El Congreso quiere ampliar la investigaci¨®n por los v¨ªdeos de la CIA

En su primera comparecencia ante el Congreso, el director de la CIA, Michael Hayden, asegur¨® que "hay otros" que saben m¨¢s del caso de las cintas que recog¨ªan cientos de horas de interrogatorios a dos miembros de Al Qaeda y que fueron destruidas por la agencia, y cit¨® a sus predecesores en el cargo: George Tenet y Porter Goss. Tenet era jefe de la CIA en 2002, cuando se hicieron las grabaciones. Goss ocupaba el mismo despacho en 2005, cuando se destruyeron. Hayden tom¨® posesi¨®n de su cargo en mayo de 2006, seis meses despu¨¦s de que se eliminaran las grabaciones.

El Comit¨¦ de Inteligencia del Senado estadounidense ante el que testific¨® Hayden no qued¨® satisfecho con la comparecencia a puerta cerrada del director de la CIA. "Fue una audiencia ¨²til, pero incompleta", dijo el senador dem¨®crata Jay Rockefeller sobre la comparecencia del alto cargo el martes. Hayden repet¨ªa el mismo procedimiento ayer mi¨¦rcoles ante el Comit¨¦ de la C¨¢mara. Pero para Rockefeller quedaban dos preguntas cruciales por responder: ?Qui¨¦n autoriz¨® la destrucci¨®n de las cintas? y ?por qu¨¦ nadie inform¨® de ello al Congreso?

Tras la audiencia, Hayden asegur¨® a los periodistas que tuvo "la oportunidad de explicar por qu¨¦ las cintas fueron destruidas" y el proceso que llev¨® a dicha medida. Sin embargo, insisti¨® en que no pudo responder a todas las preguntas porque las grabaciones se realizaron bajo la gesti¨®n de uno de sus predecesores, George Tenet, y la destrucci¨®n se produjo bajo otro, Porter Gross. "Otra gente en la agencia conoce este asunto mucho mejor que yo", dijo Hayden. Desde el Congreso se barajaba citar a declarar a ambos ex directores.

El Departamento de Justicia y un organismo de control interno de la CIA est¨¢n realizando un examen conjunto sobre la destrucci¨®n de v¨ªdeos relacionados con el interrogatorio de dos presuntos terroristas, para determinar si se requiere una investigaci¨®n plena. Pero la medida no parece suficiente para la mayor¨ªa dem¨®crata en el Congreso, que ha solicitado que el nuevo fiscal general del Estado, Michael Mukasey, designe a un fiscal especial para el caso.

La Administraci¨®n de Bush estaba obligada por una orden judicial a no destruir ninguna prueba que contuviera interrogatorios a sospechosos de terrorismo mucho antes de que la CIA destruyese los v¨ªdeos que revelaban el uso de t¨¦cnicas de tortura. En una situaci¨®n normal, el Gobierno se ver¨ªa ahora obligado a defenderse de la acusaci¨®n de obstrucci¨®n a la justicia. Pero la CIA encontr¨® un vericueto: su programa de c¨¢rceles secretas en el extranjero. Esta semana, un agente de la CIA que particip¨® en la captura e interrogatorio del primer terrorista de Al Qaeda que fue grabado por la agencia aseguraba que se extrajo informaci¨®n valiosa del sospechoso tras aplicarle el "ahogamiento simulado". "Fue como pulsar un interruptor", indic¨® John Kiriakou a The Washington Post. "Se rompi¨® en menos de un minuto", dijo el ex esp¨ªa de Zubaydah, lugarteniente de Osama Bin Laden.