"Quiero retos de primer nivel"
Roberto Carlos rejuvenece en el Fenerbah?e, vivo en la 'Champions'
El f¨²tbol globalizado compone escenas singulares. La pasada semana, el triunfo de un equipo turco en Estambul se celebr¨® por todo lo alto en un barrio residencial de R¨ªo de Janeiro. El Fenerbah?e gan¨® por 3-1 al CSKA de Mosc¨² y se clasific¨® por primera vez en su historia para los octavos de final de la Liga de Campeones. El cosmopolita distrito de Kadik?y, en la parte asi¨¢tica de la ciudad, estall¨® de j¨²bilo con el triunfo de su equipo. Muy lejos de all¨ª, en la metr¨®poli carioca, un joven llamado Thiago Coimbra tambi¨¦n festejaba la haza?a: "En menos de un a?o, mi padre ha conquistado el t¨ªtulo de Liga en Turqu¨ªa y ahora consigue este ¨¦xito en la Champions. Estamos haciendo una fiesta descomunal". Thiago tiene 24 a?os, juega en el modesto Madureira y es el hijo menor de una leyenda viva: Arthur Antunes Coimbra, Zico.
"El presidente sabe de f¨²tbol, con Zico es muy f¨¢cil trabajar, y la afici¨®n es fant¨¢stica"
Su figura alcanz¨® una proporci¨®n mitol¨®gica en el olimpo del f¨²tbol brasile?o. Ahora, el ¨ªdolo del Flamengo y v¨¢stago predilecto de Maracan¨¢ es el entrenador del Fenerbah?e, un equipo pulcro y atrevido, en el que se ha rodeado de brasile?os. Jugadores seducidos por el atractivo mensaje de su t¨¦cnico. La l¨ªnea telef¨®nica acerca desde Estambul el agudo y euf¨®rico tono de voz de uno de los nuevos hijos adoptivos del Fenerbah?e: "Es muy f¨¢cil trabajar con alguien que como jugador ha sido un fen¨®meno y que como entrenador est¨¢ creciendo much¨ªsimo". Con esa admiraci¨®n habla de Zico el ex madridista Roberto Carlos, que, a sus 34 a?os, se ha convertido en uno de los h¨¦roes de la apasionada hinchada local: "?ste es un sitio perfecto", dice; "nuestro presidente sabe mucho de f¨²tbol y la afici¨®n es fant¨¢stica. Estamos viviendo un momento de locura colectiva. Yo apenas puedo salir a la calle porque enseguida se forma un tumulto de personas pidi¨¦ndome aut¨®grafos y fotos y con gente llorando de emoci¨®n. Siempre me he adaptado bien a cualquier lugar, pero al resto del mundo llegan im¨¢genes de Turqu¨ªa en las que parece que ¨¦ste es un pa¨ªs casi en guerra. Aqu¨ª te das cuenta de que es falso. Esto es el primer mundo y Estambul una ciudad preciosa y acogedora".
Roberto Carlos tiene buenos compa?eros turcos, como el guardameta Demirel, el zurdo Boral o el goleador Semih. Pero hay seis brasile?os en la plantilla. Dos de ellos ya son ciudadanos turcos de pleno derecho y se han cambiado su nombre original: el centrocampista zurdo Gok?ek Vederson y el vers¨¢til volante Mehmet Aurelio, que ya ha debutado con la selecci¨®n otomana. Junto a ellos est¨¢n el contundente central Edu Dracena, el veloz delantero Deivid y el excelente media punta Alex, que esconde en su maravillosa pierna izquierda un ca?¨®n forrado de seda. Tiene 30 a?os y desde hace tres a?os es el ¨ªdolo del Fenerbah?e, club de tradici¨®n cosmopolita por el que pasaron jugadores como Ariel Ortega, Anelka, Revivo o Harold Schumacher. Actualmente, aparte de brasile?os, tiene en n¨®mina a otros for¨¢neos: el serbio Kezman, el ghan¨¦s Appiah y el uruguayo Lugano.
Hay trabajo en el Fenerbah?e para los traductores. Y gestos que ayudan a la integraci¨®n de los jugadores nacidos lejos de Estambul. En octubre, 12 soldados del ej¨¦rcito turco fallecieron en un enfrentamiento contra los insurgentes kurdos. A la ma?ana siguiente, la plantilla del Fenerbah?e, con sus extranjeros a la cabeza, salt¨® al campo de entrenamiento enarbolando banderas turcas como forma de homenaje. El entorno del club tampoco es ajeno a las tensiones pol¨ªtico-religiosas que vive el pa¨ªs. Recientemente, Boris Kaska, un prestigioso abogado experto en derecho europeo e hincha del Fenerbah?e, reclam¨® ante la UEFA que al Inter se le restaran los tres puntos que obtuvo en la Liga de Campeones al derrotar al equipo turco en San Siro por un pol¨¦mico motivo: el cuadro italiano jug¨® con la camiseta que conmemora su centenario, blanca con una cruz roja, el s¨ªmbolo de su ciudad. Pero a Kaska esa indumentaria le remit¨ªa a la simbolog¨ªa de los Templarios y la consideraba una provocaci¨®n para los millones de turcos que profesan la fe islamista. El Inter gan¨® aquel partido por 3-0, pero antes hab¨ªa sido derrotado, igual que el PSV y el CSKA, en el estadio S¨¹kr¨¹ Sara?oglu. Una caldera de cinco estrellas. Quiz¨¢s por eso Roberto Carlos no titubea cuando se le pregunta qu¨¦ rival prefiere en los octavos: "El Madrid, sin duda. Y sin ning¨²n ¨¢nimo de revancha contra nadie del club. Pero ser¨ªa una motivaci¨®n extra despu¨¦s de tantos a?os all¨ª. Aunque tampoco tendr¨ªa ning¨²n problema en volver al Camp Nou. Me siguen apeteciendo retos de primer nivel".

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