Vuelve la luz a la catedral de Le¨®n
Las vidrieras del gran edificio g¨®tico han esperado 200 a?os para ser restauradas
Pasados 200 a?os de la ¨²ltima restauraci¨®n llevada a cabo en las vidrieras de la catedral de Le¨®n, los maestros del vidrio vuelven a subir a su tejado ante la mirada at¨®nita de las palomas. Ascienden por escaleras de caracol talladas en piedra y sortean tejas de estilo ¨¢rabe y arcos g¨®ticos hasta acceder a la parte superior del ¨¢bside, sobre un andamio instalado a 26 metros de altura y donde se est¨¢ desarrollando la mayor restauraci¨®n en la historia del templo. Son 450 metros cuadrados de cristales de colores tan deteriorados por la corrosi¨®n y el tiempo que apenas dejan pasar la luz. Ahora, los artesanos del Taller de Vidrieras de la Catedral de Le¨®n se encargan de recuperar, con un presupuesto de 4,5 millones de euros hasta 2009, cada pieza engarzada con mensajes b¨ªblicos.
Ser¨¢n necesarios 12 a?os y 16 millones de euros para recuperarlas todas
El mayor deterioro se debe a agentes corrosivos y actos vand¨¢licos
"Se realiza un trabajo de restauraci¨®n y, sobre todo, de conservaci¨®n preventiva. El deterioro se debe a agentes corrosivos en la atm¨®sfera, microorganismos, lluvia, contaminaci¨®n, actos vand¨¢licos..., as¨ª que tratamos de evitar que se vuelva a repetir", explica Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez, coordinador del proyecto. Nadie olvida que en los a?os noventa, la mano del hombre destruy¨® varios vitrales a pedradas. Por eso se ha instalado ahora un sistema de protecci¨®n doble: por un lado, una rejilla met¨¢lica exterior que evita impactos en las vidrieras, y, por otro, un segundo vidrio transparente que crea una c¨¢mara isot¨¦rmica para evitar da?os por la condensaci¨®n del aire. En total, tres capas hasta llegar a los paneles originales, que ganan tres diafragmas de luz despu¨¦s de pasar por una limpieza a fondo. "En realidad, no se hace restauraci¨®n de autor y los conservadores tienen muy poco margen de maniobra. Ahora s¨®lo se limpia y recupera lo que hay, no es como en el siglo XIX, la ¨²ltima vez que se restauraron las vidrieras, cuando creemos que, incluso, se a?adieron algunos vidrios en huecos que anteriormente no estaban cubiertos", advierte Rodr¨ªguez. Por suerte, aquellos maestros vidrieros que en 1895 salvaron a la catedral de la ruina eran unos fan¨¢ticos del medievo y respetaron el estilo g¨®tico franc¨¦s de Le¨®n que imitaba modelos como las catedrales de Reims y Amiens. Los colores predominantes, azul, rojo, amarillo y verde, volv¨ªan a vestir t¨²nicas de reyes y profetas, ap¨®stoles y ¨¢ngeles que forman la cabecera del templo.
El reto del Taller de Vidrieras es repetir la haza?a o incluso mejorarla, con un estudio exhaustivo de las t¨¦cnicas y materiales del siglo XIII al XIV. Los restauradores trabajan a pocos metros de la catedral, en un submundo de polvo, grisalla, plomo, pinceles y bistur¨ªs que descubren los dibujos oxidados. De ellos depende que se cumpla el mensaje simb¨®lico de la ¨¦poca, que intentaba acercar la historia del cristianismo al pueblo analfabeto mediante dibujos. Desde el ¨¢bside orientado al este, hasta el sur, el recorrido del sol va iluminando a lo largo del d¨ªa la iconograf¨ªa religiosa. En la zona norte, formado por pasajes del Antiguo Testamento que no conocieron a Jes¨²s, es decir, no fueron "iluminados", nunca llega la luz del sol directamente. El ?rbol de Jes¨¦ o genealog¨ªa de Jes¨²s, creado en el siglo XIII, es una de las joyas que acaba de llegar a las mesas de trabajo del taller, con una corrosi¨®n tan avanzada que apenas se puede distinguir el rostro del Pant¨®crator. "Esta vidriera est¨¢ tan mal que despu¨¦s de limpiarla va a ser espectacular el cambio en los colores", afirma con entusiasmo la restauradora Arantxa Revuelta, mientras observa a trav¨¦s de una macrolupa las part¨ªculas de suciedad que cubren la figura religiosa. "Nuestro proceso de restauraci¨®n comienza con la documentaci¨®n fotogr¨¢fica de cada panel que recibimos, para registrar su estado inicial, el proceso de trabajo y el resultado. Luego calcamos el emplomado en acetato, para saber por d¨®nde van el plomo que une los vidrios, y a partir de ah¨ª limpiamos en seco, corregimos posible abombamiento o deterioro del plomo y recuperamos la grisalla", describe Revuelta. Los restauradores son reacios a a?adir piezas nuevas a las vidrieras. S¨®lo cuando se ha perdido alg¨²n vidrio se deciden a colocar otro nuevo, siguiendo las t¨¦cnicas medievales que empleaban grisalla cocida al horno sobre vidrio soplado. Para garantizar que todo el proceso de recuperaci¨®n respeta el modelo original, se ha creado un comit¨¦ de expertos pionero, que cada dos meses supervisa las tareas del taller. Entre sus nombres figuran grandes maestros del vidrio como Carlos Mu?oz de Pablos, premio de las Artes de Castilla y Le¨®n; Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez Navarro, qu¨ªmico del CSIC, o el vidriero flamenco Joost Caen, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de B¨¦lgica. "A veces pueden surgir dudas porque en un mismo panel conviven vidrieras de distintos siglos, as¨ª que se consulta a los expertos para asegurarnos de que el resultado es el que buscamos", se?ala Revuelta.
El tiempo medio de restauraci¨®n de una vidriera es de dos meses. El equipo de conservaci¨®n calcula que ser¨¢n necesarios 12 a?os y 16 millones de euros para recuperar los 1.800 metros cuadrados de vidrieras de toda la catedral, con 737 piezas, 3 rosetones de 8 metros de di¨¢metro, 31 ventanales de 12 metros de altura y 48 espacios de diverso tama?o. No s¨®lo se trata de recuperar el vidrio y confiar en una mayor protecci¨®n de las piezas. El ¨²ltimo paso antes de devolver las figuras a su lugar original consiste en crear un bastidor de lat¨®n que rodea el vidrio, a modo de marco artificial que antes no exist¨ªa. Esto asegurar¨¢ que las futuras restauraciones -quiz¨¢s dentro de otros dos siglos- resulten m¨¢s f¨¢ciles para los artesanos.
A m¨¢s de 20 metros de altura, la coordinadora de montaje y desmontaje, Bego?a Mor¨¢n, habla con orgullo de esa "museizaci¨®n in situ de las vidrieras", mientras coloca con soltura un p¨¦talo de rosa que compone la figura del ?ngel Turiferario sobre un fondo de azul rabioso.
De momento, el taller ha restaurado 150 metros cuadrados, de los que 100 ya han sido instalados de nuevo en su lugar original. El proyecto de recuperaci¨®n, fruto de la colaboraci¨®n entre la Junta de Castilla y Le¨®n, el cabildo de la catedral y Caja Espa?a, tiene por delante otros 1.650 metros cuadrados que depender¨¢n de la aprobaci¨®n de presupuestos durante la pr¨®xima d¨¦cada.
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