El arlequ¨ªn se sube a la patera de Animalario

Todo comienza con una patera que naufraga o quiz¨¢s llega a su destino, Europa, donde la sociedad burguesa recibe con espanto la "invasi¨®n de inmigrantes". Podr¨ªa ser un hecho real. Con Argelino, servidor de dos amos, Andr¨¦s Lima, Alberto San Juan y Animalario ponen el dedo en la llaga y revisan el cl¨¢sico de Carlo Goldoni, Arlecchino, servitore di due padroni, que en el siglo XVIII ironizaba sobre la lucha de clases y la explotaci¨®n de los campesinos emigrados a Venecia en busca de una vida mejor. El arlequ¨ªn de entonces con su traje de rombos se convierte ahora en un ciudadano de Argelia, quiz¨¢s con la ropa hecha jirones, que no pierde la fe en "formar parte del sistema".

El Teatro Abad¨ªa escenifica del 13 de diciembre al 20 de enero la ¨²ltima cr¨ªtica teatral a formas contempor¨¢neas de esclavitud. Alberto San Juan, que firma la versi¨®n del texto, describe as¨ª el paralelismo entre ambas obras, cuando se cumplen 300 a?os del nacimiento de Goldoni: "Arlequino hablaba de la lucha de clases, de la dificultad de convivir cuando los seres se dividen en amos y criados. Argelino habla de lo mismo. Practicamos con total impunidad el terrorismo que supone dejar morir a personas que huyen de la miseria. A algunos de ellos -millones- los ponemos a nuestro servicio y los explotamos para tener m¨¢s tiempo para ser explotados nosotros tambi¨¦n".

"Lo que hacemos es radicalizar todo lo que trataba Goldoni: el hambre, la violencia, las reglas de dominaci¨®n... Y lo extremamos porque es m¨¢s extrema la situaci¨®n. Que existiera esclavitud en su ¨¦poca es terrible, pero ya me parece espeluznante que siga existiendo hoy en Madrid", afirma Andr¨¦s Lima durante un ensayo, con sonidos guturales de fondo procedentes del reparto que calienta la voz sobre el escenario. La escenograf¨ªa de Beatriz San Juan recuerda a Venecia, a los frescos decadentes de antiguos palacios con puertas camufladas, frente al cl¨¢sico sill¨®n Ikea donde la familia burguesa da el contrapunto de actualidad. En esta contradicci¨®n esc¨¦nica, los actores Elisabet Gelabert, Alberto Jim¨¦nez, Rosa Mantenga, Daniel Moreno, Nerea Moreno y Pepa Zaragoza dan la r¨¦plica al argelino Javier Guti¨¦rrez, cantan y bailan, pero sobre todo ironizan en una tragicomedia, a ratos m¨¢s tr¨¢gica que divertida.

El reparto ha participado directamente en la creaci¨®n de la obra, siguiendo las reglas de la espontaneidad en la comedia del arte, rotas por Goldoni cuando les dio forma sobre un papel, y revisadas ahora por Lima: "Goldoni era un pol¨ªtico moderado porque hace la cr¨ªtica de forma sutil. Pero fue un revolucionario en el teatro cuando propuso que de los canavacci, guiones base sobre los que improvisaban los actores, se hiciera todo un escrito con consistencia. Nosotros, a partir de esos canavacci tambi¨¦n experimentamos en un taller previo hace meses, investig¨¢bamos las posibles improvisaciones de los actores que despu¨¦s se plasmaron en el texto".

Pero ?se mantiene aquella intencionalidad? "Creo que el teatro debe hablar de la sociedad que hemos construido, y todo lo que hable de lo que nos pasa ya es pol¨ªtica", asegura San Juan. Para Javier Guti¨¦rrez, convertido en argelino gracias a su estudiado acento ¨¢rabe que ha practicado con un amigo marroqu¨ª, la principal diferencia con el texto de Goldoni radica precisamente en ese compromiso social. "Para Goldoni, Arlecchino fue un juguete c¨®mico, y despu¨¦s de la versi¨®n magistral que hizo Giorgio Strehler en el Piccolo Teatro de Mil¨¢n en 1947, poco m¨¢s se pod¨ªa hacer. Por eso nosotros a?adimos a ese punto c¨®mico un fondo cr¨ªtico. No s¨®lo somos actores que dominen el vodevil, sino que desarrollamos los temas sociales que hab¨ªa detr¨¢s del texto de Goldoni".

Tras su primera obra, Pornograf¨ªa barata, Animalario recibe en enero de 2003 el encargo de dirigir y presentar la gala de los Premios Goya. Su propuesta y la intervenci¨®n de los profesionales del cine convierten el acto en un clamoroso ?no a la guerra! Animalario deja de ser un grupo de culto para convertirse en una compa?¨ªa de gran popularidad.