Una zona de repliegue
Las Landas ha sido utilizada desde siempre por la banda
Capbreton, el espectacular puerto deportivo franc¨¦s rodeado de playas largu¨ªsimas y bordeado por los bosques de Las Landas, ha sido tradicionalmente una c¨®moda zona de repliegue pr¨®ximo para los militantes de ETA. Sita a 60 kil¨®metros de la frontera espa?ola y a unos 20 de Bayona, la principal ciudad vascofrancesa, esta peque?a localidad costera, al igual que Hossegor tambi¨¦n en dicho departamento, ha sido durante muchos a?os una accesible y c¨®moda estaci¨®n de paso para que los activistas pudieran verse y visitarse entre militantes, familiares y amigos.
Sus cualidades tan atractivas para el turismo y el constante tr¨¢fico de visitantes posibilitaban tanto la discreci¨®n como el pasar desapercibido en una zona con un extremadamente f¨¢cil acceso desde Espa?a. Y al estar tan pr¨®xima a la frontera de Behobia, esta zona costera francesa, con sus playas como zona de encuentro o de trabajo con disimulo, ha sido empleada siempre por militantes y cuadros etarras.
Varios 'comandos' se han entrenado en bosques del entorno
El desarrollo tur¨ªstico que la localidad, de unos 8.400 vecinos, ha experimentado en los ¨²ltimos a?os se ha debido b¨¢sicamente a la expansi¨®n de ciudadanos vascos, que han invadido sus playas y convertido la zona en lugar de su segunda residencia. La presencia de espa?oles durante los fines de semana o en ¨¦pocas de vacaciones resulta habitual y nada extraordinaria.
Desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando ETA se tuvo que replegar hacia el norte debido a la fuerte presi¨®n policial en las peque?as poblaciones de la regi¨®n vascofrancesa, el contiguo departamento de Las Landas al sur de Burdeos, ha sido elegido como zona de refugio seguro para la organizaci¨®n armada, que se ha desplegado por ella, tanto para su expansi¨®n residencial como para uso organizativo.
Los bosques de Las Landas fueron durante los a?os ochenta y noventa el escenario de constantes pruebas de los comandos. Los pinares inmensos que se extienden detr¨¢s de las playas a lo largo de kil¨®metros han servido como refugio para sus entrenamientos, as¨ª como para realizar las pruebas de las bombas y artilugios explosivos que la banda ha ido fabricando a lo largo de su historia. En numerosas ocasiones, la polic¨ªa francesa ha descubierto estos campos de entrenamiento, a veces abandonados de forma precipitada por los activistas con los agentes en sus talones.
La tipolog¨ªa de viviendas individuales, desperdigadas y rodeadas de jard¨ªn que caracteriza a tantas zonas rurales francesas ha facilitado adem¨¢s las cosas a los terroristas, del mismo modo que siempre ha sido muy complicada y costosa para la polic¨ªa la localizaci¨®n de tantas residencias de la banda dispersas en el campo o en peque?as localidades y, por tanto, muy dif¨ªciles de vigilar.
As¨ª es la zona de Capbreton en la que ayer se produjo el atentado mortal, junto a un centro comercial Leclerc, un barrio de casitas rodeadas de jard¨ªn y alineadas en m¨²ltiples calles verdes en las que apenas sobresalen los tejados. Ni siquiera el centro comercial destacaba en altura entre los ¨¢rboles. All¨ª, salvo el despliegue de la prensa, nada indicaba lo que hab¨ªa ocurrido. Los visitantes del centro comercial mostraban su estupor y preguntaban qu¨¦ hab¨ªa pasado.
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