Relato abrasador

"S¨®lo los salvajes p¨¢ramos de los que no pod¨ªa separarse", dice Mario Praz de Emily Bront?, "hablaban un lenguaje con el que su coraz¨®n lat¨ªa al un¨ªsono". Si puede resumirse en una frase la importancia de esta novela, ah¨ª queda dicha. Cumbres borrascosas es una de las novelas m¨¢s impetuosamente rom¨¢nticas que se han escrito; es un producto nacido de la prodigiosa mezcla de candidez y percepci¨®n con que su autora supo contar una historia de amor y entrega en la que las fuerzas de la Naturaleza tienen mayor y m¨¢s poderosa participaci¨®n expresiva que la sexualidad propia de la exaltaci¨®n amorosa, pues la tienen de igual modo que una marea es en s¨ª m¨¢s poderosa que la sola agua del mar que fluye y refluye en la orilla.

En este libro, contado por un simple (Mr. Lockwood) que se apoya en el testimonio de una mujer experimentada (la se?ora Dean), lo que se aporta a la literatura, aparte de una obra singular y ¨²nica del romanticismo, es la relaci¨®n expresiva entre la Naturaleza y las pasiones humanas, lo que a?os m¨¢s tarde T. S. Eliot definir¨ªa con el nombre de "correlato objetivo" con el que ha pasado a la historia de la cr¨ªtica literaria.

Ese feliz hallazgo seg¨²n el cual el movimiento de unas almas atormentadas y apasionadas se corresponde con los fen¨®menos de la Naturaleza y, por similitud, es narrado a trav¨¦s de ellos, funda un relato que, en su conjunto, se desarrolla dram¨¢ticamente entre los hijos de la tempestad y los hijos de la calma, entre el ¨¢rido y salvaje Wuthering Heights y el sosegado Thrushcross Grange al pie de las cumbres.

Cumbres borrascosas es un libro abrasador, ¨¦pico y tremendamente humano y saludable. Constituye un caso ¨²nico en la historia literaria y su permanencia demuestra la hondura y la penetraci¨®n con que su autora se introdujo en las pasiones que arrebatan al alma humana. Esta edici¨®n, cuidada y elegante, incluye una magn¨ªfica serie de dibujos a plumilla de Balthus, que aparecen reunidos al final del volumen porque se refieren a unos pocos cap¨ªtulos del principio, por lo que introducirlos en su lugar de referencia habr¨ªa desequilibrado el volumen.

El ¨²nico punto discutible sobre la edici¨®n -y es solamente eso: discutible- proviene de la decisi¨®n del traductor de traducir el habla del criado Joseph a lo que podr¨ªamos denominar lenguaje palurdo espa?ol, recurso muy usado pero que casi siempre disuena. -