"Sufrir la misma presi¨®n de EE UU nos acerca a Venezuela e Ir¨¢n"
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, de 53 a?os, es tildado de ¨²ltimo "dictador" de Europa en Occidente, pero es popular en su pa¨ªs, al margen de las manipulaciones de comicios y refer¨¦ndums —denunciadas por la OSCE— que lo mantienen en el poder, adonde lleg¨® triunfalmente en 1994 como luchador contra la corrupci¨®n.
El modelo de Lukashenko, basado en garant¨ªas sociales m¨ªnimas a los grupos m¨¢s d¨¦biles y apoyo al campo, peligra desde que Rusia decidi¨® cobrarle m¨¢s por los combustibles. La gran carta de Lukashenko es la posici¨®n estrat¨¦gica de su pa¨ªs en Centroeuropa, y el presidente la juega ante Rusia, interesada en mantener su presencia militar aqu¨ª. Occidente le sanciona y le exige que libere a los presos pol¨ªticos y restaure las libertades c¨ªvicas. Con astucia campesina y ret¨®rica nacionalista, Lukashenko se resiste. Los principales peri¨®dicos de oposici¨®n, como Nar¨®dnaya Volia, otrora de gran tirada, se imprimen hoy en el extranjero. Lukashenko, que se form¨® como maestro de Historia, es m¨¢s sensible a los m¨¦ritos de Stalin que a su represi¨®n, que, en este pa¨ªs que hoy no llega a los 10 millones de habitantes, afect¨® a 600.000 personas, de las cuales fueron fusiladas un m¨ªnimo de 25.000.
"Los rusos comprenden muy bien que perder Bielorrusia supone tener al adversario a las puertas de Mosc¨²"
"Los europeos quer¨ªan resultados discretos. Me vot¨® el 95%, pero hice lo que pude y obtuve el 82,6%. Menos no pude"
Pregunta. Bielorrusia mantiene intensos contactos con Venezuela e Ir¨¢n. ?Qu¨¦ intereses comunes tiene con esos pa¨ªses?
Respuesta. No es correcto vincularnos s¨®lo a Venezuela e Ir¨¢n y clasificarnos como un grupo de Estados parias, porque tenemos buenas relaciones con muchos otros pa¨ªses, pero al margen del clich¨¦ propagand¨ªstico, tal vez el sufrir la misma presi¨®n por parte de los fuertes del mundo, y sobre todo de EEUU, nos acerca. Hugo Ch¨¢vez nos visit¨® y mostr¨® mucho inter¨¦s por los productos bielorrusos, porque son de buena calidad europea y bastante m¨¢s baratos, incluso a esta distancia. Les ayudaremos lo que podamos, porque ellos nos ayudan a nosotros, que tenemos problemas con los recursos energ¨¦ticos. Mi buen amigo Ch¨¢vez ha dicho que podemos extraer petr¨®leo. Si nos ponemos de acuerdo, inauguraremos un yacimiento y obtendremos la primera tonelada de petr¨®leo bielorruso en tierra venezolana durante mi visita en diciembre. Tambi¨¦n en Ir¨¢n creamos una empresa para explotar un yacimiento petrol¨ªfero.
P. Ch¨¢vez se sit¨²a en una tradici¨®n anticolonial. ?Ve alg¨²n paralelismo entre ¨¦l, en Iberoam¨¦rica, y usted, en Europa?
R. Hay paralelos. Ch¨¢vez es un partidario apasionado de la independencia de su pa¨ªs. Yo tambi¨¦n. En algunas cosas, me es m¨¢s dif¨ªcil que a Hugo. En otras, a ¨¦l. Por suerte tiene recursos con los que ganar dinero y, sobre esta base, trata de crear un Estado industrial . En ese aspecto, es muy listo y hace muy bien.
En cuanto al anticolonialismo, no tengo necesidad de actuar as¨ª, pero ¨¦l debe, porque ?acaso no es colonialismo que algunas compa?¨ªas occidentales, entre ellas las norteamericanas, extrajeran petr¨®leo y que Venezuela apenas obtuviera nada?
En cuanto a nuestras tradiciones, yo no desmont¨¦ nuestra econom¨ªa ni la industria militar y no me puse a fabricar cacerolas como resultado de la conversi¨®n de la industria de defensa. Mantuve las tradiciones econ¨®micas existentes en la URSS y conserv¨¦ las empresas. Tambi¨¦n he conservado tradiciones en la conciencia social. Nos critican por ejercer un poder fuerte, pero esa es una tradici¨®n de los pueblos eslavos, de Rusia, de Bielorrusia y, en parte, de Ucrania, que se ha apartado de ella y se ha lanzado hacia el modelo occidental, por lo cual experimenta dificultades. Los cambios bruscos llevar¨ªan al caos. Tambi¨¦n Putin volvi¨® a las tradiciones tras la ¨¦poca de Yeltsin.
El poder no debe estar anquilosado y debe modernizarse e ir al comp¨¢s de la vida, del pueblo y de los procesos en el mundo. De una u otra forma, tenemos en cuenta las realidades de Occidente, de EEUU, y hay cosas que debemos aprender de ellos. No estamos anquilosados. Hay que modernizar, pero lo hacemos muy tranquilamente, a veces m¨¢s lentamente de lo que Occidente quiere, pero ¨¦se es su problema. No nos metan prisa. Apresurarnos o darnos un ultim¨¢tum no tiene sentido.
P. ?Qu¨¦ consecuencias ha tenido la subida de los precios de los hidrocarburos por parte de Rusia?
R. Ten¨ªamos acuerdos por los cuales compr¨¢bamos gas a precios de mercado interno ruso y le vend¨ªamos nuestra producci¨®n a precio de mercado interno bielorruso.
Las posibilidades de comprar recursos energ¨¦ticos en Rusia a precios inferiores a los del mercado internacional, las compens¨¢bamos en primer lugar con nuestra posici¨®n estrat¨¦gica, en la que estaban muy interesados los rusos, y con nuestro ej¨¦rcito e industria de defensa. Rusia no tiene quien la defienda en Occidente y nuestro ej¨¦rcito cumple la funci¨®n de escudo en caso necesario, porque hemos creado un grupo com¨²n de Fuerzas Armadas. Por eso llegamos a un acuerdo con Yeltsin y lo ratificamos con Putin y hab¨ªa un equilibrio. No ped¨ªamos precios de favor, sino que quer¨ªamos las mismas condiciones para todas las empresas, como en la UE donde los Estados ricos, incluida Espa?a, tienen que ayudar a los que han ingresado. El aumento de los precios de la energ¨ªa rusa cuesta a Bielorrusia 2.500 millones de d¨®lares suplementarios.
P. El presidente Putin dijo que Rusia subvencionaba la econom¨ªa de Bielorrusia.
R. Esto se lo dijo al pueblo ruso, que le exig¨ªa explicaciones sobre los motivos por los que ahogaba a Bielorrusia, el ¨²nico aliado que le queda y que cumple sagradamente sus obligaciones. Putin tuvo que reaccionar, pero o bien no estaba fuerte en aritm¨¦tica, o le informaron mal, o ten¨ªa otro m¨¦todo de contabilidad. El resultado es que nos vimos obligados a buscar 2.500 millones de d¨®lares para pagaR. Y pagamos. Los beneficios de Gazprom aqu¨ª son superiores a los de Alemania, considerando la distancia.
En 2008 incrementaremos el precio de nuestros productos en 2.500 millones para devolver la rentabilidad de antes. El fin quiz¨¢ es obtener propiedades en Bielorrusia u obligarla a ser m¨¢s d¨®cil. La econom¨ªa es m¨¢s simple: si compramos m¨¢s caros los componentes, debemos vender m¨¢s cara nuestra producci¨®n.
P. Ustedes quieren depender lo menos posible de un solo suministrador de energ¨ªa y Rusia, lo mismo de los pa¨ªses de tr¨¢nsito. De ah¨ª que proyecte un gaseoducto por el B¨¢ltico y un oleoducto que lleve el crudo ruso al puerto ruso de Primorsk, sin pasar por Bielorrusia. ?Cu¨¢l es el atractivo del tr¨¢nsito por su pa¨ªs?
R. El transporte al margen de Bielorrusia es mucho m¨¢s caro. [A los rusos] les sobra ambici¨®n y dinero. Si el dinero fuera privado y lo contaran, no lo gastar¨ªan as¨ª. ?Para qu¨¦ tender un gaseoducto por el fondo del B¨¢ltico, si aqu¨ª hay ya la infraestructura mediante el gaseoducto Yamal-Europa y s¨®lo hay que poner una segunda rama?
?Acaso no pod¨ªan haber calculado antes de empezar [ese gaseoducto] ? Yo les advert¨ª de que eso es una chapucer¨ªa. Advert¨ª que en el B¨¢ltico hay naufragios de la primera guerra mundial y a ese barril de p¨®lvora se le ha sumado la oposici¨®n de los Estados. No hay que empecinarse. Que vengan, que trabajen a trav¨¦s de Bielorrusia, pero que nos respeten.
P. ?Ha intentado unir sus intereses con otros pa¨ªses de tr¨¢nsito como Polonia, Ucrania y los pa¨ªses del B¨¢ltico?
R. No excluyo que pudi¨¦ramos unirnos y elaborar una estrategia com¨²n. La vida puede obligarnos a confrontar este problema, pero no quiero hacer esto en contra de Rusia. Porque Rusia es mi Rusia, sea la que sea. No voy a tomar una posici¨®n antirrusa, aunque algunos medios tratan de atribu¨ªrmela. Actuar¨¦ para que le vaya mejor a mi pueblo sin perjudicar lo intereses de Rusia.
P. Existe la posibilidad de instalar nuevos misiles Iskander en Bielorrusia, ?contra qui¨¦n?
R. Contra nadie. No son armas estrat¨¦gicas. Son sistemas de defensa m¨¢s potentes que mejoran el equipamiento del grupo militar rusobielorruso. Nos preocupa que aqu¨ª cerca, en Polonia y en la Rep¨²blica Checa se instale el sistema antimisiles norteamericano, pero Iskander no es una respuesta [a eso]. Rusia ha anunciado que abandona el CFE, nosotros no. Los Iskander, cuando se instalen, si se instalan, no violar¨¢n ni ¨¦ste ni otros acuerdos. En ¨¦poca de la URSS nosotros no fabric¨¢bamos ni tanques ni ca?ones, pero ten¨ªamos los cerebros que produc¨ªan aqu¨ª la electr¨®nica, la matem¨¢tica militar y espacial. No entiendo por qu¨¦ se preocupan por la instalaci¨®n de los Iskander y no se preocuparon antes cuando ense?amos a los aviones Mig-29 y SU-27 a ser no s¨®lo cazas, sino tambi¨¦n aviones de asalto. Hoy el Su-27 puede atacar cualquier blanco a 1.000 kil¨®metros de nuestra frontera. Nosotros modernizamos ese avi¨®n, le ense?amos a portar armas y a funcionar como un avi¨®n de asalto y nadie lo not¨®.
P. ?Se incrementa el valor estrat¨¦gico de Bielorrusia debido a la instalaci¨®n de misiles en Polonia y un radar en la Rep¨²blica Checa?
R. Bielorrusia es un valor por s¨ª misma. Est¨¢ en el centro de Europa en un campo de operaciones estrat¨¦gico muy ventajoso. Los rusos comprenden muy bien que perder Bielorrusia supone tener al adversario a las puertas de Mosc¨². Para Rusia, ¨¦ste es un cintur¨®n de defensa. Europa tambi¨¦n comprende que la pol¨ªtica de Bielorrusia puede beneficiar o perjudicar a la UE, porque ¨¦ste es el coraz¨®n y centro geogr¨¢fico de Europa. En nuestra relaci¨®n con Rusia se integran el tr¨¢nsito, la aduana, y lo militar
R. Lo militar es lo m¨¢s importante.
P. La UE ha declarado su disposici¨®n a colaborar con Bielorrusia, si da pasos hacia la democratizaci¨®n, como la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos. ?Sigue calificando de "rid¨ªculas" estas exigencias?
R. Son muy rid¨ªculas. El Estado asegura a los bielorrusos m¨¢s derechos humanos que Espa?a incluso. Nos acusan de sofocar a los medios de informaci¨®n. Los diarios de oposici¨®n no tienen las tiradas de los principales peri¨®dicos. ?Acaso puede competir una octavilla de la oposici¨®n con Sovi¨¦tskaya Belorrusia, l¨ªder desde los tiempos sovi¨¦ticos? La prensa de oposici¨®n existe, incluso si se imprimen en el extranjero, en Rusia o en el B¨¢ltico, pero la gente no la compra, no se suscribe.
P. Porque es imposible suscribirse.
R. Casi todos los peri¨®dicos de oposici¨®n pueden comprarse en los kioskos, incluido el de la Administraci¨®n presidencial. Mi secretario se los traer¨¢. En los kioskos, si los quieren vender, que firmen contrato, que paguen.
P. En los kioskos no los venden.
R El sistema de distribuci¨®n de suscripciones es un tema econ¨®mico. Que se pongan de acuerdo. Por eso hay que pagar, ya le dan ustedes a la oposici¨®n bastantes becas y ayudas de millones de d¨®lares, y ellos no trabajan, van en coches de lujo y viven en elegantes palacios. Aqu¨ª tenemos tanta democracia como en Alemania y Francia. Por suerte no hemos tenido que emplear nunca ni gases lacrim¨®genos ni siquiera chorros de agua, lo que para ustedes es la norma, y ?d¨®nde est¨¢n los derechos humanos? Ustedes filman todo esto y lo ense?an, y dicen que aqu¨ª hay una dictadura y presos pol¨ªticos.
P. Pero uno de los candidatos que compiti¨® con usted por la presidencia en 2006 est¨¢ encarcelado.
R. No me importa qui¨¦n sea, para m¨ª es un ciudadano y para el juez tambi¨¦n; y todos los ciudadanos, incluido el presidente y tanto m¨¢s un candidato a la presidencia, tienen que observar la ley. Pero si un individuo organiza una banda y va a asaltar una c¨¢rcel?
P. Hablamos de Alexandr Kozulin, ex rector de la Universidad Estatal de Bielorrusia.
R. Me da igual Kozulin o Petrov.
P. Quiero hablar de Kozulin, porque su destino preocupa en Occidente.
R. El juez tom¨® su decisi¨®n. Est¨¢ en la c¨¢rcel por determinados delitos. No tenemos delitos pol¨ªticos [en el c¨®digo penal].
P. Incluso sin delitos pol¨ªticos se puede utilizar el sistema penal normal con criterios pol¨ªticos.
R. ?Quiere examinar los materiales del proceso?
P. ?Pero no es muy duro que un candidato a la presidencia sea condenado a cinco a?os y medio por participar en una manifestaci¨®n?
R. Cinco a?os y medio es un plazo inferior a la media. Tenemos cadena perpetua y pena de muerte. ?Qu¨¦ son cinco a?os y medio? El juez tom¨® la decisi¨®n. Es una rama independiente del podeR. Respeto su decisi¨®n. Lo ¨²nico que puedo hacer es indultarlo.
P. ?Y lo indultar¨¢?
R. Si el condenado lo pide, examinar¨¦ su petici¨®n y luego dir¨¦ si lo indulto. Si no hubiera sido candidato a la presidencia, no hubiera recibido cinco a?os y medio, sino 10 ¨® 12 por haber hecho estallar un explosivo en nuestras calles. Pero por ser ex candidato le impusieron una pena leve. Por eso no vale la pena acusarme a m¨ª de que un ex pol¨ªtico est¨¦ en la c¨¢rcel. El tribunal tom¨® la decisi¨®n con criterios benignos.
P. ?Qu¨¦ le impide a usted iniciar la abolici¨®n de la pena de muerte en su pa¨ªs y acercarse as¨ª a Europa?
R. Hicimos un refer¨¦ndum [en 1996] y la gente [80,44%] se manifest¨® en contra de abolirla.
P. ?Y si le planteo la pregunta en el plano moral?
R. Es pronto para abolir la pena de muerte en nuestro pa¨ªs. Todas las vidas son un valoR. Son las decisiones m¨¢s horribles del presidente. Como en otros pa¨ªses, las penas capitales son remitidas al presidente, que puede indultar o no. Para m¨ª estas son las decisiones m¨¢s dif¨ªciles, pero si antes eran unas 50 o 30, y en ¨¦poca sovi¨¦tica los condenados seguramente eran a¨²n m¨¢s, ahora son casos aislados, menos de una decena; apenas tenemos condenados a muerte, porque adem¨¢s introdujimos la cadena perpetua. Solo [se impone la pena capital] si el crimen est¨¢ del todo probado y el criminal, orgulloso de ¨¦l.
P. Bielorrusia y Rusia decidieron construir un Estado conjunto, aunque ya no se entiende si van a construirlo o no.
R. Para nosotros est¨¢ claro, para Rusia no lo est¨¢. Todo depende de Rusia. Mosc¨², al incrementar los precios (de la energ¨ªa), viol¨® el principio de la igualdad de derechos. Rusia consider¨® que ella es grande y Bielorrusia, peque?a y se lleg¨® a decir que Bielorrusia deb¨ªa integrarse en Rusia, pero eso no est¨¢ en el acuerdo y no lo prometimos ni podemos hacerlo. Si renunciamos a parte de nuestra soberan¨ªa en econom¨ªa o pol¨ªtica exterior, ser¨¢ solo en condiciones de igualdad, transfiriendo esa soberan¨ªa a ¨®rganos supranacionales.
P. ?Qu¨¦ espera del cambio de poder en Rusia?
R. Nada. Tenemos muy buenas relaciones con Putin, pese a nuestras discusiones. Sea quien sea el que venga, ser¨¢ prorruso y tendr¨¢ en cuenta los intereses rusos. Nosotros quisi¨¦ramos que tambi¨¦n considerara los de Bielorrusia y entendiera nuestras realidades. Si da pasos en este sentido, r¨¢pidamente enterraremos nuestras diferencias.
P. ?Los procesos internos de Rusia, van en el sentido de Bielorrusia?
R. Rusia y Bielorrusia resuelven problemas parecidos y coinciden en algunas cosas, como la vertical de poder, que nosotros introdujimos antes que Rusia. Pero un exceso de dureza en la formaci¨®n de la vertical de poder en Rusia llevar¨¢ a consecuencias muy negativas. Desde Minsk veo lo que se hace en Brest y en V¨ªtevsk cada d¨ªa, pero desde Mosc¨² no se ve lo que pasa m¨¢s all¨¢ de los Urales, en Tium¨¦n, Chukotka o Vladivostok. Por eso, los dirigentes de las regiones rusas deben recibir m¨¢s competencias y poder de decisi¨®n que los dirigentes regionales de Bielorrusia.
P. Por su pol¨ªtica en materia de derechos humanos, a mediados de noviembre EEUU impuso sanciones a Belneftejim [la mayor empresa petroqu¨ªmica de Bielorrusia, bajo control de Lukashenko] y congel¨® sus cuentas en el extranjero. ?Qu¨¦ consecuencias puede tener para Bielorrusia?
R. Ninguna. Han congelado 9.000 d¨®lares (que hab¨ªa en las cuentas afectadas) de representaciones donde no hay dinero. Esas sanciones son una violaci¨®n del acuerdo sobre limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas. Cuando sacamos de aqu¨ª las armas nucleares, los norteamericanos nos dieron garant¨ªas firmadas por el presidente Clinton. Me lo tomo con tranquilidad y si nos llega a afectar seriamente, tomaremos medidas adecuadas. Aqu¨ª tenemos bastantes empresas norteamericanas, que tienen buenos beneficios. Si nos hacen imposible la vida y, en vez de 9.000 d¨®lares, nos arrestan 90 millones, reaccionaremos. De momento no vamos a inmiscuirnos en esta pelea sin sentido. Y los 9.000 d¨®lares se los regalo a Bush.
P. Para mejorar las relaciones con la UE, ?qu¨¦ pasos est¨¢ dispuesto a dar?
R. Dimos muchos pasos desde?ados por la UE. Luego, la UE nos present¨® 12 exigencias copiadas del programa de nuestra oposici¨®n. No tolerar¨¦ que la oposici¨®n intente promover sus intereses a trav¨¦s de la UE.
P. ?Su mensaje a la UE ser¨ªa que le acepten como es?
R. Los pa¨ªses de la UE pueden plantear problemas importantes para ellos sin meterse en nuestros asuntos internos, por lo menos en esta etapa. Lo m¨¢s importante es que Occidente no construya un tel¨®n de acero alrededor de Bielorrusia, sino que mantengamos un di¨¢logo. Que no digan "Lukashenko, a la jaula y no le dejen ir a Europa". Yo ya estoy en Europa. Dios ha decidido que Bielorrusia est¨¦ en Europa. Si no me dejan ir a Espa?a y no me dan visado, vayan con Dios, pues no le dar¨¦ visado a su Rey, si quiere venir aqu¨ª. Esto no es civilizado. En la UE no quieren hoy normalizar las relaciones con Bielorrusia, porque en otro tiempo fueron demasiado lejos y ahora quieren salvar la cara y salir de esto. Si queremos acercarnos y la EU tiene suficiente determinaci¨®n, nos sentaremos a la mesa y dialogaremos. Nosotros queremos y lo decimos en todas partes, pero la UE no quiere y por eso nos presenta condiciones inaceptables.
Europa, junto con EEUU, ha ido muy lejos y nos plante¨® 12 condiciones rid¨ªculas. Lo pensaremos, pero no estoy seguro de que si aceptamos esas condiciones, los europeos respondan, porque no son serios con Bielorrusia, excepto tal vez Alemania, que es m¨¢s pragm¨¢tica y ve los defectos de la oposici¨®n. Estamos m¨¢s preparados que Polonia o los pa¨ªses del B¨¢ltico para ingresar en la UE. El beneficio de Bielorrusia para la UE ser¨ªa sustancialmente mayor que el de otros pa¨ªses que han ingresado.
P. Entonces volvamos al tema de los presos pol¨ªticos y a otros, porque su posici¨®n no coincide con la de la UE
R. Si nos sent¨¢ramos a la mesa de negociaciones y comenz¨¢ramos a debatir abiertamente los problemas, los europeos retirar¨ªan sus exigencias. En el ministerio de Exteriores se ha formado un grupo que debate las propuestas europeas.
P. Comencemos por OSCE. Cuando estuvieron aqu¨ª dijeron que las elecciones no correspond¨ªan a los est¨¢ndares democr¨¢ticos.
R. No estuvieron de acuerdo porque por Lukashenko vot¨® el 95% de la poblaci¨®n. Los europeos me dijeron que reconoc¨ªan las elecciones pero que las cifras ten¨ªan que ser m¨¢s discretas. Hice lo que pude y obtuve el 82,6 %. Menos no pude. Hasta ahora no s¨¦ qu¨¦ hacer con las papeletas de los que votaron por m¨ª. El resultado real fue del 95% a mi favoR. Les propuse a los europeos que, si desconfiaban, vinieran y, con 10 millones o 15 millones de d¨®lares, repitieran las elecciones estando presentes en todas las comisiones electorales. Y si gano, ustedes abren todas las puertas [de Europa] para Bielorrusia. Mantengo la oferta. Si no creen en el las elecciones, las repetiremos, pero pagando ustedes, porque son ustedes y no nosotros quienes las necesitan. Saben perfectamente que las ganar¨ªa y que no hay una alternativa para Lukashenko. Me machacan, porque no tengo un competidoR. Tal vez quieren que el poder sea algo incomprensible como en Ucrania, donde los ucranianos est¨¢n ya hartos. Pero nosotros no queremos destrozar el pa¨ªs.
P. Bielorrusia construir¨¢ una central nuclear, pese a la oposici¨®n a la energ¨ªa at¨®mica que caus¨® el accidente de Chern¨®bil.
R. Alrededor de nuestro pa¨ªs hay decenas de centrales nucleares viejas, parecidas a Chern¨®bil, pero la nuestra ser¨¢ supermoderna. Sin tener centrales at¨®micas, fuimos los que m¨¢s sufrimos con Chern¨®bil. Europa, Rusia y Jap¨®n van a construir decenas de reactores. ?Acaso son tontos? No debemos quedarnos atr¨¢s. Estoy seguro de que la poblaci¨®n nos apoya. Habr¨¢ un concurso abierto a los principales constructores de centrales europeos, norteamericanos y rusos. No excluimos inversiones privadas. Si no las hay, invertiremos del presupuesto.
P. ?Con qui¨¦n se lleva mejor, con el presidente de Ucrania, V¨ªctor Y¨²shenko, con el de Georgia, Mija¨ªl Saakashvili, o con Putin?
R. Cuando nos reunimos somos como hermanos. Con Putin tengo relaciones abiertas y de confianza. ?l me cuenta cosas muy importantes en secreto. Y yo tambi¨¦n. No crea que nos agarramos de las solapas.
P. ?No siente que Putin se vaya?
R. S¨ª, porque ya estoy acostumbrado a ¨¦l. Cuando conoces a alguien y su pol¨ªtica, puedes prever sus pasos. Tuvimos un conflicto con la energ¨ªa, pero siempre nos pusimos de acuerdo y siempre fuimos amigos. Yo no tengo residencia en Sochi [el balneario ruso a orillas del mar Negro], pero si ma?ana, por ejemplo, tengo que ir all¨ª, le llamo y ¨¦l me ofrece su casa. Su puerta est¨¢ abierta para que vaya siempre que quiera y con quien quiera. Ni nos hemos peleado ni ¨¦l puede cambiar el rumbo de Bielorrusia, como en tiempos sovi¨¦ticos. Putin es una persona pragm¨¢tica y comprende muy bien el papel de Bielorrusia para Rusia.
P. Este a?o se conmemora el aniversario del Gran Terror de 1937, el periodo de m¨¢xima represi¨®n de Stalin. En Ucrania, Y¨²shenko honr¨® a las v¨ªctimas de la hambruna; en Mosc¨², Putin record¨® a las v¨ªctimas de Stalin junto a una fosa de fusilamientos colectivos ?Cu¨¢l es su actitud ante Stalin?
R. Todos los dirigentes de la URSS ten¨ªan sus defectos, porque vivieron una ruptura hist¨®rica muy fuerte. Pese a sus muchas deficiencias, nuestro pasado es heroico en conjunto. Respeto a Stalin, que hizo mucho durante la guerra y Europa debe reconocer el papel de la URSS y su l¨ªder en la victoria sobre el fascismo. Hubo deficiencias, y por cierto muy serias, porque cuando matan a gente inocente, esto se convierte en una tragedia. Hoy esto no se puede negar, pero tampoco debe exagerarse. Putin hizo bien llevando una corona de flores en Mosc¨², porque todo esto [el Terror] se coci¨® en Mosc¨². En Bielorrusia las represiones no se extendieron tanto, porque los dirigentes eran bielorrusos y, aunque tambi¨¦n hubo muchas desgracias, las autoridades con su mentalidad, defendieron su tierra e intentaron estar m¨¢s cerca de la gente. Mire la cuesti¨®n jud¨ªa. Bielorrusia fue una zona de asentamiento hebreo durante el imperio zarista y aqu¨ª no hubo antisemitismo; [en la segunda guerra mundial] la gente pereci¨® por no entegrar a los jud¨ªos. Hay casos de pueblos enteros incendiados por los alemanes por esconderlos. Nuestras autoridades siempre consegu¨ªan suavizar la situaci¨®n. La pol¨ªtica de aqu¨ª nunca fue la copia de la que realizaba la direcci¨®n sovi¨¦tica en Mosc¨². Nuestros dirigentes comunistas siempre encontraban una salida para defender sus intereses y el pueblo se lo agradec¨ªa.
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