Bali: Kioto 2
Hoy comienza en Bali (Indonesia) la conferencia de la ONU para el cambio clim¨¢tico (CC), que dar¨¢ los primeros pasos para firmar un texto que sustituya al Tratado de Kioto a partir del a?o 2012. Se trata de la cita medioambiental m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os. Kioto fue aprobado hace una d¨¦cada y entr¨® en vigor en 2005: los pa¨ªses desarrollados se compromet¨ªan a reducir colectivamente sus emisiones de gases de efecto invernadero un 5% como media anual del a?o base (1990), durante el periodo 2008-2012.
Desde que se ratific¨® Kioto, el consenso cient¨ªfico sobre el CC y sus causas no ha hecho m¨¢s que aumentar. Con peque?as excepciones, se ha terminado el debate sobre el calentamiento global, y la mayor parte de los que lo niegan hacen suyo el principio de que cuesta hacer que un hombre entienda algo cuando su sueldo no depende de que lo entienda. En realidad, reina el consenso entre los cient¨ªficos de m¨¢s de un centenar de pa¨ªses, embarcados en la colaboraci¨®n m¨¢s compleja y organizada de toda la historia de la humanidad (el panel de la ONU para el cambio clim¨¢tico, IPCC en sus siglas en ingl¨¦s) acerca de que si no se toman medidas para abordar las causas subyacentes del calentamiento global, asistiremos a una serie de cat¨¢strofes grav¨ªsimas. Este grupo sostiene que existe un 90% de probabilidades de que los causantes del calentamiento global sean los seres humanos con sus pol¨ªticas.
Hoy da comienzo la cita medioambiental m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os
Tanto el IPCC en su ¨²ltima reuni¨®n en Valencia, como el informe que un grupo de expertos han elaborado para el presidente del Gobierno sobre el CC en Espa?a, coinciden: ¨¦ste es un hecho "irrefutable", "inequ¨ªvoco" y "con impactos importantes"; es un problema intr¨ªnsecamente ligado al desarrollo, asociado a un modelo de crecimiento basado en la quema de combustibles f¨®siles, y en patrones de consumo y producci¨®n energ¨¦ticos poco eficientes. En Bali se tratar¨¢ de dar respuesta eficaz a las causas que originan el problema, abordar la adaptaci¨®n a los efectos que ocasiona, y garantizar simult¨¢neamente el derecho al desarrollo de los m¨¢s pobres y vulnerables, quienes no habiendo contribuido a la aparici¨®n del cambio clim¨¢tico o habi¨¦ndolo hecho en mucha menor medida se ven abocados a las indeseables consecuencias que acarrea.
Frente a una visi¨®n economicista chata, los cient¨ªficos indican que actuar frente al cambio clim¨¢tico es una acci¨®n rentable, ya que los da?os esperados superar¨¢n los costes de mitigaci¨®n: por cada euro invertido en actividades de mitigaci¨®n se pueden ahorrar da?os por valor de hasta cinco euros (IPCC) y de hasta 20 euros, seg¨²n el informe Stern.
Antes de haber sido fichado por el PSOE para ayudar a elaborar su programa electoral, el economista Nicholas Stern trabaj¨® en la London School of Economics y en el Banco Mundial y elabor¨® un informe (El informe Stern. La verdad del cambio clim¨¢tico. Editorial Paid¨®s), que trata de evaluar los aspectos econ¨®micos del cambio de clima. Seg¨²n el mismo, si no se act¨²a los costes y riesgos totales del CC equivaldr¨ªan a una p¨¦rdida anual permanente de, al menos, un 5% del PIB mundial. Por el contrario, los costes de actuar reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero podr¨ªan limitarse hasta no superar, por a?o, el 1% del PIB global.
La crisis energ¨¦tica (materias primas escasas y caras) y la crisis clim¨¢tica forman parte de un todo indivisible. Por ello se ha activado de nuevo la pol¨¦mica nuclear: si este tipo de energ¨ªa es menos contaminante que otras y ha aumentado o no sus est¨¢ndares de seguridad respecto al pasado. Esta rehabilitaci¨®n de la energ¨ªa nuclear comenz¨® en 2004, cuando James Lovelock, el creador de la hip¨®tesis Gaia (la visi¨®n de la Tierra -Gaia es el nombre de la diosa griega de la Tierra- como un todo viviente que se modifica y se regula a s¨ª misma) hizo una s¨²plica a favor de la expansi¨®n masiva de los programas de energ¨ªa nuclear en el mundo como m¨¦todo m¨¢s adecuado para combatir el CC, entre las iras de sus antiguos compa?eros ecologistas.
Este debate habr¨¢ de resolverse en un sentido u otro. Tambi¨¦n en Espa?a.
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