El d¨¦ficit exterior ronda ya el 10% del PIB y se encamina a un nuevo r¨¦cord
El saldo negativo, el segundo mayor del mundo, llegar¨¢ a 100.000 millones - Los expertos resaltan las dificultades para endeudarse tras la crisis financiera
La econom¨ªa espa?ola ha dejado de cabalgar al galope pero, como viene ocurriendo desde hace cuatro a?os, su deuda con el resto del mundo no. En 2006, el d¨¦ficit exterior marc¨® un r¨¦cord al alcanzar el 8,5% del PIB con 83.000 millones de euros, un saldo negativo s¨®lo superado por el de Estados Unidos.
Para este a?o, los expertos vaticinaban que llegar¨ªa al 9,5% del valor de la actividad econ¨®mica espa?ola, pero parece que se van a quedar cortos, a tenor de los ¨²ltimos datos del Banco de Espa?a: hasta septiembre, el d¨¦ficit roza los 75.500 millones, lo que equivaldr¨ªa a un 9,8% del PIB.
Los datos del Banco de Espa?a permiten anticipar que el descubierto llegar¨¢ a final de a?o a los 100.000 millones y seguir¨¢ entre los m¨¢s abultados del mundo. La reiteraci¨®n de d¨¦ficits anuales en la ¨²ltima d¨¦cada ha situado la deuda acumulada con el exterior cerca de los 700.000 millones de euros. La pregunta viene por s¨ª sola: ?es sostenible? Y es cada vez m¨¢s acuciante, ahora que la crisis originada por las hipotecas de alto riesgo estadounidenses ha estrangulado la financiaci¨®n internacional.
A encontrar respuestas se han dedicado una docena de economistas, coordinados por el catedr¨¢tico Jos¨¦ Antonio Alonso. Sus trabajos, patrocinados por el Instituto de Comercio Exterior, se acaban de publicar en la revista del Colegio de Economistas de Madrid. "En lo que todo el mundo est¨¢ de acuerdo es en que la econom¨ªa espa?ola no puede mantener este d¨¦ficit indefinidamente", sintetiza Alonso.
Los l¨ªmites de la deuda
El coordinador de los trabajos reformula la pregunta: "?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite?, ¨¦sa es la cuesti¨®n del mill¨®n". Y la respuesta sigue sin ser f¨¢cil: antes de la incorporaci¨®n al euro, ese l¨ªmite pod¨ªa situarse alrededor del 5% del PIB. El mecanismo autom¨¢tico entonces era la devaluaci¨®n de la peseta. Pero ahora eso ha cambiado: la financiaci¨®n internacional sigue fluyendo a Espa?a y al conjunto de la zona euro, como revela la apreciaci¨®n de la moneda, porque los inversores conf¨ªan en su solvencia y en sus posibilidades de desarrollo econ¨®mico. En suma, conf¨ªan en que se les va a devolver el dinero con una cierta rentabilidad.
El d¨¦ficit exterior es la otra cara del enorme esfuerzo inversor de la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos a?os. La mejora de las condiciones financieras -Las empresas y los hogares espa?oles pasaron de endeudarse a tipos de inter¨¦s del 16%, al 3,5% de la zona euro- acompa?a e incentiva el ciclo de expansi¨®n m¨¢s largo de la democracia.
La inversi¨®n realizada en Espa?a supera el 30% del PIB en los ¨²ltimos a?os, y el ahorro no pasa del 22%. Una necesidad de recursos privada -la Administraci¨®n ahorr¨® en la ¨²ltima legislatura-, alimentada por las empresas y las familias (en su caso, para comprar viviendas), que se ha tenido que saciar con recursos externos.
"Las empresas espa?olas han sido, sin duda, las que mejor han sabido aprovechar las ventajosas condiciones financieras de estos a?os", asevera el director del Instituto Complutense de Estudios Internacionales. Para Alonso, las dudas radican en el destino de todos esos recursos.
"Ha habido mucha inversi¨®n residencial, y no tanta en sectores productivos y de alto contenido tecnol¨®gico", se?ala. Y, desde 2003, Espa?a pierde peso en el comercio internacional, con una cuota de exportaciones que no llega al 1,8% mundial. Datos que ponen sordina a la capacidad de la econom¨ªa espa?ola para devolver todo lo que debe.
Las remesas de inmigrantes superan los 5.900 millones
La insuficiencia de las exportaciones de mercanc¨ªas para compensar todo lo que Espa?a se gasta en importarlas, es decir, el saldo de la balanza comercial, concentran buena parte del d¨¦ficit exterior. Las ventas al exterior crecen, pero las compras lo hacen mucho m¨¢s, impulsadas por el tir¨®n de la demanda interna. El d¨¦ficit comercial se duplic¨® entre 2003 y 2006 (lleg¨® a los 80.000 millones) y fue la explicaci¨®n casi exclusiva de la enorme ampliaci¨®n de la brecha exterior de este lustro.
Pero eso ya no es as¨ª. Ahora el d¨¦ficit comercial -que aumenta s¨®lo al 6,7% anual-,comparte protagonismo con otros saldos negativos, m¨¢s peque?os, pero que crecen de forma vertiginosa. Es el caso de la balanza de transferencias corrientes. Aqu¨ª se deja notar con fuerza la llegada de inmigrantes. En los ¨²ltimos cuatro a?os, las remesas a sus pa¨ªses de origen pasaron de 3.475 a 6.807 millones de euros. Y, hasta septiembre, ya suponen 5.943 millones, un 23% m¨¢s que en 2006.
Menos ayudas de la UE
A la salida de recursos por las remesas se suma el hecho de que Espa?a aporta desde hace unos a?os m¨¢s transferencias corrientes a la UE que las que recibe. En suma, el saldo de las transferencias ha pasado de ser casi neutro en 2004 a restar 5.750 millones el a?o pasado. Y entre enero y septiembre, el saldo negativo aumenta a un ritmo del 30%.
Pero m¨¢s crece a¨²n el descubierto de la balanza de rentas. Aqu¨ª se compara lo que paga la econom¨ªa espa?ola por recibir inversiones extranjeras frente a lo que gana por el rendimiento de sus inversiones en el exterior. La evoluci¨®n de esta balanza es un fiel reflejo del nivel de endeudamiento de Espa?a. Los pagos (en esencia, los intereses de esa deuda y los dividendos a los inversores internacionales) se han duplicado desde 2003, y tambi¨¦n lo ha hecho el saldo negativo (20.000 millones en 2006).
El d¨¦ficit comercial supone ahora un 70% de las aportaciones negativas -la balanza de servicios es la ¨²nica que suma-, cuando hace dos a?os equival¨ªa al 80%. Los expertos esperan adem¨¢s que la desaceleraci¨®n rebaje las importaciones. Para las ventas de mercanc¨ªas, el problema est¨¢ en la apreciaci¨®n del euro y en la p¨¦rdida de competitividad. Pero los trabajos destacan que, tan importante como el diferencial de precios, puede ser la apertura de nuevos mercados o la especializaci¨®n en bienes de mayor contenido tecnol¨®gico.
Un grifo que se cierra
Los recursos financieros del resto del mundo no s¨®lo han compensado la diferencia entre la inversi¨®n y el ahorro en Espa?a, el d¨¦ficit exterior, sino que tambi¨¦n ha servido para alimentar una expansi¨®n internacional de las empresas espa?olas sin precedentes.
Como destacan ?lvaro Anchuelo y Fernando Becker en el trabajo publicado por el Colegio de Economistas de Madrid, el saldo de la inversi¨®n directa en el exterior casi se ha triplicado en los ¨²ltimos tres a?os. De modo, que adem¨¢s de financiar el d¨¦ficit por cuenta corriente, "hay que contrarrestar las compras de activos en el exterior". En 2006, hubo que "atraer capitales equivalentes al 22% del PIB", seg¨²n los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos.
La inmensa mayor¨ªa de esos recursos corresponden a inversiones de cartera del resto del mundo en Espa?a. O sea, adquisici¨®n de acciones de empresas cotizadas espa?olas, de emisiones de bonos y obligaciones p¨²blicos o privados y de t¨ªtulos de deuda respaldados por las hipotecas de las familias espa?olas.
Ese man¨¢ de recursos lleg¨® a su techo en 2006, con m¨¢s de 193.000 millones. Y es esta inyecci¨®n de dinero la que pone en riesgo la crisis de las hipotecas basura de EE UU.
"Cada vez cuesta m¨¢s colocar emisiones de deuda", afirma Carlos Maravall, de Analistas Financieros Internacionales, que tambi¨¦n colabor¨® en los trabajos. Sin embargo, Maravall cree que la m¨¢xima necesidad de financiaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola ya hab¨ªa pasado antes de la crisis. Y que eso se nota "desde marzo", tanto en la inversi¨®n directa en el exterior como en la entrada de recursos por la inversi¨®n en cartera espa?ola. Hasta septiembre, ambas partidas caen un 15% y un 24%, respectivamente.
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