El Ter, bajo m¨ªnimos

El r¨ªo Ter est¨¢ al l¨ªmite. El nivel de agua es tan bajo que ya no circula el caudal m¨ªnimo de mantenimiento que establece la Agencia Catalana del Agua (ACA). La falta continuada de lluvias y la sequ¨ªa han agravado la situaci¨®n, pero los municipios por donde discurre el r¨ªo se?alan como causa principal el trasvase que se realiza hacia otras comarcas catalanas. El Ter abastece a m¨¢s de tres millones de personas. Desde 1959, el embalse del Pasteral (Selva) garantiza por ley la aportaci¨®n de ocho metros c¨²bicos de agua por segundo hacia el ¨¢rea metropolitana de Barcelona para su consumo dom¨¦stico.

La misma normativa tambi¨¦n establece un caudal m¨ªnimo instant¨¢neo de tres metros c¨²bicos por segundo para las comarcas de Girona entre el Pasteral y la desembocadura. Sin embargo, seg¨²n denuncian los municipios ribere?os, agrupados en el Consorcio Alba-Ter, formado por 46 ayuntamientos y 5 consejos comarcales, no se est¨¢ cumpliendo la ley y hace tiempo que se desv¨ªa agua hacia Barcelona sin respetar los caudales m¨ªnimos fijados. "En ning¨²n caso queremos provocar una guerra del agua ni apropiarnos del Ter. Lo que se?alamos son los inconvenientes que sufre el r¨ªo", asegura Francesc Camps, presidente del consorcio y alcalde de Celr¨¤.

La situaci¨®n no es nueva, pero se ha ido agravando en los ¨²ltimos a?os. Uno de los puntos m¨¢s visibles del Ter a su paso por la ciudad de Girona es el Pont de la Barca. Aqu¨ª la ACA ha establecido un control del caudal de mantenimiento del r¨ªo por debajo del cual el ecosistema fluvial entra en estado cr¨ªtico. El punto fija un caudal de 4,6 metros c¨²bicos por segundo, pero hace varios d¨ªas que no llega a un metro. Desde principios de a?o, el Ter s¨®lo ha cumplido con el nivel ¨®ptimo de mantenimiento 61 d¨ªas. El resto del tiempo ha experimentado constantes altibajos que, seg¨²n el consorcio, provocan graves desequilibrios en la biodiversidad y favorecen la expansi¨®n de especies for¨¢neas invasoras, como algas y plantas. El gran perjudicado es el bosque aut¨®ctono de ribera. "El r¨ªo cada d¨ªa es m¨¢s artificial, se abastece de aguas residuales y pierde su condici¨®n de corredor biol¨®gico", afirma Camps. Tambi¨¦n han detectado problemas como una alta concentraci¨®n de nitratos y salinidad en tierras de regad¨ªo. Otro colectivo que denuncia la situaci¨®n es el Ateneo Naturalista de Girona, que incluso ha creado una comisi¨®n especial de seguimiento. En marzo de este a?o presentaron un diagn¨®stico sobre el r¨ªo a partir de las informaciones publicadas por administraciones e instituciones, y la conclusi¨®n es que el Ter sufre "fatiga ecol¨®gica".

Otra de las ¨¢reas donde m¨¢s se visualiza el bajo caudal del Ter es en su desembocadura, en la playa de la Gola de Torroella de Montgr¨ª (Baix Empord¨¤). Este a?o no se ha llegado a la situaci¨®n de otros veranos en que el nivel de agua era tan bajo que el r¨ªo no llegaba a tocar el mar. Sin embargo, la escasez del caudal ha propiciado otro fen¨®meno: la desembocadura del Ter se ha desplazado unos 300 metros hacia el norte, creando una especie de delta. Los t¨¦cnicos del ¨¢rea municipal de Medio Ambiente de Torroella atribuyen la modificaci¨®n a que el r¨ªo tiene menos fuerza y no llega a depositar en el mar los sedimentos que transporta.

Si las lluvias no llegan, ciudades que beben del Ter, como Girona y Salt, podr¨ªan comenzar a aplicar restricciones en el agua de boca a finales de enero.