Europa estrena nuevos poderes
El Tratado de Lisboa crea un presidente del Consejo y aumenta el peso del Parlamento
El Tratado de Lisboa, que firmaron ayer los jefes de Estado o de Gobierno en la capital portuguesa, proyecta una nueva arquitectura del poder pol¨ªtico en la UE. El tambi¨¦n llamado Tratado de Reforma crea la relevante figura del presidente estable del Consejo Europeo, aumenta los poderes del Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior y Seguridad Com¨²n, e incrementa las competencias del Parlamento Europeo.
El encaje de poderes de estos nuevos puestos, con numerosos solapamientos funcionales, constituye, sin embargo, uno de los riesgos m¨¢s serios para el funcionamiento futuro de la UE.
La Comisi¨®n es la instituci¨®n que sale menos favorecida
Se ampl¨ªan las funciones del Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior
Aunque el nuevo tratado aparece desprovisto de todos los rasgos "constitucionales", su contenido "es esencialmente el mismo que el de la fallida Constituci¨®n europea", aseguran la mayor¨ªa de expertos consultados. No obstante, los juristas oficiales de la UE evitan cualquier pronunciamiento p¨²blico "para no dar argumentos a la oposici¨®n en el Reino Unido, que rechaza su aprobaci¨®n", se?ala un jurista de la Uni¨®n. El texto resulta ilegible para los legos y el Consejo no tiene intenci¨®n de presentar un texto refundido hasta que se haya ratificado.
La creaci¨®n del presidente del Consejo para un periodo de dos a?os y medio, renovable una vez, fue el resultado de las presiones del Reino Unido y Francia. Paz Andr¨¦s, catedr¨¢tica de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, advierte de que este nuevo puesto "puede potenciar los rasgos intergubernamentales de la Uni¨®n". Tambi¨¦n Alberto Navarro, secretario de Estado de Relaciones con la UE, muestra su inquietud "por la deriva intergubernamental". "Todo depender¨¢", afirma, "de la personalidad de los nuevos cargos. Hay riesgo de que el nuevo presidente del Consejo, por ejemplo, el ex primer ministro brit¨¢nico Tony Blair, prefiera resolver los asuntos de manera directa con llamadas telef¨®nicas a los otros l¨ªderes, como Angela Merkel, Nicolas Sarkozy o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, dejando al margen a la Comisi¨®n Europea".
Para la presidencia del Consejo ya circula una larga lista de aspirantes. Adem¨¢s de Blair, propuesto por el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy, aparecen Jean- Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo; Wolfgang Sch¨¹ssel, ex canciller de Austria; Guy Verhofstadt, primer ministro en funciones en B¨¦lgica; Martti Ahtisaari, ex presidente de Finlandia; Alekxander Kwasniewski, ex presidente de Polonia, y Joschka Fischer, ex ministro de Exteriores de Alemania.
El aumento de poderes y funciones del alto representante para la Pol¨ªtica Exterior, actualmente Javier Solana, es otra de las grandes innovaciones del Tratado. El nuevo cargo ser¨¢ el hombre de los tres sombreros: la voz de Europa en el exterior, vicepresidente de la Comisi¨®n Europea y presidente del Consejo de ministros de Exteriores de la UE. El alto representante tendr¨¢ mucho m¨¢s campo de acci¨®n que un ministro de Exteriores, pues, adem¨¢s de esta cartera, acumular¨¢ las de Defensa y Seguridad. El puesto, creado por el Tratado de ?msterdam en 1999, se perfilaba como el de un alto funcionario. El nuevo tratado unifica los servicios exteriores de la Comisi¨®n Europea y del Consejo. Contar¨¢ con un presupuesto de m¨¢s de 10.000 millones de euros, unos 7.000 funcionarios y 122 representaciones exteriores, s¨®lo aventajada por Francia, con 143 delegaciones, y el Reino Unido, con 142. Alemania tiene 120, y Espa?a, 109.
La Comisi¨®n Europea es la que resulta menos favorecida. Sus iniciativas legislativas sufrir¨¢n un serio control por los Parlamentos nacionales, que podr¨¢n revocarlas si consideran que invaden sus competencias.
Por el contrario, es notable el mayor perfil pol¨ªtico de la Euroc¨¢mara en el nombramiento del presidente de la Comisi¨®n. El Consejo elegir¨¢ "el candidato propuesto por la mayor¨ªa de los miembros de Parlamento".
La propuesta supone que "el procedimiento de elecci¨®n del presidente gane visibilidad entre la opini¨®n p¨²blica", se?ala el estudio El Tratado de Lisboa: implementaci¨®n de las innovaciones institucionales, elaborado por European Policy Center (EPC), Egmont y Center for European Policy Estudies (CEPS).
Enrique Bar¨®n, eurodiputado socialista y ex presidente del Parlamento Europeo, considera que "lo ideal ser¨ªa que cada partido ponga como cabeza de lista a su candidato para presidir la Comisi¨®n. Esto s¨ª dar¨ªa visibilidad a las elecciones".
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