A la caza de la dependienta
Las tiendas se afanan en buscar empleados en v¨ªsperas de la Navidad
Conforme se acercan las navidades, los comercios barceloneses se afanan en encontrar dependientas dispuestas a trabajar de sol a sol casi todos los d¨ªas, especialmente los fines de semana y festivos. Basta con darse una vuelta por las zonas m¨¢s comerciales para comprobar que el reclamo m¨¢s abundante en los escaparates de las tiendas es el cl¨¢sico cartel de se necesita dependienta. Dependienta, que no dependiente, porque el sector del comercio sigue siendo predominantemente femenino, y es que, seg¨²n el Instituto de Estad¨ªstica de Catalu?a, el 63% del personal de establecimientos comerciales en Catalu?a son mujeres.
Pero la falta de dependientas no se limita a la campa?a navide?a, sino que parece haberse convertido en una constante todo el a?o, en un mal end¨¦mico, seg¨²n Manuel Garc¨ªa, secretario general de la federaci¨®n de comercio de Comisiones Obreras.
El sueldo base es de 700 euros y trabajar el s¨¢bado no gusta", dice una encargada
El 63% del personal de los establecimientos lo forman mujeres
Raquel, encargada de una tienda de moda de Rambla de Catalunya, reconoce que cada vez resulta m¨¢s complicado encontrar buenas trabajadoras porque "los sueldos son muy bajos y eso de trabajar los s¨¢bados no le gusta a nadie". "Buscamos dependientas con buena presencia, don de gentes y, a poder ser, que tengan idiomas", dice Raquel. "El sueldo base est¨¢ en torno a los 700 euros, que, en un buen mes, pueden llegar a ser 1.000, aunque no es lo habitual", dice.
En la patronal del sector, Miquel ?ngel Fraile, secretario de la Confederaci¨®n de Comercio de Catalu?a, el sueldo de un dependiente "oscila entre 1.100 y 1.200 euros, dependiendo del tiempo que lleve trabajando". Fraile reconoce que faltan dependientas y ve en la inmigraci¨®n la soluci¨®n a esa carencia. No en vano, el comercio es actualmente uno de los principales sectores de actividad para los inmigrantes en Catalu?a. "Las diferentes administraciones deber¨ªan desarrollar pol¨ªticas que favorezcan la integraci¨®n de los inmigrantes en el sector del comercio", asegura. Laura Ladr¨®n, venezolana de 21 a?os, lleg¨® a Barcelona hace un a?o. Ahora busca trabajo y, ante la gran demanda de dependientas, ha presentado su curr¨ªculo en varias tiendas. Como Laura, son muchos los reci¨¦n llegados que se inclinan por el sector del comercio, aunque "los sueldos sean bajos", dice Laura.
Fraile asegura que "los sueldos son m¨¢s que correctos" y a?ade: "Los salarios son los pactados con los sindicatos. De todas formas, el salario es importante, pero no es lo m¨¢s importante". Meritxell Magri?¨¤ s¨ª considera que los 1.000 euros que cobra todos los meses trabajando en una tienda de ropa son esenciales para poderse pagar los estudios de Dise?o de Moda. A pesar de estar de paso por el sector, Meritxell asegura: "Esto funciona por intuici¨®n, nadie te dice nada. O te espabilas, o te vas a la calle". Tal como se?ala esta joven, la formaci¨®n de las dependientas parece estar en un segundo plano y "lo que m¨¢s se valora es la experiencia", opini¨®n que comparte Javier Vallhonrat, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Franquiciadores. Esta situaci¨®n contrasta con la que se da en el sector de la hosteler¨ªa y la restauraci¨®n, donde, seg¨²n Vallhonrat, son los propios franquiciados quienes "imparten a sus empleados cursos de formaci¨®n para de esta manera poderles exigir m¨¢s y acabar con la falta de profesionalidad".
En otros sitios, como en una zapater¨ªa de la ronda de Universitat, las prefieren j¨®venes y sin experiencia, concretamente "de 16 a 22 a?os", seg¨²n se?ala llamativamente el cartel colocado en el escaparate de la tienda. El motivo, explica la encargada de la tienda, es que "el sueldo var¨ªa en funci¨®n de la edad y, claro, al tratarse de aprendices, ¨¦ste es mucho m¨¢s bajo".
Sea como sea, los salarios en el sector est¨¢n muy por debajo del sueldo medio de los trabajadores catalanes, que, de acuerdo con el INE, es de 1.626,4 euros brutos mensuales. Trabajadores, sindicatos y empresarios del sector no se ponen de acuerdo en cuanto a la competitividad de los salarios ni sobre cu¨¢l deber¨ªa ser el horario ideal, pero s¨ª coinciden en se?alar la necesidad de dise?ar conjuntamente una hoja de ruta para prestigiar la actividad y revertir la situaci¨®n actual. Mientras que los trabajadores se quejan por la baja remuneraci¨®n y por los horarios abrumadores, los empresarios destacan la subida de la tasa de empleos indefinidos e insisten en su compromiso para el cumplimiento de los convenios colectivos. "En el 80% de los contratos que revisamos no se hace menci¨®n ni al salario ni al convenio colectivo", destaca Chakir El Homrani, portavoz nacional de las juventudes del sindicato UGT en Catalu?a. "Cuando se habla de contrato basura nos referimos principalmente a la temporalidad", indica. Esta afirmaci¨®n dista de la expresada por la Asociaci¨®n Espa?ola de Grandes Empresas de Distribuci¨®n (Anged), que sostiene: "S¨®lo para ¨¦pocas navide?as disponemos de un conjunto de colaboradores, integrado en su mayor¨ªa por estudiantes y j¨®venes que tienen dificultades en mantener una actividad profesional continua, ya que compaginan estudios y otras actividades que son prioritarias en ese momento de sus vidas".
La Navidad est¨¢ a la vuelta de la esquina. Est¨¢ por ver si los carteles de se necesita dependienta, menguan tras la noche de Reyes.
"Nos han pisoteado y es triste"
M¨®nica Exp¨®sito, Marta Gracia y Mercedes G¨¢lvez trabajaban hasta el pasado viernes en una librer¨ªa familiar de Rambla de Catalunya. Mercedes, la m¨¢s veterana de las tres -llevaba 25 a?os en la tienda-, explica que todo empez¨® cuando pidieron que les pagaran los atrasos y que las horas extraordinarias se incluyeran en su n¨®mina. "Desde entonces, el due?o nos hizo un boicoteo y nos exigi¨® que cumpli¨¦ramos con un horario imposible", asegura.
"Lo que pretend¨ªa el jefe es que nos fu¨¦ramos sin rechistar", dice Marta, que a?ade: "es triste acabar as¨ª". "Me siento decepcionada despu¨¦s de 18 a?os trabajando en esta tienda", se lamenta. "Las primeras que incumplimos la ley fuimos nosotras por permitir que nos pisotearan", asegura M¨®nica, la ¨²ltima en incorporarse a trabajar en la librer¨ªa.
Mientras M¨®nica y Marta aseguran que antes de entrar a trabajar en la librer¨ªa no ten¨ªan experiencia en el sector del comercio y fue Mercedes quien les ense?¨® a "envolver regalos y a saber estar", la propia Mercedes dice "haber echado los dientes detr¨¢s del mostrador". Para las tres, lo importante de este trabajo "no es saber alem¨¢n, sino saber tratar a los clientes de toda la vida". Lo que ped¨ªan, dicen, no era un aumento, sino lo que "nos correspond¨ªa por ley".
La precariedad de sus sueldos era una realidad: M¨®nica cobraba 746 euros y trabajaba ocho horas diarias y dos s¨¢bados al mes, Marta, 461 euros por una jornada reducida de cuatro horas diarias de lunes a viernes, y Mercedes ocho horas diarias y cobraba 922 euros, gracias al suplemento por antig¨¹edad.
La encargada y el propietario de la librer¨ªa coincidieron en que han actuado "con la mayor legalidad posible". De hecho, la "la semana pasada vino un inspector de trabajo y corrobor¨® que todo est¨¢ correcto", a?adieron. "No tuve problema en incluir los s¨¢bados en la n¨®mina cuando las dependientas lo pidieron", destaca el propietario. Y explica: "la reforma del horario se hizo para conseguir un mejor rendimiento en la empresa" y que "al no estar de acuerdo, las dependientas hicieron todo lo posible para que las despidiese". Aun as¨ª, "no lo lograron y se fueron por su propio pie", destac¨®.
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