Vidas a mitad de precio
La Nobel Shir¨ªn Ebad¨ª cuenta en su libro de memorias El despertar de Ir¨¢n el caso de la peque?a Leila Fathi, violada y asesinada por tres hombres, cuya familia tuvo que vender sus bienes porque el juez, tras determinar la culpabilidad de los acusados, estim¨® que sus vidas val¨ªan el doble que la de la ni?a y que su padre deb¨ªa de pagar las ejecuciones.
En Egipto, es la sociedad la que juzga culpable de antemano a la mujer. "Presentar una denuncia no resulta f¨¢cil, sobre todo cuando siempre se duda de la v¨ªctima como si realmente no hubiera sufrido esa violencia", denunciaba la periodista Doaa Jalifa en un reciente reportaje publicado en Al Ahram Hebdo y significativamente titulado Culpable de haber sido violada.
Lo ha comprobado la abogada Nihad Abul-Qomsan, responsable del Centro Egipcio de los Derechos de la Mujer, que ha lanzado una campa?a contra el acoso a las mujeres. La activista ha logrado reunir 3.000 testimonios de mujeres v¨ªctimas del acoso sexual y dos de violaci¨®n. Ninguna ha denunciado. "Logramos hacerlas comprender que ellas no son c¨®mplices, sino v¨ªctimas, pero no est¨¢n dispuestas a iniciar un proceso contra sus agresores, menos a¨²n en los casos de violaci¨®n", ha explicado.
"En general", relata Doaa Jalifa, "se piensa que la chica ha consentido y que quiere arrinconar a un hombre que no ha mantenido la promesa de matrimonio, o que es de costumbres ligeras y quiere vengarse de alguien". Finalmente, en una cultura que considera las afrentas al honor como cr¨ªmenes imperdonables, la v¨ªctima se encuentra sola frente a una sociedad inquisitiva.
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