Alejandro Sanz se burla de Ch¨¢vez
El cantante exhibe una camiseta en la que desprecia al pol¨ªtico
Alejandro Sanz dio su ¨²ltimo concierto del a?o "en casa", y aprovech¨® para vengarse y burlarse de Hugo Ch¨¢vez por no permitirle hacer escala en Venezuela dentro de su gira de conciertos por Suram¨¦rica. "Pero qu¨¦ mejor que cerrar el a?o en Miami", dijo en uno de los momentos de su recital que casi abarrot¨® el American Arlines Arena, el recinto donde esta temporada, como la pasada, los Heat de la NBA, campeones en 2006, pasan con m¨¢s pena que gloria. Sanz, en cambio, encandil¨® a los miles de personas que asistieron entusiasmados al derroche de sonido y fuerza que llen¨® la noche floridana al borde de la bah¨ªa de Vizcaya.
Entre improvisado y premeditado, sucedi¨® a mitad del concierto, cuando Sanz cantaba Labana, la canci¨®n con nombre y letra significativas en la que opin¨® ya en 2003 sobre la situaci¨®n cubana: "Espera s¨®lo un poco m¨¢s, quiero explicarle a los m¨ªos por qu¨¦ Labana es la ciudad donde los sue?os aprenden a nadar... es como hablarle a la pared (dame, dame libertad) los muros piden a gritos y dicen que a Labana no se va a echarle canas al aire, maldito, maldito sea este mundo, me quiero llevar a mi negra...". Entonces, una muchacha se acerc¨® al escenario y le dio una bandera venezolana. Cubanos y venezolanos de Miami tienen una solidaridad especial en los tiempos que corren. Los primeros les avisan a los segundos de que llevan el mismo camino. El cantante se coloc¨® la ense?a en el cuello, casi como una capa y casi la onde¨®. Al final de la canci¨®n se dirigi¨® hacia atr¨¢s, recogi¨® una camiseta negra y la mostr¨® al p¨²blico. En letras blancas se le¨ªa: "Ch¨¢vez sucks (Ch¨¢vez es un asco), una burla grosera del presidente venezolano. Si las alusiones a Cuba arrancaron aplausos atronadores, con este ep¨ªlogo arreciaron. Se unieron todos.
Dos horas estuvo Sanz entregado, euf¨®rico, cercano. Empez¨® cantando dos canciones de su ¨²ltimo trabajo que da nombre a la gira, El tren de los momentos, pero con varios de sus grandes ¨¦xitos de siempre, Quisiera ser, Cuando nadie me ve o Coraz¨®n part¨ªo, se meti¨® completamente al p¨²blico en los bolsillos de su pantal¨®n vaquero con rotos, o en el de su camisa por fuera. Algo m¨¢s grueso, pero feliz. Lejos de acordarse que en febrero a¨²n tendr¨¢ el complicado juicio de su demanda a dos empleados despedidos de su casa en Miami.
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