El derecho a la irreverencia
La BBC es absuelta de blasfemia por un musical en que se entrevistaba a Dios
La radiotelevisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica est¨¢ habituada a recoger quejas de la audiencia en relaci¨®n a sus emisiones, pero un alud de protestas -nada menos que 63.000- desat¨® todas las alarmas en enero de 2005. El objeto de la discordia fue la emisi¨®n de un musical tan divertido como irreverente, Jerry Springer-The Opera, denostado como "ofensivo, rencoroso y una burla a los creyentes" por un grupo cristiano fundamentalista que decidi¨® llevar su batalla a los tribunales.
La Voz Cristiana (Christian Voice) ha perdido esta semana la demanda que pretend¨ªa abrir un proceso judicial por blasfemia contra el director general de la BBC, Mark Thompson, y el productor del musical, Jonathan Thoday. Dos magistrados del Tribunal Superior de Londres concluyeron el pasado mi¨¦rcoles que el programa, analizado "en su contexto", no ten¨ªa intenci¨®n de atacar al cristianismo, y dio por cerrado el caso. La decisi¨®n, acogida por el grueso de la prensa como una defensa de la libertad de expresi¨®n y de opini¨®n, desestima los argumentos de los querellantes sobre "la necesidad de proteger los derechos de una naci¨®n que est¨¢ construida en la fe cristiana".
El pol¨¦mico musical est¨¢ centrado en la figura del presentador estadounidense Jerry Springer y su peculiar programa de entrevistas, que inclu¨ªa como invitados a Dios, la Virgen Mar¨ªa, Satan¨¢s y un ni?o Jes¨²s en pa?ales que alegaba ser "un poquito homosexual". Esta propuesta humor¨ªstica de trazo grueso mostraba, entre otras perlas, al showman bailando un zapateado con miembros de la organizaci¨®n racista Ku Klux Klan.
Su estreno en la escena teatral del Reino Unido, en octubre de 2003, lo convirti¨® en un ¨¦xito inmediato, que prolong¨® actuaciones por teatros de todo el pa¨ªs hasta julio del a?o pasado. A esa importante acogida contribuy¨® la elecci¨®n del actor protagonista, David Soul, conocido por la serie Starsky y Hutch, uno de los hitos televisivos de los a?os setenta.
Animada por la popularidad de una producci¨®n que defini¨® como "perspicaz burla de la vida moderna", el canal BBC2 decidi¨® emitir el musical en enero de 2005. El anuncio fue recibido con una cadena de manifestaciones, promovidas por grupos cristianos pero tambi¨¦n por algunos ciudadanos musulmanes. Despu¨¦s de intentar, sin ¨¦xito, que el programa nunca saliera en antena, la Voz Cristiana organiz¨® una campa?a que incit¨® a sus seguidores a plantarse frente a las sedes del ente p¨²blico en todo el pa¨ªs, entonando himnos y oraciones.
Los directivos de la cadena sufrieron agresiones verbales y decidieron recurrir a la polic¨ªa cuando algunos de los miembros del equipo recibieron llamadas intimidatorias en sus domicilios.
La cadena p¨²blica respira hoy aliviada por "una victoria del sentido com¨²n que da alas a la libertad y la creatividad" -en palabras de Mark Thompson-, aunque los litigantes no han arrojado la toalla y se disponen a presentar el caso ante la C¨¢mara de los Lores, que tendr¨¢ la ¨²ltima palabra como el m¨¢s alto tribunal del pa¨ªs. El delito de blasfemia est¨¢ contemplado en la legislaci¨®n inglesa -con penas que van desde una multa hasta la condena a prisi¨®n- pero ning¨²n caso de esa naturaleza ha logrado prosperar en los ¨²ltimos treinta a?os.
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