La Xunta obligar¨¢ a poner en alquiler las tierras abandonadas
La oferta de parcelas en el Bantegal no cubre las exigencias de la demanda
El temor de la Conselleria de Medio Rural, antes de inaugurar el Banco de Terras de Galicia (Bantegal), era que hubiese m¨¢s oferta que demanda. Muchas hect¨¢reas abandonadas y pocas manos dispuestas a trabajarlas. Pero el problema, en poco m¨¢s de un mes que lleva en marcha la experiencia, ha sido justamente el contrario.
"Confiamos en que a final de a?o haya ya m¨¢s de 1.000 fincas en el banco"
"Hay zonas que necesitan imperiosamente tierra", explica Xos¨¦ Carballido, director general de Estructuras e Infraestructuras Agrarias. "Y como tenemos mecanismos legales para forzar a que la gente incluya sus fincas en el banco, a partir de junio empezaremos a mover a los inspectores y a sancionar a los propietarios que tengan sus campos en grave situaci¨®n de abandono", advierte.
Los titulares de estas tierras susceptibles de arder y causar da?os a terceros estar¨¢n obligados a pagar "a menos que vendan sus parcelas o las incluyan en el Bantegal" para su arriendo. Entonces no habr¨¢ multa ni obligaci¨®n de limpiar. "Ten¨ªamos en cuenta que 2.000 gallegos se incorporaron a la actividad agraria en los ¨²ltimos dos a?os", reconoce Carballido, "pero nos ha sorprendido y desbordado la cantidad de gente que se ha dirigido a las oficinas comarcales" con el objetivo de alquilar.
Ante esta avalancha de interesados, y mientras "se ultima un concurso para dotar de personal propio el Bantegal", la dificultad, ahora, estriba en conseguir tierras suficientes, de calidad y, sobre todo, del tama?o que reclaman los agricultores. Porque, pese a la concentraci¨®n parcelaria, los terrenos que han ido sum¨¢ndose al banco en un mes no dan la talla.
El m¨¢s grande, hasta ahora, no alcanza las 10 hect¨¢reas (un pastizal de 9,63, en Labio, Lugo, que se alquila a 269 euros anuales por hect¨¢rea), y casi todos los agricultores y ganaderos interesados en dar una dimensi¨®n m¨¢s productiva a sus explotaciones reclaman superficies superiores a esta cifra.
Carballido asegura que el tama?o no ser¨¢ problema en el momento en que "empiece a haber bastantes tierras en el banco". Entonces, la Xunta "buscar¨¢ la forma de agruparlas". Actualmente, en el listado del Bantegal hay 159 terrenos, el m¨¢s caro, de 702 euros por hect¨¢rea y a?o (un labrad¨ªo de secano en Abegondo), frente a infinidad de ellos tasados al simb¨®lico precio de 20 euros de alquiler anual. Pero son casi todos propiedad de la Xunta.
Seg¨²n la Conseller¨ªa de Medio Rural, esto no quiere decir que no haya ya una oferta de tierras de titularidad privada en el Bantegal. "Al menos, 50 propietarios" han presentado la solicitud para incluir en el banco sus terrenos pero, antes de hacer p¨²blicas estas ofertas, la Xunta tiene que "hacer una serie de comprobaciones": que pertenecen realmente a quien las ofrece en arriendo, que est¨¢n resueltos todos los tr¨¢mites relacionados con la herencia o que las leiras est¨¢n libres de deudas con el fisco. En este proceso se encuentran hoy ese medio centenar de propiedades que, seg¨²n Medio Rural, en estos d¨ªas aparecer¨¢n colgadas en Internet.
Claro que, seg¨²n el director general responsable de la gesti¨®n del banco, los c¨¢lculos de la conselleria van mucho m¨¢s lejos: "Confiamos en que antes de final de a?o haya ya m¨¢s de 1.000 fincas en el banco". Para conseguir este objetivo, para convencer a los propietarios de las ventajas del alquiler ante notario y con papeles y enunciarles las cl¨¢usulas beneficiosas del Bantegal (como la de que tienen un mes para volverse atr¨¢s si no les merece confianza el arrendatario), la conseller¨ªa comenz¨® hace 15 d¨ªas un calendario de charlas. De momento se han dado en 16 ayuntamientos de las cinco zonas de "especial inter¨¦s agrario" (Ordes, Terra Ch¨¢, A Limia, Deza y Baixo Mi?o).
Tras esta medida, dice Carballido, la Xunta tendr¨¢ que esperar hasta a junio, "dejando un a?o de plazo" desde que se aprob¨® la Lei de Conservaci¨®n da Superficie Agraria ?til e da Creaci¨®n do Banco de Terras, para "incentivar entre comillas" a los propietarios que no cuiden sus terrenos a base de "inspecciones y sanciones".
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