Dos meses y medio de sanci¨®n disciplinaria para una agente secreto sobrina de Perote
La funcionaria perdi¨® su puesto en Berl¨ªn por incurrir en incompatibilidad
"La historia repite la tragedia como farsa", escribi¨® Karl Marx, un historiador que ya no est¨¢ de moda. Hace 12 a?os, la traici¨®n de un esp¨ªa llamado Juan Alberto Perote provoc¨® la mayor crisis en la historia del servicio secreto espa?ol. En 1995, el director del Centro Superior de Informaci¨®n para la Defensa (Cesid), Emilio Alonso Manglano; el ministro de Defensa, Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, y el vicepresidente, Narc¨ªs Serra, se vieron obligados a dimitir despu¨¦s de que el diario El Mundo publicase, con el patrocinio del ex banquero Mario Conde, los documentos secretos sustra¨ªdos por Perote. El esp¨ªa fue condenado a siete a?os de prisi¨®n por un delito de revelaci¨®n de secretos -aunque el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo determin¨® que el juicio militar no hab¨ªa sido imparcial- y a cuatro meses de arresto por escuchas ilegales.
Cuando estall¨® el esc¨¢ndalo,Maricruz Su¨¢rez-Rivero Perote ya trabajaba en el Cesid. Pero entonces se llamaba Maricruz Perote Su¨¢rez-Rivero, ya que cambi¨® el orden de sus apellidos para escapar a la sombra de su t¨ªo. Maricruz es hija del coronel Francisco Javier Perote Pell¨®n, miembro de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD) en las postrimer¨ªas del franquismo.
Hasta el 14 de julio de 2006, Maricruz hab¨ªa conseguido pasar desapercibida. Ese d¨ªa se encontraba en Berl¨ªn, dispuesta a ocupar una plaza de agregada del CNI en la Embajada de Espa?a en Alemania, que hab¨ªa ganado 17 meses antes en una convocatoria interna. No lleg¨® a hacerlo, ya que recibi¨® una llamada en la que se le ordenaba presentarse de inmediato en la sede central del servicio secreto.
Una vez all¨ª, el director general de Inteligencia le comunic¨® que su nombramiento quedaba congelado, ya que la divisi¨®n de seguridad hab¨ªa descubierto que era administradora de una empresa que compart¨ªa con su marido, de nacionalidad alemana.
Maricruz Perote aleg¨® que hab¨ªa realizado una consulta verbal, a un funcionario encargado de asesorar al personal del centro, sobre la compatibilidad entre su actividad empresarial y su condici¨®n de agente, pero dicho funcionario declar¨® que no recordaba nada de tal consulta. Seg¨²n fuentes del entorno familiar de la agente, este mismo funcionario ocup¨® finalmente la plaza en la Embajada en Berl¨ªn.
La investigaci¨®n de seguridad incluy¨® un an¨¢lisis exhaustivo de las actividades empresariales de la agente, incluidas cuentas bancarias y pagos fiscales. Al t¨¦rmino de la misma, la secretaria general del CNI, Esperanza Casteleiro, le impuso una sanci¨®n disciplinaria de dos meses y quince d¨ªas de suspensi¨®n de funciones, como responsable de una falta grave, consistente en incumplir el r¨¦gimen de incompatibilidades, que exige al personal del servicio secreto "dedicaci¨®n exclusiva y absoluta", ya que ten¨ªa actividades empresariales sin haberlas declarado.
Los paralelismos entre Maricruz y su t¨ªo se limitan, aparentemente, al apellido. O tal vez no. La agente ha recurrido a los tribunales la sanci¨®n disciplinaria y la p¨¦rdida de la plaza en Berl¨ªn. Su abogado es Jes¨²s Santaella. El mismo que defendi¨® a Perote y negoci¨® con el Gobierno en nombre de Mario Conde.
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