La mala educaci¨®n
Es muy complicado resistir la tentaci¨®n de hacer juegos de palabras con el nombre del informe sobre la educaci¨®n, lo mismo que a la hora de comentar la reacci¨®n de la Consejera andaluza del ramo. Como todo el mundo ha jugado con la torre inclinada, me centrar¨¦ en la reacci¨®n chocarrera de C¨¢ndida Mart¨ªnez a los resultados del Informe PISA para Andaluc¨ªa, cuando dijo que no somos los ¨²ltimos, somos los d¨¦cimos de 10. Consuelo de perdedores, t¨ªpica excusa de mal jugador. Si ser el d¨¦cimo de 10 no es ser el ¨²ltimo se entiende que Andaluc¨ªa tenga tan malos resultados porque al frente del departamento correspondiente hay alguien con tal sentido del humor. Podr¨ªa haber seguido: peor que tener malos ¨ªndices de comprensi¨®n lectora es no saber leer, por detr¨¢s de unos malos resultados en ciencias est¨¢ no saber sumar. No es de extra?ar que la educaci¨®n no est¨¦ en un momento excelente en Andaluc¨ªa. Eso s¨ª, vamos a perder una consejera ocurrente y el Congreso de los Diputados ganar¨¢ una diputada dicharachera. Es lo bueno de los partidos, que cuando se quieren quitar a alguien de encima le buscan una salida diferente a volver a su trabajo.
Otra ocurrencia de Mart¨ªnez fue achacar los resultados al atraso hist¨®rico. Puede que tenga parte de raz¨®n, lo que ocurre es que suena raro que ella no tenga ninguna responsabilidad, ni siquiera la Junta. Es chocante que no haya reconocido alg¨²n error o responsabilidad. No parece aventurado asegurar que algo tendr¨¢ que ver quien ha estado cuatro a?os al frente del asunto. Es cierto que antes que ella ha habido otros consejeros, de mayor fuste pol¨¬tico, como Manuel Pezzi, Antonio Pascual o Manuel Gracia, que tampoco debieron dejar una gran herencia al decir de la consejera.
La educaci¨®n en Andaluc¨ªa ha sufrido mejoras en cuanto a dotaci¨®n e infraestructuras. Hay m¨¢s profesores, hay mejores colegios, se ha puesto en marcha la gratuidad de los libros de texto, han llegado muchos ordenadores a las aulas (aunque no sabr¨ªa decir si se ha cumplido el compromiso de un ordenador por cada dos alumnos). Incluso el llamado Plan Familia ha sido un ¨¦xito al conseguir ofertar a los padres comedor escolar, apertura del centro antes y despu¨¦s del horario escolar y actividades para sus hijos. Los numerosos programas para la coeducaci¨®n, el fomento de la paz, el deporte y tantos otros han modernizado los centros educativos, no hasta el extremo de recuperar, a lo que se ve, el atraso secular al que hac¨ªa referencia C¨¢ndida Mart¨ªnez. Los problemas que acucian a la educaci¨®n son muchos y algunos graves. Falta dotaci¨®n econ¨®mica. En el gasto por alumno estamos a la cola de Espa?a, y ah¨ª compiten todas las comunidades. Los profesores est¨¢n mal pagados y desmotivados. La mara?a burocr¨¢tica hace que los docentes tengan que dedicar cada vez m¨¢s tiempo al papeleo y menos a la ense?anza. La ratio de 25 alumnos por aula es demasiado elevada para una buena educaci¨®n. Los padres ven los centros educativos como guarder¨ªas donde soltar a sus hijos, de ah¨ª la demanda ciudadana de apertura de centros y el gran drama cuando llegan las vacaciones y no est¨¢n entrenados para educar a sus hijos. La mayor¨ªa en realidad lo que desean es soltarlos en los centros para trabajar o descansar. Y m¨¢s importante a¨²n es el calamitoso sistema de conciertos, que hace que muchos padres lleven a sus hijos a centros privados concertados, la mayor¨ªa religiosos, mientras la escuela p¨²blica languidece o sirve como lugar de bienvenida a los hijos de los inmigrantes. Llama la atenci¨®n que Finlandia, el pa¨ªs que ocupa el puesto n¨²mero uno en la clasificaci¨®n PISA, tenga un sistema p¨²blico y universal. Francia, ejemplo para muchos, tiene una escuela p¨²blica y laica, centro de integraci¨®n e igualdad para todas las razas y clases sociales. La educaci¨®n debe ofrecer igualdad de oportunidades e integraci¨®n. Incluso para consejeras cesantes.
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