El circo gallego viaja a Besl¨¢n
Dos payasos de Santiago act¨²an para los ni?os supervivientes de la tragedia
Septiembre de 2004. Un comando checheno secuestra la escuela n¨²mero 1 de Besl¨¢n, una peque?a ciudad situada en la regi¨®n rusa de Osetia Norte. En el interior hay m¨¢s de mil rehenes en manos de un grupo que exige a Rusia la retirada de sus tropas de Chechenia. En una decisi¨®n muy pol¨¦mica, el ej¨¦rcito ruso decide entrar en la escuela. El resultado es desolador: 334 personas muertas, la mitad de ellos ni?os, en una tragedia que conmociona a la opini¨®n p¨²blica internacional.
Desde el primer aniversario de la matanza, el payaso y malabarista gallego Pablo Trasno viaja cada a?o a esta ciudad, para actuar ante muchos de los ni?os que sobrevivieron a esta masacre. "Es emocionante la reacci¨®n de los ni?os y la ilusi¨®n con la que nos reciben", confiesa emocionado reci¨¦n llegado de Rusia.
"Todav¨ªa se notan secuelas, pero los ni?os tienen hambre de risas"
Formado en la prestigiosa Circus Space de Londres, Trasno conoci¨® en esta ciudad al benefactor americano Simon Joseph, un empresario con negocios y amigos en Rusia, que fue el promotor de una expedici¨®n de payasos a Besl¨¢n, en el primer aniversario de la tragedia. "Simon gestion¨® los billetes y el alojamiento. Cuando llegu¨¦ por vez primera qued¨¦ impactado, al ver la escuela n¨²mero 1, totalmente destruida por las explosiones, rodeada de flores, y con las fotos de los ni?os que murieron", explica Trasno. Para este artista compostelano, "el balance del primer viaje fue enriquecedor, y aunque hab¨ªa muchas secuelas, los chavales ten¨ªan hambre de risas". Esta experiencia despert¨® la curiosidad de su colega Natalia Outeiro, Pajarito, que se sum¨® a la expedici¨®n y este a?o, acaba de hacer su segunda visita a Besl¨¢n.
"Vas notando cada a?o como la ciudad se va recuperando, pero se notan las secuelas. Por ejemplo, en la escuela que han construido nueva, el ambiente se nota algo m¨¢s enrarecido en los profesores y en los mayores, pero los ni?os son muy puros y acaban pas¨¢ndolo en grande", comenta esta clown y escapista del colectivo Pista Catro, a la que han sorprendido algunas reacciones de los chavales, sobre todo de las ni?as. "Me he quedado impresionada por la conexi¨®n de las ni?as conmigo. Les resulta estra?o que haya una payasa, y entiendes que es muy importante que est¨¦ all¨ª una mujer, porque es una sociedad muy machista y creo que al ver una chica se les abre la mente", expresa muy satisfecha esta joven, a la que sus compa?eros de Pista Catro aprecian por su esp¨ªritu solidario.
Tres a?os despu¨¦s de la tragedia, el Gobierno ruso ha construido nuevos colegios y mima a los supervivientes de la matanza, pero la percepci¨®n de Pablo Trasno es que "est¨¢n haciendo penitencia por un acto imprudente, y en Besl¨¢n nadie comparte la versi¨®n oficial del gobierno ruso". Tanto Trasno como Pajarito se han sentido impactados, por la presencia de militares en la entrada de los colegios, revisando meticulosamente las maletas de la expedici¨®n de magos, escapistas o malabares. Cada a?o que viajan a Besl¨¢n m¨¢s colegios de la zona les solicitan actuaciones, lo que les ha permitido conocer mucho mejor esta ¨¢rea cauc¨¢sica, y descubrir otros conflictos geogr¨¢ficos a trav¨¦s de los ni?os. "En la zona fronteriza de Osetia Norte con Ingushetia, por ejemplo, hay un odio terrible, y cuando propones alg¨²n juego, los ni?os de cinco a?os de Osetia non se dan la mano con los de Ingushetia", recuerda Pablo Trasno, que est¨¢ recopilando el material de v¨ªdeo de todos sus viajes para realizar un documental.
De Besl¨¢n les han impactado muchas cosas. Las maletas han viajado llenas de pinturas de maquillaje, cuerdas de escapista o narices rojas, y han vuelto repletas de emociones, sobre todo una muy dif¨ªcil de olvidar: el d¨ªa que visitaron el cementerio que se ha construido s¨®lo para las v¨ªctimas de la tragedia. "Ah¨ª te das cuenta de la cantidad de gente que ha muerto en un d¨ªa. En cada l¨¢pida hay una foto del muerto, y las tumbas est¨¢n agrupadas en familias de gente que ha muerto el mismo d¨ªa. Sientes una mezcla de rabia tristeza e incredulidad", recuerda emocionada Pajarito.
Esa visita tambi¨¦n la recuerda con emocion su compa?ero Pablo Trasno: "Fue sobrecogedor, lloramos dos horas, pero despu¨¦s tuvimos que actuar y los ni?os no pararon de re¨ªrse". Tal c¨²mulo de sensaciones no son f¨¢ciles de describir, pero estos artistas que cada a?o se proponen la dif¨ªcil misi¨®n de animar Besl¨¢n saben lo que este viaje ha supuesto para ellos: "La experiencia m¨¢s emocionante de nuestra carrera como payasos".
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