No es de izquierdas, es fascista
El refer¨¦ndum para reformar la Constituci¨®n venezolana pretende culminar la llamada "revoluci¨®n bolivariana". Pero los j¨®venes se han convertido en la inesperada n¨¦mesis de un r¨¦gimen militarizante
Con una poblaci¨®n de unos 26 millones de habitantes, Venezuela tiene 1,4 millones de estudiantes universitarios. Los sondeos m¨¢s confiables arrojan que el 75% de ellos est¨¢n en contra de la reforma constitucional urdida a solas por Hugo Ch¨¢vez, aprobada en volandas y a puerta cerrada por su Asamblea Nacional y cuya sanci¨®n definitiva se votar¨¢ en el refer¨¦ndum de ma?ana domingo.
No son pocos los chamos (el modismo venezolano para "muchachos") que se oponen a algo que la sorna criolla ha bautizado polis¨¦micamente como "la deforma".
El movimiento estudiantil que, desde mayo pasado, desaf¨ªa en las calles con t¨¢cticas de pac¨ªfica resistencia civil las m¨¢s aparatosas medidas tomadas por Ch¨¢vez para acallar arbitrariamente los medios independientes privados, ha resultado un agente colectivo novedoso tanto para la durante a?os err¨¢tica direcci¨®n pol¨ªtica opositora como para el propio Ch¨¢vez.
Ch¨¢vez pas¨® de llamar a los estudiantes "ni?os de pap¨¢" a calificarlos de "agentes de la CIA"
Los petro-Estados son incapaces de sacar provecho de los 'booms' de los precios
Me apresuro a decir que este art¨ªculo no pretende rese?ar lo que los enviados especiales de la prensa mundial ya han divulgado suficientemente, en muchos casos con no poca simpat¨ªa hacia estos chamos. Pero no me perdonar¨ªa seguir adelante sin compartir con los lectores de EL PA?S el intercambio ocurrido entre una reportera de la televisi¨®n oficial que hace pocos meses, sorprendida en el fondo como el que m¨¢s por la repentina aparici¨®n de millares y millares de chicos y chicas de todos los sectores sociales en las manifestaciones de protesta, entrevistaba a uno de sus dirigentes:
-?Pero de d¨®nde han salido ustedes? ?D¨®nde han estado todos estos a?os?
-Est¨¢bamos creciendo, mamita -fue la fulminante y jocunda respuesta del chico quien, efectivamente, y como los millares que se han incorporado al llamado "Bloque por el No", contar¨ªa s¨®lo nueve u 11 a?os de edad cuando el comandante gan¨® las elecciones de 1998. Ch¨¢vez tiene ciertamente en los estudiantes universitarios a un inopinado adversario dispuesto a darle pelea a sus designios autocr¨¢ticos y totalitarios m¨¢s all¨¢ del 2D.
En varias ciudades de Venezuela, ya sea que estudien en planteles de educaci¨®n privados o p¨²blicos (donde el chavismo, pese a todo su poder¨ªo institucional y econ¨®mico, no ha podido en casi una d¨¦cada ganar una sola elecci¨®n en los consejos estudiantiles), los muchachos se han convertido en la inesperada n¨¦mesis de un r¨¦gimen crecientemente militarizante.
La respuesta del presidente de Venezuela ha sido tan intemperante y desatinada como cab¨ªa esperar. En poco tiempo ha pasado de despacharlos como "ni?os de pap¨¢" a llamarlos "agentes de la CIA"; bien pint¨¢ndolos como bobalicones "peones del imperio"; bien como peligrosos terroristas conchabados con un protervo plan golpista de la "oligarqu¨ªa".
Lo que estas notas buscan, m¨¢s bien, es oponer algunos argumentos que contradicen campanudas aseveraciones hechas, una y otra vez, por los valedores extranjeros que Ch¨¢vez y su "revoluci¨®n bolivariana" se han granjeado entre algunos sectores de la izquierda pol¨ªtica, acad¨¦mica y medi¨¢tica del llamado Primer Mundo.
Es sabido, tambi¨¦n, que Ch¨¢vez, en su obsesi¨®n medi¨¢tica, ha reducido la canciller¨ªa venezolana a ser s¨®lo una versi¨®n criolla de la c¨¦lebre Secretar¨ªa de Informaci¨®n y Turismo franquista.
Ello explica por qu¨¦, y es s¨®lo un ejemplo, el embajador venezolano ante el Reino de Espa?a, don Alfredo Toro Hardy, publicase el jueves pasado en El Universal de Caracas un art¨ªculo reproducido en medios globales de Internet. Pretendiendo tapar con un dedo nuestra interminable discordia nacional, Toro Hardy termina diciendo: "En s¨ªntesis, los venezolanos son los ciudadanos m¨¢s satisfechos de Latinoam¨¦rica en t¨¦rminos del funcionamiento y la equidad de su democracia y de la situaci¨®n de su econom¨ªa".
Llegado aqu¨ª, me servir¨¦ de las declaraciones que el joven l¨ªder estudiantil venezolano Jon Goicoechea, en modo alguno un ni?o de pap¨¢ sino el nieto de laboriosos inmigrantes vizca¨ªnos que acumula cum laude como estudiante de Derecho en la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello, brind¨® esta semana al corresponsal de La Vanguardia de Barcelona: "Ch¨¢vez no es de izquierda: es fascista".
?Con qu¨¦ razones desaira de este modo este cr¨ªo el docto parecer de gente tan engag¨¦ como Tariq Ali, Ignacio Ramonet, Gaspar Llamazares y, hablando en general, de todo lo que la guasoner¨ªa criolla llama "eurochavismo"? ?Ser¨¢ posible que, en Venezuela, pese a la pr¨¦dica a favor de los pobres, la amistad con Cuba y la vociferaci¨®n antiimperialista contra Bush, los adelantados del emperador Carlos V y el rey Juan Carlos de Borb¨®n, haya comenzado a condensarse una oposici¨®n "de izquierda" al comandante Hugo Ch¨¢vez?
La pregunta es oportuna, creo, porque con frecuencia escuchamos a voceros del eurochavismo exclamar "?Cu¨¢ntas elecciones tiene que ganar Ch¨¢vez para que se le tenga por dem¨®crata?".
Hacer algo de historia reciente quiz¨¢ vendr¨ªa bien. En 1996, casi al mismo tiempo que Hugo Ch¨¢vez terminaba su traves¨ªa del desierto predicando -justo es recordarlo- el abstencionismo electoral, Fareed Zakaria terminaba de escribir un ensayo llamado a ser muy influyente en breve tiempo. Uno de los p¨¢rrafos iniciales de este ensayo, titulado The rise of Illiberal democracies (El ascenso de las democracias no liberales), dec¨ªa lo siguiente:
"Reg¨ªmenes democr¨¢ticamente electos, a menudo, reg¨ªmenes que han sido reelectos o reafirmados en virtud de referenda, est¨¢n ignorando rutinariamente los l¨ªmites constitucionales al poder y despojan a sus ciudadanos de derechos y libertades b¨¢sicos. Ya se trate del Per¨² o de la Autoridad Palestina, de Sierra Leona o Eslovaquia, de Paquist¨¢n o las Filipinas, asistimos al ascenso de un perturbador fen¨®meno internacional: la democracia no-liberal". N¨®tese que Ch¨¢vez no aparec¨ªa todav¨ªa en escena.
Llegado el momento, Zakaria hizo de su ensayo la nuez de un libro, El futuro de la libertad (Taurus, Madrid, 2003).
"En realidad" -sigo invocando a Zakaria- "este paquete de condiciones
[imperio de la ley, separaci¨®n de poderes y libertades b¨¢sicas], que podr¨ªan llamarse 'liberalismo constitucional' es te¨®ricamente diferente e hist¨®ricamente distinto de la democracia a secas".
Zakaria se?ala algo valioso al advertirnos que en el mundo que nos ha tocado vivir, a fines del siglo XX y albores del XXI, la democracia puede estar floreciendo, mas no el liberalismo constitucional.
En el caso de Venezuela se a?ade el fen¨®meno de ser nuestro pa¨ªs un petro-Estado heredero de la tradici¨®n regalista espa?ola: el petr¨®leo de nuestro subsuelo nunca ha sido ni de los ricos ni de los pobres, sino tan s¨®lo del Estado; esto es: "del Gobierno". Los petro-Estados se caracterizan por su incapacidad para sacar provecho de los booms de precios, y por su munificencia sin controles: Ch¨¢vez hall¨® 13 ministerios y hasta la fecha ha creado 30 m¨¢s sin que la pobreza ni la corrupci¨®n hayan disminuido un ¨¢pice.
En cuanto a lo ideol¨®gico, el bolivarianismo -"la ¨²nica filosof¨ªa pol¨ªtica que los venezolanos hemos sido capaces de discurrir en casi dos siglos de vida independiente", como afirm¨® el desaparecido historiador venezolano Luis Castro Leiva- es un historicismo de la peor especie que entra?a una moral inhumana e impracticable y, por ello mismo, tremendamente corruptora de la vida republicana. Una perversa "escatolog¨ªa ambigua" que s¨®lo ha servido para alentar el uso pol¨ªtico del pasado.
?Puede extra?ar que entre los integrantes del bloque por el NO, se cuenten ahora sindicalistas de raigambre trotskista que llevan a?os resistiendo los designios de Ch¨¢vez de crear un sindicalismo dirigido desde Palacio? ?O que Podemos, una importante fuerza de su coalici¨®n de izquierdas y que en las presidenciales de 2006 obtuvo 800.000 votos, m¨¢s varias gobernaciones, se oponga hoy vehementemente a la reforma?
Si hiciese falta otro indicio de que una izquierda democr¨¢tica insurge contra el autoritarismo militarista y de partido ¨²nico de Ch¨¢vez, ah¨ª est¨¢n los chamos como Goicoechea que siempre, siempre, est¨¢n a la izquierda.
Ibsen Mart¨ªnez es escritor venezolano.
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