Retorno a ?taca
Como dir¨ªa ese fil¨®sofo deportivo que era Johan Cruyff, es imposible aislarse del entorno. Mi intenci¨®n era hablarles del malestar de los pobres y las clases medias con los precios de los alimentos, y de la percepci¨®n cada vez m¨¢s extendida de que la forma oficial de medir la inflaci¨®n, el IPC, no refleja bien lo que est¨¢ ocurriendo con los precios de la cesta de la compra de un n¨²mero cada vez mayor de hogares. Es decir, la inflaci¨®n y los precios no son la misma cosa.
Pero aunque la realidad econ¨®mica nos apriete y amenace con empeorar, nuestra atenci¨®n vuelve, obsesiva, una y otra vez a esa otra realidad que nos envuelve: la pol¨ªtica. En esta ocasi¨®n tra¨ªda por una conversaci¨®n durante este largo puente con un amigo nacionalista.
Artur Mas debe navegar entre el independentismo y la transversalidad social sin embarrancar
Mi amigo viene de una arraigada tradici¨®n pol¨ªtica familiar catalanista, de la Esquerra de la Rep¨²blica, y ¨¦l mismo tuvo responsabilidades pol¨ªticas en la era de Jordi Pujol. De forma ret¨®rica le pregunt¨¦ si hab¨ªa ido a la manifestaci¨®n por el derecho a decidir y cu¨¢l era su balance.
Naturalmente, hab¨ªa ido, y pensaba que hab¨ªa sido todo un ¨¦xito. Pero, de forma para m¨ª inesperada, dijo que ese mismo ¨¦xito refleja una debilidad del nacionalismo actual.
Seg¨²n su relato, hab¨ªa ido en la cabecera de la manifestaci¨®n, pero una vez que lleg¨® al final, volvi¨® sobre sus pasos y la recorri¨® de principio a fin. Y se encontr¨® con una realidad inc¨®moda: durante su viaje por el interior de la marea nacionalista que invadi¨® pac¨ªficamente el centro de Barcelona s¨®lo hab¨ªa o¨ªdo hablar en catal¨¢n.
Para ¨¦l, ¨¦sa es una se?al que alerta de la incapacidad de la actual estrategia del nacionalismo para lograr la transversalidad social necesaria para gobernar un pa¨ªs complejo como es Catalu?a. Concluy¨® que si en marzo el nacionalismo no mejora sus resultados, se tendr¨¢ que replantear muchas cosas.
Su an¨¢lisis me hace surgir ahora algunas preguntas: ?cu¨¢l es el destino del viaje que Artur Mas ha emprendido despu¨¦s de la proclamaci¨®n del derecho a decidir?, ?cu¨¢les son los escollos que tiene que vencer para recuperar el poder? Aunque evidentemente desproporcionado, el recurso a la mitolog¨ªa cl¨¢sica permite ensayar alguna respuesta.
La trayectoria pol¨ªtica de Mas me recuerda a Ulises y su odisea. Como es sabido, estaba casado con Pen¨¦lope y fue investido por su padre, Laertes, rey de ?taca, como su sucesor. Como tal, se fue a luchar contra los griegos. Suya fue la estratagema del caballo de madera para penetrar en Troya. Tras esa victoria emprendi¨® el retorno a ?taca para recuperar el poder. Pero el retorno fue largo y azaroso, teniendo que enfrentarse a los c¨ªclopes y a Posid¨®n, que le odiaba, y a la caja de los vientos de Eolo; conviviendo con hechiceras, sirenas y ninfas que le quer¨ªan desviar de su patri¨®tico objetivo, y navegando entre los escollos de Escila y Caribdis procurando que su nave saliese ilesa. Finalmente pudo llegar a ?taca y reconquistar su patria y a Pen¨¦lope, que le hab¨ªa esperado fielmente durante su ausencia (tejiendo y destejiendo el tapiz) a pesar de que muchos la pretendieron.
Tambi¨¦n Artur Mas fue investido sucesor en el peque?o reino de Catalu?a, formando pareja pol¨ªtica con Duran Lleida. Cual Ulises moderno, emprendi¨® un viaje arriesgado a La Moncloa, vali¨¦ndose en su caso de la estratagema del recorte del Estatuto. Se dej¨® seducir por cantos de ninfas y sirenas que all¨ª encontr¨®, y acept¨® el acuerdo de recortar las ambiciones estatutarias a cambio del compromiso de Zapatero de que Maragall no repetir¨ªa y de que si CiU sacaba un solo diputado m¨¢s que el PSC, apoyar¨ªa un Gobierno de Mas en Catalu?a.
Confiando en ese compromiso y crey¨¦ndose ganador, Mas emprendi¨® el retorno a ?taca. Dise?¨® una campa?a suicida para recuperar el poder: ¨¦l contra todos. Con esa estrategia se neg¨® asimismo posibles pactos postelectorales, porque su objetivo era lograr un diputado m¨¢s que Montilla. El resto lo har¨ªa Zapatero.
Lo logr¨®. Pero no consigui¨® el poder. Zapatero no pudo cumplir su compromiso. No porque cometiese delito de traici¨®n, sino porque no tiene el poder de seducci¨®n y la autoridad que cree tener.
El nuevo poder pol¨ªtico socialista de ra¨ªz obrerista y municipalista, que hab¨ªa crecido en el Baix Llobregat, hab¨ªa decidido dar el paso hist¨®rico de sustituir a las tradicionales ¨¦lites burguesas y catalanistas del socialismo, y estaba dispuesto a ocupar el vac¨ªo que dejaba la salida de Maragall. Y Josep Llu¨ªs Carod Rovira, en una decisi¨®n tambi¨¦n hist¨®rica, tuvo la lucidez de aprovechar esa decisi¨®n para hacer a un "charnego" presidente de la ?taca catalana.
Si los nuevos dirigentes del socialismo catal¨¢n tienen la lucidez y la generosidad pol¨ªtica de dejar espacio interno al alma catalanista del PSC, representada ahora por Antoni Castells, puede haber Gobierno -tripartito o no- de matriz socialista para rato.
En este nuevo escenario pol¨ªtico, el objetivo de Mas de recuperar el poder y mantener la fidelidad de su pareja pol¨ªtica, pretendida por otros, tiene rasgos de odisea. Por una parte, ha de mantener el entusiasmo y la fe de los suyos en la reconquista de la patria. La proclamaci¨®n del derecho a decidir y la manifestaci¨®n tienen esa finalidad.
Pero, tal como dec¨ªa mi amigo, contar s¨®lo con los suyos no ser¨¢ suficiente. Tiene que sumar apoyos entre aquellos que compartiendo el deseo de tener un poder pol¨ªtico catal¨¢n fuerte, capaz de enfrentarse en ocasiones al poder del Estado, sin embargo, no est¨¢n dispuestos a embarcarse en el viaje hacia la independencia.
Independentismo y transversalidad social son la Escila y Caribdis entre las cuales Mas tiene que conducir la nave del nacionalismo, procurando que el temor a encallar en alguna de ellas no lo lleve a embarrancar en la otra. Toda una odisea, aunque, como en el caso de Ulises, no sea imposible.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB
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