Todo est¨¢ en juego en Iowa
Hillary Clinton ve amenazado su papel de favorita frente a Barack Obama
Casi a la misma hora que Barack Obama expon¨ªa el lunes aqu¨ª, la capital de Iowa, su plan para hacer frente a los problemas de las familias norteamericanas con sus hipotecas y sus cr¨¦ditos, a unos 200 kil¨®metros al norte del Estado, en Clear Lake, Hillary Clinton defend¨ªa su proyecto de reforma de la seguridad social. Un d¨ªa despu¨¦s, ambos, junto a los otros cinco candidatos dem¨®cratas a la presidencia de EE UU, contrastar¨ªan de nuevo sus ideas sobre Ir¨¢n, China o el comercio exterior en un debate radiof¨®nico desde el Museo de Historia, situado en el complejo del Capitolio estatal.
Ayer, la agenda de Obama inclu¨ªa tres actos m¨¢s en distintos puntos de Iowa, mientras que la de Clinton la alejaba 24 horas de estos nevados paisajes para llevarla a Washington a recaudar fondos para la campa?a. Regresar¨¢ antes del fin de semana, porque en este momento, y hasta el caucus -reuniones p¨²blicas en las que los electores discuten sobre sus preferencias antes de emitir sus votos- del 3 de enero, es aqu¨ª donde est¨¢ en juego su victoria.
Clinton y Obama se juegan su futuro en los 'caucuses' del peque?o Estado
Aqu¨ª no valen los grandes discursos, sino el contacto casa por casa
Los aspirantes republicanos libran en Des Moines una batalla feroz
Desconocidos como Carter salieron catapultados de Iowa como favoritos
No es un recurso ret¨®rico. Clinton se juega su futuro en este poco relevante Estado de la Uni¨®n: una derrota aqu¨ª pondr¨ªa en serias dificultades su candidatura y dejar¨ªa m¨¢s abierta que nunca la carrera dem¨®crata hacia la Casa Blanca.
Tambi¨¦n Obama pone mucho en juego, pero no tanto. El hecho de que un candidato negro tenga serias opciones de triunfo en un Estado casi completamente blanco es ya un ¨¦xito sin precedentes; un digno segundo puesto ser¨ªa un buen resultado para ¨¦l, la victoria significar¨ªa una aut¨¦ntica catapulta hacia la nominaci¨®n final. Su buena actuaci¨®n en Iowa, donde una ¨²ltima encuesta del diario The Des Moines Register lo coloca un punto por delante de Clinton, le ha permitido recortar en los dos ¨²ltimos meses su distancia con la ex primera dama en el conjunto del pa¨ªs, aunque ¨¦sta todav¨ªa manda con 15 puntos de ventaja, seg¨²n una encuesta publicada esta semana por USA Today y Gallup.
Hillary Clinton es consciente del peligro y ha corregido su estrategia de campa?a para incluir ataques a sus rivales, principalmente a Obama, a quien en su discurso en Clear Lake lleg¨® a llamar, indirectamente, "charlat¨¢n". "Yo no creo que la gente quiera que le hablen tanto del cambio", dijo la senadora. "Yo creo que lo que quieren es alguien que realmente lo pueda hacer, quieren alguien que cumpla, no un charlat¨¢n". Contest¨® inmediatamente en Des Moines el portavoz de Obama, Tommy Vietor, diciendo que su candidato "no necesita consejos de alguien que sigui¨® a Bush en la guerra de Irak".
Hay un tercero en discordia en el campo dem¨®crata tambi¨¦n con posibilidades de triunfo en Iowa: John Edwards, al que s¨®lo separan cinco puntos de Obama. Para ¨¦l s¨ª que este caucus es una cuesti¨®n de vida o muerte. S¨®lo un completo ¨¦xito le servir¨ªa para relanzar una candidatura que no se perfila bien en el escenario de las primeras primarias, New Hampshire, ni en los dem¨¢s Estados donde siguen elecciones.
La emoci¨®n no s¨®lo se vive entre los aspirantes dem¨®cratas. Tambi¨¦n los republicanos libran una batalla feroz, sobre todo tras la irrupci¨®n de la gran sorpresa de la temporada, el pastor evang¨¦lico Mike Huckabee, a quien los sondeos colocan en un sorprendente primer puesto, por encima del favorito hasta ahora en Iowa, Mick Romney, y del primer clasificado a nivel nacional, Rudy Giuliani.
Excepto para Giuliani, cuya agitada vida personal y moderada visi¨®n sobre religi¨®n y moral no se compadecen bien con las estrictas exigencias conservadoras de los republicanos de este Estado, tanto Romney como Huckabee se la juegan en el caucus del 3 de enero. Para el primero, que ha gastado grandes cantidades de su propia fortuna en su campa?a en Iowa, una derrota ser¨ªa un fracaso imprevisto que hundir¨ªa, seguramente, todas sus posibilidades futuras. Para Huckabee, la derrota ser¨ªa el despertar de un corto sue?o. Giuliani, que apenas ha hecho campa?a aqu¨ª, ha preferido apostar por New Hampshire.
Cualquier c¨¢lculo sobre el resultado en uno u otro partido conlleva en este momento un alto riesgo. El anacr¨®nico sistema de elecci¨®n en Iowa, los famosos caucuses, hace muy dif¨ªcil cualquier pron¨®stico.
Es una de las grandes paradojas de la democracia norteamericana: el resultado es tan incierto y de tal trascendencia que todo el pa¨ªs, quiz¨¢ el mundo entero, est¨¢ por un momento pendiente de lo que unas pocas decenas de miles de personas decidan dentro de un complej¨ªsimo sistema de votaci¨®n en un rinc¨®n de la Am¨¦rica rural que no volver¨¢ a ser mencionado en los peri¨®dicos durante los cuatro a?os siguientes.
Son varias las razones que hacen el resultado tan imprevisible. Aunque es necesario registrarse para votar, ese registro puede hacerse momentos antes del inicio de las reuniones, lo que dificulta conocer de antemano el n¨²mero de votantes. En el ¨²ltimo caucus dem¨®crata participaron poco m¨¢s de 120.000 personas; algo similar ocurre entre los republicanos.
Los registrados se re¨²nen despu¨¦s por grupos en iglesias, escuelas, centros c¨ªvicos, casas particulares, para discutir por qui¨¦n votar. Las reglas cambian en cada caucus, pero por lo general se destina una media hora a esa discusi¨®n, tras lo cual se emite un primer sufragio. Los candidatos que no sobrepasen un cierto l¨ªmite (15% en algunos caucuses, 25%, en otros) quedan eliminados, pero quienes votaron por ellos pueden volver a votar por alguno de los candidatos supervivientes. Eso se hace despu¨¦s de otra media hora, aproximadamente, en la que los defensores de las candidaturas victoriosas intentan convencer a los de los candidatos derrotados que se sumen a sus filas.
Es un delicado esquema de influencia en el que entran en liza un sinf¨ªn de factores personales, desde la amistad hasta el poder de convicci¨®n de determinados vecinos, que se escapan al estudio del m¨¢s riguroso m¨¦todo de an¨¢lisis pol¨ªtico.
Pero, aunque dif¨ªcil y anacr¨®nico, este es el escenario en el que el pr¨®ximo presidente tiene, primero, que demostrar su val¨ªa. Aqu¨ª no valen de mucho los grandes discursos ni las grandes campa?as publicitarias. Hay publicidad en la televisi¨®n, por supuesto, pero lo que cuenta es el contacto lo m¨¢s directo posible, casa a casa, con la mayor cantidad posible de esas 100.000 personas que el d¨ªa 3 van a tomar la decisi¨®n. Miles de ciudadanos de Iowa tienen estas semanas oportunidad de hacer preguntas al futuro presidente en cientos de charlas muy reducidas.
Iowa corona a ne¨®fitos y destruye mitos. Desconocidos, como Jimmy Carter o Gary Hart, salieron catapultados de aqu¨ª. Bill Clinton adquiri¨® la etiqueta de favorito despu¨¦s de sobrevivir en Iowa, pese a los rumores sobre sus infidelidades. Iowa tambi¨¦n se equivoca, desde luego. En 1980, le dio la victoria a George Bush padre frente a Ronald Reagan, que despu¨¦s gan¨® en New Hampshire y consigui¨® la nominaci¨®n. Pero, por lo general, este Estado tiene bien ganada fama de saber ponerle la etiqueta de victoria a la persona adecuada.
En esta oportunidad, la gran novedad de la campa?a entre los dem¨®cratas es el gran papel de Obama. Los voluntarios de su campa?a, todos muy j¨®venes, est¨¢n plet¨®ricos en su sede de la avenida Locust, en Des Moines. "Es grandioso lo que est¨¢ sucediendo, nunca se hab¨ªa visto aqu¨ª una organizaci¨®n de base semejante", afirma Toni, una de las voluntarias de la campa?a. Obama asegura que ha recolectado m¨¢s dinero de peque?as contribuciones -15 o 25 d¨®lares- que todos los dem¨¢s candidatos juntos.
Su campa?a en Iowa, aunque algo juvenil y desordenada, se ha extendido como mancha de aceite. El inconveniente es que la tradici¨®n sostiene que los participantes en los caucuses, que tienen que abrirse paso entre la nieve para llegar a la reuni¨®n y renunciar a una noche de sue?o o televisi¨®n, suelen ser mayoritariamente votantes de edad madura, m¨¢s inclinados por Clinton.
Otro factor a favor de la senadora de Nueva York es el de que los votantes de Iowa suelen ser pragm¨¢ticos que apuestan por el m¨¢s elegible de los candidatos. Y esta vez todas las encuestas coinciden en que los dem¨®cratas ven m¨¢s elegible a Hillary Clinton que a Barack Obama.
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