltimos meses ha habido otros extrav¨ªos de CD con datos de miles de contribuyentes. Tambi¨¦n la crisis del banco Northern Rock ha desprestigiado seriamente al Tesoro y ha provocado fricciones con el Banco de Inglaterra y la FSA, la autoridad reguladora de la City de Londres. El Home Office, el Departamento de Interior, en crisis desde hace ya varios a?os, vivi¨® semanas atr¨¢s la humillaci¨®n de tener que revisar dr¨¢sticamente al alza las cifras de inmigrantes llegados en los ¨²ltimos a?os, tan s¨®lo d¨ªas despu¨¦s de publicarlas. Y la investigaci¨®n del caso De Menezes ha puesto al descubierto las carencias de la Polic¨ªa Metropolitana. La competencia del Partido Laborista y de Brown como gestores del pa¨ªs empieza a estar en cuesti¨®n.
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