Un sistema manirroto

La financiaci¨®n de la sanidad p¨²blica es un tema pol¨ªtico recurrente de f¨¢cil uso oportunista como apremiante necesidad incumplida. En la pr¨¢ctica, sin embargo, nuestro Sistema Nacional de Salud ha vivido y vive como los ricos manirrotos: el dinero (del presupuesto o de la deuda que los servicios de salud auton¨®micos contraen ocultamente, a sabiendas que pronto o tarde la endosan al Estado) sigue al gasto en lugar de seguir el gasto al dinero de que se dispone.

Las comunidades entienden que este endeudamiento es la inevitable secuela de una, dicen, insuficiencia financiera que padece el sistema. Juzgan que Espa?a destina a la sanidad p¨²blica relativamente poco dinero, menos del que corresponder¨ªa a su posici¨®n en el mundo industrializado. Acrecentar el flujo financiero del sistema resultar¨ªa, pues, un deber del Estado.

?Necesita el Sistema Nacional de Salud, o sea, los servicios sanitarios auton¨®micos, m¨¢s dinero? Sin duda. La demanda m¨¦dica es indefinidamente expansible y est¨¢ muy avivada por la incesante progresi¨®n de la tecnolog¨ªa, las expectativas de los ciudadanos y otros factores. En sanidad, nunca bastante es bastante, y los limitados recursos financieros del Estado no pueden seguir la acelerada demanda m¨¦dica. Esa insuficiencia financiera no se debe a que las cantidades presupuestadas para sanidad sean inferiores a las obligaciones previstas, sino a que el sistema, encerrado por los pol¨ªticos en la irrealidad, est¨¢ comprometido en derecho a proveer asistencia sin fin: dar todo o casi todo a todos en toda ocasi¨®n a precio cero en el momento del servicio, como si los textos legales, la solidaridad social o los fines humanitarios de la medicina hubieran m¨¢gicamente liberado a la sanidad p¨²blica de la escasez natural. Presidido por esta ficci¨®n ?c¨®mo evitar que el sistema sufra insuficiencia financiera? Cualquier nuevo m¨¦todo ser¨¢ una tregua, no la soluci¨®n.

El sostenimiento del sistema requiere antes que nada encajarlo en la realidad. El problema financiero del sistema es el propio sistema tal como est¨¢, en una situaci¨®n artificial que permite a los pol¨ªticos justificar con la falta de dinero los fallos asistenciales y de funcionamiento, y retrasar la adopci¨®n de medidas de afianzamiento y modernizaci¨®n, ya imprescindibles. Entre ellas habr¨ªa que incluir una forma de financiaci¨®n que sea sentida por el bolsillo de los contribuyentes (quiz¨¢ una tasa o un impuesto finalistas) de modo que la sociedad pueda percibir y medir el esfuerzo espec¨ªfico que le exige la continua expansi¨®n del gasto sanitario e indicar con su voto el punto en que lo considera insoportable.

Enrique Costas Lombard¨ªa es economista. Fue vicepresidente de la comisi¨®n Abril que en 1991 examin¨® la situaci¨®n del sistema sanitario espa?ol.