Espejismo
A lo largo de los ¨²ltimos a?os se ha reinventado el "Levante feliz". Un concepto trasnochado que ha costado caro a la Comunidad Valenciana. Bien mirado ni somos Levante ni, por supuesto, feliz. Es decir, un sitio donde se ata a los perros con longanizas y en el cual todo rueda a las mil maravillas.
Recientemente y m¨¢s todav¨ªa desde la apoteosis del evento de la America's Cup, quienes han tenido la oportunidad de pasar por Valencia, elogian la ciudad. Pero Valencia no es nada sin el territorio inmediato que la rodea. Zonas colindantes que se expanden y palpitan en torno a su coraz¨®n, la ciudad, que focaliza su actividad, bien como foro de acci¨®n o como centro de empleo. La ciudad de Valencia, capital de la Comunidad Valenciana, se colapsa constantemente sobre todo en los accesos que, por otra parte, son insuficientes. Valencia puede morir de ¨¦xito. Acusa su crecimiento imprevisto y desbordado y la desvinculaci¨®n de la vocaci¨®n de la ciudad en sinton¨ªa con sus constantes hist¨®ricas.
El puerto de Valencia crece y la Autoridad Portuaria -?qu¨¦ traslaci¨®n anglosajona tan desafortunada!- labora y se esfuerza por ampliar sus instalaciones y dar servicios a los intereses econ¨®micos de la Comunidad Valenciana. Volvemos otra vez a la dimensi¨®n regional o auton¨®mica de la ciudad.
El puerto de Valencia, ahora en tensi¨®n laboral, no se entiende sin las sinergias de los puertos de Sagunto y de Gandia, en lo que se denomina en conjunto la Autoridad Portuaria de Valencia. Pocos saben que este ente depende del Ministerio de Fomento con sede en Madrid, cuando su presidente lo es por designio directo de la Presidencia de la Generalitat Valenciana.
As¨ª este "Levante Feliz" que se delimita entre el Delta del Ebro y Guardamar, no es tan feliz como lo pintan. Y no es feliz sobre todo porque el potencial de su puerto crece por la importaci¨®n de productos de origen asi¨¢tico y no por la exportaci¨®n de bienes elaborados por los agentes econ¨®micos valencianos. La industria aut¨®ctona acusa s¨ªntomas de debilidad, debido a la competencia feroz y muy especialmente por el desv¨ªo hacia el sector inmobiliario de la inversi¨®n que necesita para ser competitiva. Aqu¨ª, adem¨¢s de formaci¨®n profesional id¨®nea, de la aplicaci¨®n urgente de las nuevas tecnolog¨ªas y de la potenciaci¨®n de la investigaci¨®n y el dise?o, necesitamos la reconversi¨®n del sector empresarial, para que la gallina de los huevos de oro no se la merienden otros.
Luchar con las multinacionales o con los monstruos comerciales de implantaci¨®n en territorio espa?ol, es una p¨¦rdida innecesaria de esfuerzo y de tiempo. Hemos de ir a posicionarnos en los huecos de mercado donde se puede obtener mejores resultados que la competencia y adem¨¢s recomponer la imagen de pa¨ªs que necesitamos.
La agricultura, (poco m¨¢s del 3% del PIB) aunque no lo parezca, tambi¨¦n es un frente que puede dar sus beneficios, al margen de que es necesario su desarrollo para que no se despueblen zonas amplias de territorio. La Consejer¨ªa de Agricultura tiene la palabra porque los portavoces tradicionales del sector parece que padecen sequ¨ªa de ideas eficaces.
El Levante Feliz que se nos muestra como una amenaza, no es otra cosa que un concepto superado y ajeno al esfuerzo que tiene que realizar la Comunidad Valenciana para recuperar peso espec¨ªfico y personalidad. La Copa del Am¨¦rica, la ?pera y el circuito de F¨®rmula 1 no son fen¨®menos suficientes para resolver las carencias en formaci¨®n, sanidad, empleo, cultura, seguridad o los desequilibrios econ¨®micos que nos acechan.
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