El maestro de Sorolla

Del m¨¢s de un centenar de personas que ayer hac¨ªa cola pacientemente ante el Centro Cultural Bancaixa para visitar la exposici¨®n Sorolla. Visi¨®n de Espa?a, nadie conoc¨ªa a Jos¨¦ Estruch, pese a haber sido maestro de dibujo del cotizado artista valenciano. "Es l¨®gico, porque Estruch es, sobre todo, un perdedor", dice el tambi¨¦n pintor Joan Ramos, comisario de la exposici¨®n que, sobre el pintor de Sant Joan de l'?nova, cuelga de las paredes del Museu de l'Almod¨ª de X¨¤tiva hasta el 27 de enero. La muestra recoge 56 obras entre pinturas religiosas, retratos y caricaturas.

Jos¨¦ Estruch (Sant Joan de l'?nova, 1835-La Pobla Llarga, 1907) tuvo una vida novelesca. De esas que habr¨ªan dado para una novela hist¨®rica o una biograf¨ªa concienzuda con tintes m¨ªticos. Porque Estruch, artista polifac¨¦tico que practic¨® todos los g¨¦neros art¨ªsticos, viaj¨® a Par¨ªs en su juventud, conoci¨® a Vincent van Gogh y Toulouse-Lautrec, dej¨® plantado a su mecenas madrile?o cuando este le hab¨ªa proporcionado trabajo en la corte e incluso lleg¨® a pintar, en un ataque de rabia, un mural con 12 figuras en el Parque del Retiro que, cuando se descubri¨®, lleg¨® a ser comparado, en los c¨ªrculos art¨ªsticos, con la obra de Goya. Sin embargo, su escasa fama le viene de una curiosa faceta de su trayectoria art¨ªstica.

Jos¨¦ Estruch es conocido, al menos en los ambientes locales, como artista religioso. Sus reproducciones de cuadros de Ribera, Leonardo o Juan de Juanes le han procurado un hueco en los libros de arte. Pero su trascendencia es "mucho mayor", como indica Ramos: "Fue el precursor de la pintura gr¨¢fica e incluso de podr¨ªa decir que invent¨® el c¨®mic, ya que, en muchos de sus cuadros, introduce textos, a modo de bocadillos, en los que escribe mensajes subliminales con iron¨ªa sobre el entorno en el que viv¨ªa".

De personalidad hura?a, "mis¨®gino y mis¨¢ntropo", como lo define Ramos, Estruch era capaz de ponerse a dibujar en cualquier sitio. En casas particulares de X¨¤tiva o Manuel, en caf¨¦s de Valencia, el pintor de La Costera dejaba su huella en creaciones que, en la mayor¨ªa de los casos, son irrecuperables.

La propia casa familiar, situada en Manuel, que se conserva intacta, todav¨ªa contiene algunas de sus pinturas en paredes o rincones en los que ¨¦l plasmaba su furia art¨ªstica. De hecho, en muchos pueblos de la provincia de Valencia se pueden encontrar obras suyas, en iglesias o casas particulares.

Cuando Sorolla qued¨® hu¨¦rfano, Estruch lo acogi¨® como maestro de dibujo. "Joaquinet, que no sabes pintar", le dec¨ªa el veterano profesor a aquel joven que intentaba abrirse paso en la pintura.

M¨¢s de un siglo despu¨¦s, ambos coinciden en dos exposiciones sobre su obra. Joaqu¨ªn Sorolla, uno de los pocos artistas de ¨¦xito en vida, provoca colas interminables en el espacio cultural de Valencia. Estruch se muestra en X¨¤tiva como una v¨ªa para revindicar la figura de un pionero del que, como dice Ramos, "su peor enemigo era ¨¦l mismo".