Persas y ¨¢rabes se citan en La Meca

Cuando dos millones de peregrinos musulmanes converjan hoy en el monte Arafat, a las afueras de La Meca, uno destacar¨¢ entre todos a pesar del sudario blanco que simboliza su igualdad a los ojos de Dios. Mahmud Ahmadineyad es el primer presidente iran¨ª en ejercicio que realiza el hajj, uno de los cinco pilares del islam. Dadas las dif¨ªciles relaciones que su pa¨ªs ha mantenido con Arabia Saud¨ª desde la revoluci¨®n isl¨¢mica, la invitaci¨®n del rey Abdal¨¢ tiene sin duda un gran significado pol¨ªtico.

"Es la primera vez en la historia de las relaciones entre Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª que el rey de ese pa¨ªs invita a un presidente de la Rep¨²blica Isl¨¢mica a efectuar el peregrinaje a La Meca", declar¨® Al¨ª Akbar Javanfekr, consejero de prensa de Ahmadineyad. Aunque es el cuarto viaje que el presidente iran¨ª realiza al reino del desierto desde su elecci¨®n en 2005, el simbolismo de ¨¦ste supera al de los anteriores.

La llegada de Ahmadineyad al Gobierno y su impulso al programa nuclear iran¨ª convirtieron las aguas del golfo P¨¦rsico en un abismo entre la Rep¨²blica Isl¨¢mica y sus vecinos de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga, con Arabia Saud¨ª a la cabeza. La ret¨®rica antiestadounidense del presidente iran¨ª s¨®lo pod¨ªa acrecentar la tradicional rivalidad regional con unos pa¨ªses que han puesto su seguridad en manos de Washington.

Deseoso de evitar el aislamiento internacional con el que EE UU busca doblegarle, el Ir¨¢n de Ahmadineyad ha intentado desde el principio reforzar las relaciones con sus vecinos. El presidente iran¨ª ha visitado los seis pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) tratando de convencerles del car¨¢cter exclusivamente civil de su plan nuclear.

Sus respectivos intereses siguen enfrent¨¢ndoles en el tablero regional. Ahmadineyad critic¨® directamente al rey Abdal¨¢ por la participaci¨®n de su pa¨ªs en la reciente conferencia de Annapolis. La Rep¨²blica Isl¨¢mica se niega a reconocer a Israel, algo que Riad estar¨ªa dispuesto a hacer si se establece un Estado palestino. Los esfuerzos de cooperaci¨®n que ambos han realizado en L¨ªbano o Irak no han dado frutos.

Visto bueno de EE UU

Pese a ello, los miembros del CCG invitaron a Ahmadineyad a su cumbre anual, algo que sus partidarios exhiben como reconocimiento del liderazgo regional de Ir¨¢n. No est¨¢ tan claro. Algunos observadores interpretan esa decisi¨®n como "si no puedes con tu enemigo, ¨²nete a ¨¦l", y citan el temor de los pa¨ªses m¨¢s peque?os a que Ir¨¢n fomente la inestabilidad entre sus minor¨ªas chi¨ªes. Pero analistas ¨¢rabes adivinan un objetivo m¨¢s ambicioso detr¨¢s de esa invitaci¨®n, la reciente visita a Teher¨¢n de una delegaci¨®n egipcia de alto nivel (Ir¨¢n y Egipto no tienen relaciones diplom¨¢ticas plenas) y la peregrinaci¨®n de Ahmadineyad. "No creo que hubieran podido producirse sin el visto bueno de Estados Unidos", ha asegurado Emad Gad, del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos Al Ahram de El Cairo. Seg¨²n esta tesis, EE UU se servir¨ªa de sus aliados ¨¢rabes para crear un clima m¨¢s amistoso con Ir¨¢n.

En su ¨²ltima conferencia de prensa, Ahmadineyad respondi¨® negativamente a la pregunta de esta corresponsal sobre la existencia de canales secretos con EE UU. No obstante, admiti¨® que estaba "recibiendo mensajes a trav¨¦s de diferentes canales".