Matar un cerdo sin aturdir se multar¨¢ hasta con 100.000 euros
Las pistolas se agotan ante la entrada en vigor, hoy, de la ley
Usando una pistola aturdidora de bala cautiva, que se vende en tiendas especializadas y a trav¨¦s de Internet por unos 53 euros, los aproximadamente 100.000 gallegos que matan cerdos en sus casas se librar¨¢n de las sanciones que hoy entran en vigor y pueden llegar a alcanzar los 100.000 euros.
Los amos de esos cochos a los que por estas fechas se les avecina el ¨²ltimo viaje parecen estar al tanto de la norma, a juzgar por el n¨²mero de percutoras que se han vendido en esta semana. Los matarifes aficionados, en su af¨¢n por prepararles el pasaporte en toda regla a los gorrinos, han arrasado con la mercanc¨ªa de los comerciales, que en algunos pueblos ya no tienen una triste pistola que vender.
Pero no conseguir el arma no exime del cumplimiento de la ley 32/2007, que aprobaron las Cortes hace un mes y hoy entra en vigor en el cortello. Desde la Conseller¨ªa de Medio Rural se advierte de que en la Xunta tambi¨¦n hay percutores y de que, si alguien se topa el d¨ªa fijado para la matanza casera sin el preceptivo apero, debe hacer una visita a la Administraci¨®n para pedirlo prestado.
En realidad, ya exist¨ªan un real decreto de 1995 y sucesivos reglamentos de la UE sobre bienestar animal, el ¨²ltimo de 2004, que prohib¨ªan la matanza a las bravas del cerdo dom¨¦stico. Estos textos legales obligaban a atolondrar al animal con un taladrazo en la frente antes de pasarlo a cuchillo para su lento sangrado. Sin embargo, hasta ahora no se hab¨ªa concretado la gravedad de las infracciones ni la cuant¨ªa de las sanciones.
Tres a?os de espera
El Parlamento Europeo, en su ¨²ltimo reglamento, obligaba a los diferentes Estados a regular el r¨¦gimen sancionador, pero tuvieron que pasar tres a?os para que Espa?a sacase adelante su ley. Tres a?os en los que los propietarios del porcino blanco y domiciliario no siempre respetaron la norma. Y tres a?os en los que la Administraci¨®n, que s¨ª organiz¨® cursos rurales para concienciar de las ventajas del aturdimiento, dej¨® de multar muchas veces por no tener texto legal al que agarrarse.
Ahora, en cambio, con la pistola retr¨¢ctil, adem¨¢s de lograr mejor carne y m¨¢s jugosos embutidos, los due?os de los cerdos evitar¨¢n cometer infracciones calificadas como muy graves y sancionadas con multas de entre un m¨ªnimo de 6.001 euros y un m¨¢ximo de 100.000. La norma estatal deja este ampl¨ªsimo margen de castigo econ¨®mico al criterio de los servicios jur¨ªdicos de cada comunidad aut¨®noma.
El art¨ªculo 14 equipara "el incumplimiento de la obligaci¨®n de aturdimiento previo" con el sacrificio de animales en espect¨¢culos p¨²blicos (a excepci¨®n de las corridas de toros), la tortura, la organizaci¨®n de peleas, la liberaci¨®n incontrolada en granjas (como en el caso de los visones) o el rodaje y uso de animales en cine, televisi¨®n, publicidad o montajes art¨ªsticos si ¨¦stos conllevan su muerte. Pero la norma permite, en cambio, el sacrificio sin pistola en ritos religiosos cuando el aturdimiento sea incompatible con los preceptos de la confesi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.