Barrio S¨¦samo ten¨ªa dos rombos
EE UU advierte en los DVD que los contenidos son s¨®lo para adultos
Barrio S¨¦samo fue el principal alimento televisivo, por no decir casi el ¨²nico, para las generaciones de ni?os que crecieron en los setenta y ochenta. Las que llegaron m¨¢s tarde tuvieron m¨¢s variedad, pero tambi¨¦n fueron blanco de las llamadas guerras culturales ?sexo, drogas, vocabulario?, que obligaron a los creadores estadounidenses a volverse pol¨ªticamente correctos. En ese mundo de apariencias y contradicciones tan americano, en el que las televisiones y las radios censuran los tacos pero permiten insultar abiertamente a su presidente, o quemar la bandera nacional, la gran obsesi¨®n moderna es no contaminar a los ni?os con ideas que podr¨ªan afectar irreversiblemente al inconsciente infantil.
Ahora llega la puntilla: la edici¨®n en DVD de las dos primeras temporadas de Barrio S¨¦samo tienen dos rombos. Los v¨ªdeos acaban de editarse en Estados Unidos con una advertencia: ?El contenido es para mayores y podr¨ªa no ser apto para los ni?os de preescolar de hoy?.
En el primer episodio de Barrio S¨¦samo, que se emiti¨® en noviembre de 1969, una ni?a se hac¨ªa amiga de un desconocido que la invitaba a su casa a comer leche con galletas, algo que, ante los continuos casos de pederastia, hoy ser¨ªa inconcebible. Tambi¨¦n hay una escena en la que Epi le pide a Blas que le pase el jab¨®n mientras est¨¢ en la ducha. Hace ya tiempo que salt¨® la pol¨¦mica sobre si los dos mu?ecos que viv¨ªan en un bajo algo cutre eran una pareja gay y por lo tanto peligrosos para los ni?os. ?Los telespectadores de hoy se han vuelto hipersensibles. Los guionistas de Barrio S¨¦samo no ten¨ªan segundas intenciones. Sus decisiones se tomaban de forma inocente, y s¨®lo despu¨¦s han sido cuestionadas cuando han entrado en juego las guerras culturales. Su ¨²nico condicionamiento era huir de la violencia y no escribir guiones que pusieran en peligro f¨ªsico a los ni?os al copiarlos, como hacer un sketch en el que se pusieran un cubo en la cabeza y se golpearan?, explic¨® en la radio NPR Daniel Anderson, que asesoraba en los setenta al equipo de Barrio S¨¦samo y que hoy trabaja como psic¨®logo en la Universidad de Massachusetts.
Pero seg¨²n la productora ejecutiva del programa, Carol-Lynn Parente, ?hay modelos de comportamiento de entonces que hoy no son aceptables?, declar¨® a The New York Times. Por ejemplo, que Triqui fumara en pipa y despu¨¦s se la comiera. O que Blas fuera un cascarrabias. O que ?scar fuera un c¨ªnico algo depresivo, adem¨¢s de revolver en las basuras.
La versi¨®n modernizada de Triqui devora zanahorias en vez de galletas desde 2005, algo que tampoco est¨¢ mal teniendo en cuenta la obesidad que hoy sufren los ni?os. Pero la obsesi¨®n por la correcci¨®n a veces roza el rid¨ªculo: hace unos a?os se acus¨® a un personaje de los Teletubbies, otro popular espacio infantil, de ?promocionar? la homosexualidad por llevar un bolso de color p¨²rpura. ?Cu¨¢ntos rombos tendr¨¢ el programa cuando se edite en DVD?
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