Jornaleros al margen de la ley
Empresarios de la construcci¨®n, agr¨ªcolas y de servicios emplean a diario a inmigrantes sin contrato ante la pasividad de las autoridades laborales
Cientos de inmigrantes se citan cada ma?ana en distintos puntos de la Comunidad Valenciana a la espera de que les recojan para trabajar en la construcci¨®n, el campo o los servicios. La realidad es diversa y dif¨ªcil de acotar. Son zonas de encuentro de inmigrantes, algunos tienen papeles y contrato, pero junto a ellos se encuentran el lumpen del lumpen. Los sin papeles, sin contrato y sin documentaci¨®n a la espera de que el dedo del capataz les se?ale para poder ganarse el jornal diario. La mayor parte de la mano de obra es irregular y precaria, que cobra seg¨²n el trabajo y la hora a la que los contratan. Cuando m¨¢s tarde les recogen menos cobran. La econom¨ªa valenciana tambi¨¦n recurre a los trabajadores m¨¢s vulnerables. Y entre los intermediarios hay incluso inmigrantes.
A primera hora de la ma?ana una decena de inmigrantes espera en la avenida del Pintor Gast¨®n Castell¨® de Alicante a que les recojan. Uno de los bolivianos que est¨¢ ocupado en la recogida de granada en Totana (Murcia) dice que le gustar¨ªa regularizar su situaci¨®n para volver a su pa¨ªs a ver a los suyos. Gana entre 4,8 euros y seis euros a la hora. Pregunta si pasa la Polic¨ªa por esa zona.
M¨¢s dura es la situaci¨®n de los subsaharianos que cada d¨ªa esperan sentados para trabajar, especialmente en la carga y descarga, en el pol¨ªgono Carr¨²s de Elche. Dos proceden de Senegal y Mauritania y llegaron v¨ªa Canarias. Su situaci¨®n es particularmente vulnerable porque ni pueden ser repatriados a su pa¨ªs ni regularizarse. Dicen que hay poco trabajo y el salario es muy variable: "Arriba del cami¨®n 25 euros al d¨ªa, abajo 35 euros", comenta uno. Trabajadores espa?oles del pol¨ªgono explican el n¨²mero de extranjeros y la nacionalidad var¨ªa y aseguran tambi¨¦n que "de vez en cuando viene la polic¨ªa y hace redadas, pero a la semana est¨¢n igual". "Se est¨¢ creando un sector laboral de la mano de inmigrantes explotados y por primera vez se est¨¢ haciendo a la luz del d¨ªa", denuncia Carlos G¨®mez Gil, director del Observatorio de la Inmigraci¨®n de la Universidad de Alicante. G¨®mez Gil lamenta la "pasividad de la autoridad laboral" ante esta realidad. Explica que la llegada de la inmigraci¨®n "alimenta" una econom¨ªa sumergida que en esta provincia ha tenido tradicionalmente "mucho peso".
Tambi¨¦n alerta de que cuanto m¨¢s avanza la recesi¨®n en algunos sectores, menos empleo hay. Hecho que afecta m¨¢s a los inmigrantes, generando "mano de obra m¨¢s precaria". El responsable de inmigraci¨®n de CC OO en L'Alacant¨ª, Salvador Roig, comparte la preocupaci¨®n por la evoluci¨®n del mercado laboral y pide un refuerzo de los sistemas de protecci¨®n social.Roig lamenta "la falta de recursos de la administraci¨®n para acotar la proliferaci¨®n de estas bolsas de trabajo y combatirlas". Insiste en que carecer de papeles "no significa que no se tengan derechos laborales" y anima a los inmigrantes a denunciar. La patronal Coepa defiende su demanda de que se cumpla la ley y que los empresarios s¨®lo contraten trabajadores con permiso de residencia. Dice que lo contrario son casos "aislados".
La movilidad es una realidad para muchos trabajadores. Donald, un boliviano que se cita, como otros, en los aleda?os del Hospital General de Alicante para trabajar en la construcci¨®n, recuerda que ha llegado a trasladarse a obras en Cullera (Valencia). Donald defiende que el trabajo en la construcci¨®n est¨¢ mejor pagado. "Unos tienen contrato, otros no", resume.
Y en la plaza de Sanchis Guarner de Valencia, el principal punto de encuentro, la mayor¨ªa procede de Mal¨ª o Senegal y se emplea en el campo. Su destino suele ser una explotaci¨®n agraria pr¨®xima, pero pueden desplazarse igual a Nules o a Benidorm. Otros, suramericanos, trabajan m¨¢s en la construcci¨®n. Luis Poveda, de CC OO, cuenta que a ese punto de la ciudad acuden tanto los que tienen permisos de residencia y trabajo, y esperan ser recogidos por sus patronos, como los que no tienen y madrugan con la esperanza de que alguien les proporcione faena por uno o varios d¨ªas.
El tipo de trabajo y la f¨®rmula de contrataci¨®n que sufren hacen que "el nivel de explotaci¨®n sea mayor que en otros colectivos". As¨ª, pueden trabajar a destajo recogiendo cajas por entre 40 ¨® 50 euros diarios. Y si el d¨ªa sale mal se pueden quedar en s¨®lo 30. "Incluso corren el riesgo de que no les paguen", explica el sindicalita. No es extra?o que desde CC OO llamen a alg¨²n patr¨®n para recordarle que debe pagar el trabajo efectuado, si no quieren sufrir una denuncia. "La legislaci¨®n laboral otorga los mismos derechos a los trabajadores sin permisos de residencia o trabajo, siempre que se demuestre la relaci¨®n laboral con el empleador", subraya Poveda.
En Castell¨®n, la "recogida" de trabajadores se realiza, especialmente, en dos puntos. En la ronda Magdalena, bajo la lona de la terraza de un bar conocido por sus almuerzos, se api?an, alrededor de las 7.30, grupos de inmigrantes a la espera de que pase una de las furgonetas de los patronos que les requieren para trabajos puntuales y, la mayor¨ªa de las veces, con una temporalidad m¨ªnima. Entre este colectivo, la mayor parte son contratados. En ¨¦poca de recolecci¨®n de c¨ªtricos, los grupos se incrementan y muchos de ellos han pasado a ocupar, tambi¨¦n, una de las esquinas del parque Ribalta En este punto, la situaci¨®n laboral es mucho m¨¢s diversa y hay muchos inmigrantes sin contrato.
Informaci¨®n elaborada por Mar¨ªa Fabra, Federico Sim¨®n y Rosa Biot.
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