"Las mujeres soportan el maltrato porque se sienten culpables"
?Por qu¨¦ muchas mujeres soportan el maltrato f¨ªsico y psicol¨®gico de su compa?ero? ?Por qu¨¦ no denuncian antes? Y, si llegan a hacerlo, ?por qu¨¦ muchas veces se sienten culpables y retiran la denuncia? "La tradici¨®n de la superioridad masculina genera en la mujer la obligaci¨®n de respetar la autoridad del padre o de la pareja. El riesgo, en caso de que ¨¦sta desobedezca, es la p¨¦rdida del amor, de la valoraci¨®n de ser una buena esposa y madre", explic¨® Emilce Dio Bleichmar, psicoanalista y directora de Elipsis, un grupo de estudios de la mujer de la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), durante una jornada organizada en Barcelona por el Colegio de Psic¨®logos de Catalu?a.
En nuestra cultura, el narcisismo femenino se basa en el modelo maternal del 'todo por amor'. "Por eso las mujeres, en lugar de matar, sufren"
"Siente que ha faltado al mandato de ser buena para ¨¦l, se siente culpable por haber dejado de aguantar, y hasta se cree la causante del estallido de violencia"
"Los lazos del amor convierten f¨¢cilmente a la v¨ªctima en verdugo, porque se siente culpable. Reconocerse v¨ªctima es el paso previo a convertirse en superviviente"
El contexto cultural sienta las bases para que el maltrato se convierta en una trampa. La situaci¨®n de hombres y mujeres respecto de la vida privada sigue propiciando una desigualdad de derechos: mientras que en los hombres la vida privada son derechos, en la mujer son deberes. En las mujeres, la vida privada coincide con el trabajo dom¨¦stico, de acuerdo con "un modelo y un ideal deseado: ser ama, due?a de algo, de su casa y de sus hijos". Por eso, a diferencia de los hombres, las mujeres pueden encontrar incompatible una vida profesional exitosa con la vida personal, y por eso algunas se llegan a plantear abandonar su profesi¨®n por amor a su familia.
Sin embargo, seg¨²n Emilce Dio, la carrera de cuidadora no tiene valoraci¨®n social: no parece exigir grandes esfuerzos, ni preparaci¨®n, ni cultura, no entra en ninguna categor¨ªa de trabajo, no genera remuneraci¨®n ni derechos sociales. Las labores de cuidado son consideradas un instrumento para realizarse como persona, para confirmar su val¨ªa como mujer. "Pero el trabajo dom¨¦stico suele ser solitario, exige mucho tiempo, es rutinario, e impide tener una vida privada; es decir, un desarrollo personal".
La mayor¨ªa de mujeres se enfrentan al reto de ser cuidadoras y de lograr un desarrollo individual al mismo tiempo. Esta dualidad implica diferentes grados de desequilibrio familiar que las llena de culpa y de sentimientos de estar en falta. Sufren por ello ansiedad, trastornos de p¨¢nico, crisis de angustia y depresi¨®n que las llevan a terapias psicol¨®gicas sin saber que la causa es la incapacidad de conciliar la vida p¨²blica y privada.
"Un hombre tuvo un grave problema mental que pon¨ªa en riesgo sus negocios y repercut¨ªa gravemente sobre su familia. Su esposa se separ¨® para tratar de salvar a la familia", cuenta Emilce Dio Bleichmar. "El hombre empeor¨®. Pese a la separaci¨®n, ella lo manten¨ªa y cuidaba, pero en un descuido ¨¦l se suicid¨®. La sociedad y la familia culparon a la mujer de lo sucedido. A lo mejor si ella se hubiera quedado en casa, todo el mundo dir¨ªa que es una excelente mujer".
El narcisismo femenino se basa, seg¨²n esta psicoanalista, en el modelo maternal del todo por amor. "Por eso las mujeres, en lugar de matar, sufren". El masoquismo genera sufrimiento en la mujer, pero ofrece ganancias para su pareja. "Produce en ella sufrimientos extremos, complejos, porque siente que ha faltado al mandato de ser buena para ¨¦l, se siente culpable por haber dejado de tolerar, de aguantar, y hasta se cree la causante del estallido de violencia", sostiene Bleichmar.
Freud ya se hizo en 1924 esta pregunta sobre el masoquismo: ?c¨®mo es posible que aquello que resulta doloroso f¨ªsica o psicol¨®gicamente, que produce humillaci¨®n, que priva de satisfacci¨®n, sea buscado activamente por una persona y encuentre en el sufrimiento precisamente la causa del placer?
En cambio, la violencia es fruto del narcisismo masculino. Ricardo asesin¨® a Svetlana despu¨¦s de que ¨¦sta le rechazara en el programa de televisi¨®n El diario de Patricia. No hay ninguna duda de que Ricardo se sinti¨® en la televisi¨®n atacado en su narcisismo y no lo pudo tolerar.
?Por qu¨¦ aparentemente se ha agudizado la violencia? ?Por qu¨¦ cada a?o mueren m¨¢s mujeres? "Es consecuencia de la ira individual y colectiva que sienten los hombres por la p¨¦rdida de poder". Seg¨²n Emilce Dio Bleichmar, la violencia es una herramienta para la dominaci¨®n y el control.
Culpa y castigo por no cumplir el mandato del amor; podemos pensar que en el circuito infernal de la violencia de g¨¦nero llega un momento en el que la mujer est¨¢ convencida de que provoca el maltrato que recibe. Al faltar al mandato moral, busca el sufrimiento, el autoperjuicio o la provocaci¨®n del castigo. El sufrimiento alivia la culpa, ya que la mujer pasa a tener el mismo destino del hombre, de cuyo sufrimiento se siente responsable; ¨¦l sufre, ella tambi¨¦n, todo por amor.
Las mujeres maltratadas llegan a un estado de confusi¨®n emocional, de entumecimiento que condiciona su actitud. Se quejan, pero no se sienten v¨ªctimas. Dicen: "Yo tengo la culpa; voy a retirar la denuncia".
Cuando una mujer consulta por maltrato, Bleichmar recomienda a los profesionales entrenarse en la escucha y evitar actitudes que puedan ser da?inas. En lugar de decirle "?por qu¨¦ no lo denuncias?", "?por qu¨¦ vuelves con ¨¦l?", "?por qu¨¦ toleras ese trato?", es mejor plantearle "?qu¨¦ sientes?", "?en qu¨¦ crees que te puedo ayudar?".
Una parte del tratamiento debe orientarse, seg¨²n Bleichmar, a transformar ese estado de confusi¨®n y lograr que adquiera la categor¨ªa de v¨ªctima. Cuando una mujer puede sentir rabia, indignaci¨®n y sentimiento de injusticia, se siente v¨ªctima. Los lazos del amor convierten f¨¢cilmente a la v¨ªctima en verdugo, porque se siente culpable. Sin embargo, reconocerse v¨ªctima es el paso previo a convertirse en superviviente. El problema es que muchas de las mujeres que sufren la violencia de g¨¦nero esconden el trauma por sentimientos de verg¨¹enza, culpa e indignidad.
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