Sin burbujas
Para qu¨¦ quiero la tele si tengo YouTube. Si te preguntan "?viste ayer el pollo que se mont¨® en 59 segundos?", te vas a Internet y lo ves. Te perdiste el Enjuto Mojamuto de Muchachada Nui de esta semana, pero lo tienes en un clic. Y olv¨ªdate de ver videoclips en el televisor; una b¨²squeda r¨¢pida y te lo tragas cuando quieras. Hace a?os nos hablaban de la televisi¨®n a la carta pero seguro que sus te¨®ricos no imaginaban este formato.
Gracias a ese sistema de cuando yo quiera y cuantas veces quiera hoy me he visto ocho veces seguidas el spot que ha realizado Martin Scorsese para una conocida marca de cava. No ha hecho falta soportar un corte a publicidad lleno de anuncios de lej¨ªa y de coches para disfrutarlo. Todo gracias al bendito YouTube. Todav¨ªa no s¨¦ c¨®mo se emitir¨¢ el spot en su formato televisivo, ya que la pieza completa dura m¨¢s de nueve minutos. Pero eso da igual, porque en Internet se puede ver ¨ªntegro. Y merece la pena, la verdad.
El anuncio ya ha recibido unas cuantas cr¨ªticas negativas porque Scorsese se ha pasado por el forro lo de sacar las burbujitas t¨ªpicas y el ni?o de gorro rojo que sosten¨ªa la botella de todos los a?os. Ya no hay famoso-actor-o-actriz-de-Hollywood brindando y diciendo un fals¨ªsimo "Felises fiestas" con acento de Kentucky. S¨®lo tenemos a un cineasta juguet¨®n que puede permitirse hacer lo que le de la gana. Alguien que ha hecho maravillas como Uno de los nuestros o incluso bodrios como Gangs of New York est¨¢ de vuelta de todo y s¨®lo quiere divertirse. Ya tiene el Oscar en el bolsillo despu¨¦s de a?os y a?os de nominaci¨®n sin recompensa. Ahora toca jugar.
Por lo visto, la marca de cava dio carta blanca al director neoyorkino con la salvedad de tres puntos: en el spot deb¨ªan aparecer la botella y un brindis, adem¨¢s de incluir la palabra "Reserva" en el t¨ªtulo. Scorsese se ha currado una obra maestra llamada La clave reserva, un falso documental sobre el hallazgo de un gui¨®n in¨¦dito de Hitchcock. El viejo Martin pone en im¨¢genes ese supuesto gui¨®n, un pastiche de los mejores momentos de la filmograf¨ªa de Hitchcock: El hombre que sab¨ªa demasiado, Encadenados, La ventana indiscreta, Los p¨¢jaros o Con la muerte en los talones, de la que usa la bell¨ªsima partitura original de Bernard Herrmann. Y adem¨¢s lo hace emulando su estilo visual hasta extremos enfermizos. La fotograf¨ªa (cortes¨ªa de Harris Savides, que puso la luz de Zodiac o Birth, probablemente los dos trabajos m¨¢s alucinantes del cine actual), el vestuario, los movimientos de c¨¢mara, los efectos especiales imperfectos y los t¨ªtulos de cr¨¦dito a lo Saul Bass, clavan el estilo del ingl¨¦s. Una gozada para cin¨¦filos nost¨¢lgicos y un horror para nost¨¢lgicos de las burbujas.
Y se preguntar¨¢n d¨®nde pueden verlo. Pues cojan el ordenador y all¨ª lo encontrar¨¢n. Eso s¨ª, si quieren esperar a pillarlo en la tele, paciencia. A lo mejor lo pescan.
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