El Atl¨¦tico, sin despeinarse
Dos destellos de Ag¨¹ero dan a los rojiblancos la clasificaci¨®n
No sin raz¨®n, Aguirre, t¨¦cnico del Atl¨¦tico, quiso resolver cuanto antes y busc¨® que el equipo firmara su pase a la siguiente fase del torneo a la voz de ya. En Copenhague, por ejemplo. As¨ª que no repar¨® en gastos y puso en liza a los dos mejores, Forl¨¢n y Ag¨¹ero, una de las parejas de moda en el planeta. Pese a que el partido ten¨ªa pinta de poca cosa, se encomend¨® a las estrellas del equipo, convencido de que resolver¨ªan m¨¢s pronto que tarde. Acert¨®. Dos apariciones de Ag¨¹ero, tan estruendosas como de costumbre, le dieron el triunfo y certificaron la clasificaci¨®n para la siguiente ronda, donde sin duda se ver¨¢ en duelos de mayor enjundia. Porque por mucho que el rival haya conquistado las dos ¨²ltimas Ligas en Dinamarca, su potencial no admite comparaci¨®n con el del Atl¨¦tico.
COPENHAGUE 0 - ATL?TICO 2
Copenhague: Christiansen; Wendt, Hangeland, Gravgaard, Kvist; W¨¹rtz (Sionko, m. 53), Hutchinson (Jorgensen m. 83), N?rregaard, Jensen;Nordstrand (Ailton, m. 53) y Allback.
Atl¨¦tico: Abbiati; Antonio L¨®pez, Pablo, Eller, Pern¨ªa; Luis Garc¨ªa, Cleber (Maniche, m. 72), Motta, Simao (Maxi, m 69); Ag¨¹ero y Forl¨¢n (Ra¨²l Garc¨ªa, m. 72). No utilizados: Falc¨®n; Perea, Reyes y Mista.
Goles: 0-1. M. 20. Simao, tras una pared con Ag¨¹ero. 0-2. M. 62. Pase largo de Motta a Ag¨¹ero, que regatea al portero y marca.
?rbitro: Paolo Dondarini (Italia). Amonest¨® a Hangeland y Luis Garc¨ªa.
42.000 espectadores en el Parken de Copenhague.
Y menos ahora, cuando el equipo est¨¢ crecido, serio incluso, sin esos altibajos que tantos sustos le han reportado. Se plant¨® Motta en el c¨ªrculo central y puso a carburar a los suyos. ?l, personalmente, dio el primer aviso. Su zancada le llev¨® al borde del ¨¢rea, donde encontr¨® a Ag¨¹ero, quien le devolvi¨® el bal¨®n. Motta lanz¨® un dur¨ªsimo disparo que sac¨® como pudo el meta dan¨¦s. Ah¨ª, en los movimientos de Ag¨¹ero y Forl¨¢n al borde del ¨¢rea, iba a encontrar premio el Atl¨¦tico. Fue Simao quien se encarg¨® de asociarse con el Kun, que le dej¨® solo en el ¨¢rea a lo que, sin duda, ayud¨® que Forl¨¢n arrastrara con su movimiento a los centrales. Simao defini¨® con grandeza, con un disparo raso, combado, cercano al palo.
El conflicto, que nunca fue tal, estaba resuelto. Al Atl¨¦tico no le qued¨® m¨¢s que controlar el partido, sin prisas, sin veleidades defensivas, con ese empaque que viene mostrando. El que ense?a Motta, por ejemplo, coautor del segundo gol. ?l recuper¨® el bal¨®n, ¨¦l vio la veloz arrancada de Ag¨¹ero y ¨¦l le puso el pase largo. Ante el portero se plant¨® el Kun, sereno, sin pesta?ear, para regatearle, marcar a puerta vac¨ªa y sellar otro triunfo de un Atl¨¦tico que muestra sus galones d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n.
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