Vivir hacinados es m¨¢s 'verde'

Vive usted en una casa unifamiliar de dos plantas. Tiene un perro, una piscina, un jard¨ªn y una barbacoa para hacer chuletones los fines de semana. All¨ª, al aire libre y sobre el c¨¦sped reci¨¦n recortado, tiene la sensaci¨®n de alejarse un poco del asfalto, de estar m¨¢s en contacto con la naturaleza. Enhorabuena, ha alcanzado el sue?o de muchas familias espa?olas, el sue?o americano de Annette Bening en American Beauty. El problema de ese sue?o es que es el mismo de millones de personas en todo el mundo, el mismo que tienen sus vecinos de la casa adosada y los de un poco m¨¢s all¨¢. Y no parece que sea demasiado ecol¨®gico, seg¨²n se?alan los expertos.

"El sue?o de la casa multiplicado por dos millones resulta una pesadilla"

La expansi¨®n a lo ancho necesita m¨¢s infraestructuras y gasto de combustible

Una Ley de Aguirre impone en Madrid edificios de no m¨¢s de cuatro alturas

Porque ese sue?o implica que las ciudades crezcan a lo ancho y no a lo alto, que las viviendas se desparramen por un suelo cada vez m¨¢s escaso y que el gasto energ¨¦tico de sus habitantes afecte de forma m¨¢s directa al cambio clim¨¢tico. Soluci¨®n: todos a Nueva York, a Shanghai o, ya puestos, a Benidorm. A los ojos de la mayor¨ªa, las colmenas de turistas de la ciudad alicantina pueden parecer una agresi¨®n a cualquier sentido de la est¨¦tica, pero para algunos arquitectos representa un modelo mucho m¨¢s sostenible que el de las urbanizaciones que se expanden por la periferia. "Benidorm es genial", asegura el arquitecto Luis Fern¨¢ndez-Galiano. "Es una ciudad densamente poblada, pero construida en vertical, lo que supone muchos menos problemas medioambientales que los que causan las urbanizaciones de la sierra de Madrid. Puede que sea un sue?o para muchos vivir en una casa en lugar de en un edificio, pero un sue?o multiplicado por dos millones es una pesadilla".

En Espa?a, el problema de la expansi¨®n horizontal de las ciudades se ha definido con el nombre de ciudad dispersa, pero el t¨¦rmino m¨¢s utilizado es el de sprawl, que en ingl¨¦s significa extenderse o repantigarse. Dentro de los retos planteados para luchar contra el cambio clim¨¢tico, el tema de la expansi¨®n horizontal de las ciudades quiz¨¢ haya sido uno de los m¨¢s olvidados. Un informe de la Uni¨®n Europea sobre 2006 se titula precisamente El reto ignorado (Urban sprawl in Europe. The ignored challenged), y se?ala que en los ¨²ltimos 20 a?os se ha asentado un desarrollo urbano de baja densidad en la periferia de las ciudades. La expansi¨®n a lo ancho necesita que se construyan infraestructuras para que la zona reci¨¦n habitada sea accesible e implica un mayor uso del transporte. En s¨ªntesis: supone un ingente gasto de recursos. "El consumo de hormig¨®n en Espa?a", apunta el estudio, "ha aumentado un 120% desde 1996, llegando a un nivel de 51,5 millones de toneladas en 2005".

?sa es la verdad inc¨®moda de arquitectos como Luis Fern¨¢ndez-Galiano. En una conferencia organizada por la Fundaci¨®n BBVA, el catedr¨¢tico de proyectos arquitect¨®nicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid aseguraba que la planificaci¨®n de las ciudades es la soluci¨®n a los problemas del clima. "Mi verdad inc¨®moda es compatible con la de Al Gore. ?l no trat¨® este tema, pero es igualmente importante. Han pasado ya 20 a?os del Panel Intergubernamental del Cambio Clim¨¢tico y ahora toca preguntarnos c¨®mo ocupamos este planeta. El modelo de ciudad americana se est¨¢ extendiendo, pero tenemos que abandonar esas utop¨ªas agrarias y concentrarnos en las ciudades", explica el arquitecto.

El modelo de la ciudad americana se asienta donde se amasa el sue?o de la naci¨®n, en la California cinematogr¨¢fica de las grandes urbanizaciones. Es ese mundo nuevo, lleno de ilusiones, donde todo parece f¨¢cil y accesible, el que impone una familia tradicional viviendo feliz en su casa-jard¨ªn. "Es una utop¨ªa de cuento de hadas", comenta Fern¨¢ndez-Galiano, "al estilo de El show de Truman. Y esa ciudad se ha extendido a Europa, ?frica y Rusia. Pero ese sue?o se ha acabado. No sirve para atajar los problemas medioambientales a los que hacemos frente. La palabra clave es densidad. Por eso defiendo lugares como Barbate o Benidorm, porque permiten concentrar a la poblaci¨®n para poder dejar el resto del territorio salvaje".

La imposici¨®n de estos paisajes de casas bajas viene impuesta a veces desde los propios gobiernos europeos. El caso m¨¢s actual y el que ha despertado las cr¨ªticas de los arquitectos es el de la Comunidad de Madrid. La Ley de Medidas Urgentes aprobada recientemente por el Gobierno de Esperanza Aguirre limita a cuatro alturas (tres pisos m¨¢s un ¨¢tico) los edificios que se levanten a partir de ahora en la regi¨®n. La norma ha levantado sarpullidos en los arquitectos de Madrid. "Esta ley supone una ruptura del modelo cultural", comenta Pedro Ortiz, portavoz de urbanismo del Colegio de Arquitectos de Madrid. "Es la sustituci¨®n de la ciudad, del urbanismo latino por el modelo anglosaj¨®n. No es una lectura de la ley. ?ste ha sido uno de los argumentos dados por Esperanza Aguirre para justificar su ley. Quiere una ciudad anglosajona. Quiere que Madrid se parezca a Inglaterra".

La Comunidad de Madrid se defiende asegurando que la sostenibilidad de un barrio no tiene por qu¨¦ definirse por la altura de sus edificios, sino por una correcta ordenaci¨®n del territorio. "Los modelos de desarrollo de este tipo son escandinavos, de pa¨ªses que suponen un modelo ecol¨®gico y sostenible. Lo importante es que las casas est¨¦n bien orientadas, que exista una gesti¨®n de residuos correcta y un aprovechamiento de las aguas pluviales", explica un portavoz de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Urbanismo.

Pero las cifras de Madrid no hablan precisamente de sostenibilidad. El informe de la UE mencionado anteriormente dedica un apartado especial a la comunidad titulado Regi¨®n de Madrid. Un crecimiento econ¨®mico r¨¢pido y un d¨¦bil sistema de planeamiento: el estudio explica que el suelo urbano creci¨® un 50% en los a?os noventa, mientras que la poblaci¨®n s¨®lo creci¨® un 5,4%. Una de las razones de ese extraordinario desarrollo urbano se produjo por la demanda de segundas viviendas.

En conclusi¨®n, para combatir el cambio clim¨¢tico, gastar menos combustible y ahorrar en infraestructuras, lo mejor es viajar en ascensor. En este debate no hay s¨®lo un trasfondo ecol¨®gico, sino sociol¨®gico. La ciudad densa al estilo de Nueva York facilita el contacto con la gente, tiene mayores posibilidades de encuentros fortuitos y genera un mayor tr¨¢fico de ideas que el que se logra en los barrios residenciales. El soci¨®logo Mario Gaviria, otro defensor de Benidorm como lugar tur¨ªstico ("pese a que a muchos les parezca una horterada"), insiste en la defensa de la ciudad mediterr¨¢nea "compacta, densa y continua. Lo dem¨¢s es el m¨¢s all¨¢". "En lugares como Benidorm se va a todos sitios a pie, las aceras suelen ser anchas, se utilizan piscinas colectivas y en un mismo lugar se encuentran todo tipo de mezclas, desde el lupanar hasta la iglesia, desde el gimnasio hasta la tienda. Todo est¨¢ en el mismo sitio. Esto desaparece en las urbanizaciones de adosados, donde toda esa mezcla se ha sustituido por el centro comercial", expone.

Gaviria define el inter¨¦s por el jard¨ªn de casa como la "ideolog¨ªa de la clorofila", y se?ala las contradicciones de un ecologismo mal entendido que se contenta con tener algo verde cerca de los ojos. "En Espa?a estamos infrapoblados todav¨ªa. Tenemos que hacer ciudades para unos quince millones de personas m¨¢s dentro de 20 a?os. Las nuevas tendr¨¢n que seguir ese modelo mediterr¨¢neo, proporcionar agua y energ¨ªas renovables. As¨ª haremos ciudades sostenibles de verdad y no y¨¦ndonos a las afueras con una parcelita de c¨¦sped", concluye.

Aun as¨ª, los ecologistas no tienen muy claro que Benidorm sea un ejemplo de nada y opinan que el problema no ha de centrarse en la altura de los edificios, sino en la ordenaci¨®n del territorio. "Hay distintos modelos dependiendo del lugar donde se construya, pero no me parece que una ciudad como Benidorm, a pie de playa, sea sostenible en s¨ª misma", matiza Juan L¨®pez de Uralde, director de Greenpeace Espa?a.

En eso est¨¢n de acuerdo todos, en la importancia de planificar las ciudades, sobre todo las de nueva construcci¨®n. A miles de kil¨®metros de aqu¨ª, el arquitecto Norman Foster proyecta en la capital de Emiratos ?rabes Unidos, Abu Dabi, una nueva ciudad salida de la nada. Se trata de Masdar, una superficie de seis kil¨®metros cuadrados pensada al mil¨ªmetro, cuya energ¨ªa s¨®lo provendr¨¢ de fuentes renovables y cuyos canales interiores aportar¨¢n la sombra necesaria en el desierto.

Para muchos, el proyecto es un ejemplo de una ciudad pensada para los nuevos tiempos compatibles. Desde la ¨¦tica resurge el debate sobre qu¨¦ tipo de lugares han de construirse para que los seres humanos ocupen el suelo sin da?ar el medio ambiente. La soluci¨®n est¨¢ en manos de los gobernantes. "Son ellos los que determinan c¨®mo hacemos las ciudades", se?ala Fern¨¢ndez-Galiano. "Es muy raro que los arquitectos renuncien a un encargo por razones ¨¦ticas". El catedr¨¢tico matiza sus palabras recordando una frase del arquitecto Miguel Fisac, fallecido en mayo de 2006: "Mis obras m¨¢s importantes son las que no he hecho".