Error m¨¦dico
El caso de R. S., una mujer de 42 a?os, puede ser resumido as¨ª: se le hacen radiograf¨ªas y se le diagnostica una enfermedad grave. Un mes y bastantes dolores de cabeza despu¨¦s, descubre que la radiograf¨ªa que dio pie al conjunto de sinsabores era de otra persona de 75 a?os y que ella no padece nada de lo que le hab¨ªan dicho. Se pueden pasar por alto las angustiantes gestiones que realiz¨® entre el 24 de octubre y el 21 de noviembre (entre el primer diagn¨®stico y el descubrimiento de la aliviante verdad). Se puede, siempre que no se tenga en cuenta que en ese tiempo no se sinti¨® apoyada por la sanidad p¨²blica y vivi¨® la soledad de quien se cree en la recta final de muchas cosas.
Al final, reflexiona: "Tras la alegr¨ªa inicial de saber que no tengo aplastamiento de v¨¦rtebras llamo a radiolog¨ªa de Cap Claret. Al ser infructuosas mis llamadas decido el 21 de noviembre personarme en el centro. Mi preocupaci¨®n ya no es que yo est¨¦ enferma, sino que una persona que s¨ª lo est¨¢ no est¨¦ recibiendo las atenciones m¨¦dicas que necesita. Explico a la administrativa el caso y solicito que se pongan en contacto con la paciente, que me den una hoja de reclamaciones y que tomen nota de mi tel¨¦fono para que en el momento en que den con ella y con mis verdaderas radiograf¨ªas me avisen. Al d¨ªa siguiente, a las nueve de la ma?ana recibo una llamada para que vaya "antes de la una" a devolver las radiograf¨ªas que no son m¨ªas. Le explico a la administrativa que "el que no son m¨ªas ya lo s¨¦", pero que quiero que se localice a la paciente y mis radiograf¨ªas. Me dice que ella de eso no sabe nada, que un m¨¦dico las mirar¨¢ y que las entregue. Es imposible cuantificar la preocupaci¨®n que he sufrido, las horas que he perdido para conseguir otras pruebas (a cargo de mi mutua) y tambi¨¦n la indignaci¨®n que me ha producido comprobar que en este mes largo ning¨²n facultativo se ha dado cuenta del error".
El Departamento de Salud acepta el error. Dice que se ha dirigido a la R. S. para pedirle disculpas. "La otra paciente ha sido avisada y atendida". Insiste en que es un error injustificable pero subsanado y m¨ªnimo en el conjunto de la sanidad p¨²blica y que no debiera servir para cuestionarla.
Para quejas sobre las administraciones y empresas p¨²blicas, pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atenci¨®n de Francesc Arroyo.
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